Capítulo Dieciocho

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CAPÍTULO DIECIOCHO| LONELY HOUSE

CAPÍTULO DIECIOCHO| LONELY HOUSE

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SILENCIO.

La mansión estaba en silencio, un silencio que me ponía los pelos de punta, me había acostumbrado a escuchar las platicas de Kina y Antonietta, la música a todo volumen de Ethan, los diálogos de las películas de Bambi, incluso el tan solo estar consciente de sus presencias me era reconfortante. Pero ahora no tenía nada.

El desayuno fue solitario, yo era la única sentada en la mesa, solo saludé a Alfred, ya había pasado otros días así de sus misiones anteriores pero el hecho de saber que esta misión era la más larga hasta ahora me ponía un poco triste.

Pero me aferraba a la idea de que todo iba a salir bien, ellos iban a descubrir las incógnitas, yo iba buscar una manera de salir viva de esta situación y entonces todo estaría bien, me adaptaría a una nueva realidad.

Ya había pasado una semana con dos días, había estado pasando mucho tiempo con mis amigos y Jason, no me gustaba pasar mucho tiempo encerrada en aquella mansión sabiendo que tenía el tiempo contado así que me había propuesto pasármela bien pero al mismo tiempo ayudar a la investigación.

Tenía que tener un punto medio, un equilibro en esta situación, suerte la mía que yo era una persona muy estable, me era sencillo mantener la calma.

Los días transcurrían con normalidad, en las noches antes de dormir veía películas con Jason y Alfred, a veces Eloise se quedaba hasta tarde, pasaba muchos ratos afuera de la mansión e invertía bastante de mi tiempo en las investigaciones que estaban más enfocadas en mi organismo, ver qué podía fallar y que no.

—¿Te encuentras bien?—La voz del psicólogo Collins me hizo salir de mis pensamientos.

Todos los martes a las cuatro de la tarde tenía que ir con el, quien supuestamente debía ayudarme y darme herramientas para mantenerme estable y no tener ataques de pánico. Esta era mi segunda cita y aún se sentía un aire de desconfianza.

—Eso creo, solo estoy un poco distraída—Hable, levante la mirada y sus ojos azules indagaron en los míos, tenía una leve barba negra con canas y su cabello cortado a la perfección era color azabache.

—Creo que hay algo que no me estás contando, pero no voy a presionarte, todo a su tiempo—su voz era calmada, emanaba tranquilad, transparencia y confianza— Este es un espacio seguro.

Ningún espacio era del todo seguro, mi propio hogar se vuelto un sitio desconocido, la mansión me era sospechosa y el me decía que este complejo de locales donde estaba su consultorio era un lugar seguro?

Si algo había aprendido al ver Skins, aparte de drogas y fiestas, era que algunos psicólogos estaban incluso más locos que sus propios pacientes.

—Necesito tiempo, mi vida siempre había sido sencilla y ahora siento que todo se está saliendo de control.

—¿Necesitas controlar todo para sentirte en calma?

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora