Capítulo Trece

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CAPÍTULO TRECE| TEAM

DESPERTE EN DOMINGO y todo parecía normal al inicio del día, me di una ducha mañanera, me puse un suéter blanco fajado en una falda de flores verdes junto a las mismas botas del día anterior, dejé mi cabello húmedo suelto y esta vez ni siquiera me...

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DESPERTE EN DOMINGO y todo parecía normal al inicio del día, me di una ducha mañanera, me puse un suéter blanco fajado en una falda de flores verdes junto a las mismas botas del día anterior, dejé mi cabello húmedo suelto y esta vez ni siquiera me moleste en ponerme maquillaje aunque tuviera unas ojeras terribles.

Cuando baje las escaleras aún no había nadie así que aproveché para marcarle a Jason desde el teléfono fijo de la mansión, esperé pero no contesto lo cual me enfado un poco pero igual no le preste atención, quizá tenía resaca o algo por el estilo.

—Buenos días señorita Audrey—saludo Alfred y le correspondí el saludo.

Después de unos quince minutos bajo Antonietta, la saludé y ella solo asintió para luego sentarse y ponerse a ver su celular, yo hubiera hecho mismo pero no tenía celular así que no tenía escapatoria de estos momentos incómodos que vivía constantemente.

Al cabo de un rato fueron bajando todos, todos menos Bambi.

Todos estaban platicando entre ellos mientras que yo solo escuchaba y me reía de vez en cuando, me sentía como un cachorrito tratando de encajar en medio de una manada de hienas rabiosas.

—Alguien vaya por ella, por el amor de Dios—Hablo Kina rodando los ojos, nadie dijo nada así me levante para ir a buscarla.

Camine por las escaleras hasta dar con su habitación, toque la puerta por unos segundos pero nadie respondió así que gire la perilla y efectivamente el cuarto estaba vacío, camine hasta la puerta de su baño y escuché unos ruidos adentro, así que toque.

—¿Quien es?—La voz de Bambi se escuchó desde adentro.

—Soy yo, Audrey. Te estamos esperando abajo, eres la última.

—Diles que no iré, no quiero ir.

Fruncí el ceño confundida, conocía a Bambi lo suficiente para saber que algo no estaba bien, así que insistí levemente tratando de no hacerla sentir presionada.

—¿Estas bien? ¿Necesitas algo?

No respondió al instante pero no objete nada, deje que pensara.

—He tenido un accidente.

—¿Que? ¿Que paso?

Otra vez tardo un poco en responder, la esperé hasta que soltó un suspiro y volvió a hablar.

—Es algo normal pero es que... no estaba preparada.

No se tenía que ser una científica con tres premios Nobel para entender que estaba sucediendo. Bambi es tres años menor que yo, es decir, tiene doce y bueno, a esa edad empezaban muchas cosas.

Andrés, la regla, menstracion. Tenía muchos nombres la desgraciada pero seguía y siempre seguiría siendo lo mismo.

—¿Te ha llegado la menstruación?—Pregunte sólo para confirmar, la chica asomó la cabeza y asintio levemente, ahora que la veía tenía los ojos llorosos, no me imaginaba lo que sería tener tu primera regla en casa ajena sin una figura maternal.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora