Capítulo Doce

1.9K 228 178
                                    


CAPÍTULO DOCE| PARTNERS

ESTÁBAMOS ESTANCADOS, teníamos pistas pero no sabíamos cómo acomodarlas, ya me casaba de darle vueltas al asunto, necesitaba más información, más piezas de ese terrible rompecabezas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


ESTÁBAMOS ESTANCADOS, teníamos pistas pero no sabíamos cómo acomodarlas, ya me casaba de darle vueltas al asunto, necesitaba más información, más piezas de ese terrible rompecabezas. Hasta ahora lo último que habíamos conseguido era la información de la lista.

Cuando investigamos sobre la muerte de los niños nada hizo sentido, algunos de los bebés más jóvenes habían muerto por fallas respiratorias, renales e infartos, lo cual eran causas relativamente naturales. Mientras que por los chicos ya mayores habían muerto por otras cosas un poco más complejas como muerte cerebral, fallas en sus órganos e incluso por conductas autolesivas, es decir, suicidio.

Entonces después de que nos quedáramos en aquel oscuro callejón sin salida, tanto Jason como yo empezamos a perder las esperanzas, pero aún así no nos dábamos por vencidos, no completamente.

Aún así hoy para mi buena suerte era sábado, por fin. Había decidido descansar, tomar un respiro de todo lo que ocurría, tome mi vida como si fuese una película y la puse en stand by.

Había tomado una ducha y me puse una sudadera rosa pastel junto a unos shorts deportivos azul cielo. Me encontraba con Bambi en su habitación, teníamos puestas mascarillas y el esmalte de nuestras uñas se estaba secando mientras veíamos una película en mi laptop, era una comedia adolescente de los noventa con Alicia Silverstone como protagonista.

Mi mente aunque no era un caos total, no se encontraba del todo relajada, simplemente no podía dejar pasar por alto todo lo que había pasando, pero al menos intentaba mantenerme estable como en los viejos tiempos. Pero al parecer no era posible ya que tocaron la puerta, mi primer pensamiento fue que era Alfred, pero cuando la puerta se abrió me topé con nada más y nada menos que con Damián.

Tanto yo como Bambi fruncimos el ceño, no tenía que aclarar que la relación que compartíamos con Damián era casi nula, apenas y cruzábamos palabras.

—Audrey, necesito que vengas conmigo ahora.

Mierda.

—Pero yo...—Empecé a decir pero me interrumpió abruptamente.

—Que vengas ahora, necesito tu presencia en lugar más importante—Dijo, pude haberme negado, incluso pude defenderme pero una parte de mi me dijo que no. Que quizá si el chico solicitaba mi presencia entonces debía ser algo importante y no podía comportarme como una niña inmadura de quince años.

Me levante de la cama, me puse mis sandalias con rapidez, me despedí de Bambi y salí caminando por el pasillo junto a Damián, quien mantenía su rostro serio con un ligero ceño fruncido como de costumbre.

Por otro lado me sentía un poco vulnerable, con mis uñas pintadas de color menta y mi mascarilla de brillos azules, tenía puesta una ropa informal y colorida. Algunos momentos atrás me sentía cómoda pero ahora me sentía insegura y estupida.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora