Capítulo Cinco

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CAPÍTULO CINCO| COOL KIDS

HOY ERA EL TAN NO ESPERADO DÍA, Gotham Academy me recibiría con sus puertas abiertas en menos de lo que canta un gallo, había despertado a las seis de la mañana, había tomado un ducha rápida, me había puesto el odioso uniforme escolar y en estos m...

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HOY ERA EL TAN NO ESPERADO DÍA, Gotham Academy me recibiría con sus puertas abiertas en menos de lo que canta un gallo, había despertado a las seis de la mañana, había tomado un ducha rápida, me había puesto el odioso uniforme escolar y en estos momentos me encontraba desayunando con los chicos quienes también portaban con uniformes solo que no escolares como el mío. Poco a poco me acostumbraba a la idea de que probablemente jamás formaría parte de su tan especial equipo, por que hasta ahora no había demostrado tener una habilidad excepcional, de cierta manera me hacía sentir fuera de lugar pero no tenía otra opción más que hacer como si no sintiera nada.

Al terminar de desayunar subí a mi habitación, ya no usaba la muleta pero aún así no podía exigirle a mucho a mi pie, aún tenía que ser cuidadosa en ese aspecto. Una vez en el baño lavé mis dientes y cepille mi cabello para luego peinarlo en un molote bajo, me puse corrector debajo de mis ojeras, me rice las pestañas, apliqué lipgloss en mis labios y me miré en el espejo por última vez antes de tomar la mochila y salir de la mansión hacia el auto. Como siempre Alfred iba a llevarme, últimamente me estaba acostumbrando al aura tranquila que emanaba el mayordomo de los Wayne.

—Tengo nervios—Dije mientras Alfred manejaba hacia el colegio— ¿Que tal si no me quieren como aquí? ¿Que sucede si no soy suficiente?

—Le aseguró que todo va a fluir de maravilla, señorita Audrey—Las palabras de Alfred me daban un poco de seguridad, esperaba que en verdad todo estuviera bien.

Después de unos quince minutos Alfred estacionó el auto y pude ver las paredes de el gran colegio, habían adolescentes por todos lados, algunos estaban parados platicando en grupos mientras que otros iban solos caminando a sus respectivos salones. Tome una bocanada de aire y la dejé salir con lentitud, mi estómago se contraía y sentía un leve cosquilleo en mis piernas, el nerviosismo comenzaba a volverse evidente en mi. Bruce me había dado instrucciones básicas, ir con la directora para que me dieran mi horario, listo. Pan comido, no?

De ahí en adelante me las arreglaría por mi propia cuenta, pero lo triste de esta situación es que ni siquiera sabía donde estaba la oficina de la directora. Alfred me deseó buena suerte y luego salí del auto, tenía mi mochila y tenía un instrucción, eso era todo.

Pase por las puertas de la institución, camine enseguida de los grupos de adolescentes y nadie parecía siquiera notar mi presencia lo cual me tranquilizaba, le pregunté a un hombre que barría donde quedaba la oficina de la directora y este me dio indicaciones claras, entre por una de las puertas al edificio como tal y luego camine por los pasillos hasta llegar a la oficina.

—Buenos días, me dijeron que viniera aquí para que me dieran mi horario—Hable con una de las secretarias quien levanto la mirada de su computadora.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora