Capítulo 39

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JungKook miró a su menor que dormía apoyado en su hombro, sonrió con un deje de ternura, acarició la grisácea actual cabellera del de piel canela, recostó su cabeza sobre la chica rubia, llamada TaeYeon porque éste tenía cosas que hacer.

— Taeyeon-ssi dile que lo quiero mucho, debo irme ahora, disculpen. — las chicas asintieron y se despidieron con una sonrisa.

El castaño al salir fuera frotó sus manos por el frío de la mañana, camino hasta donde había dejado aparcado su auto, ya de camino a la casa de SoYeon comenzó a pensar en el chico Seok, había dejado de verle, aquello le entristecía demasiado, pero al menos se habían despedido.  Y apenas el día anterior, se había enterado de que, al mayor, lo habían desconectado de su coma, según lo que le dijeron, el Kim empeoraba cada vez más, y la madre, con sumo dolor, entendió que en aquel recipiente u es decir, el cuerpo de su hijo, ya no habitaba nada, ni jamás podría habitarlo  nada.

Jeon paró en cuanto divisó el semaforo en rojo, suspiró revolviendo su cabello no podía imaginarse el dolor de la madre por todos esos años, y mucho menos el dolor de que ella misma, había tenido que desconectar al fruto de su vientre y al instante, verlo muerto, darse cuenta que allí, en el que antes era su tan preciado hijo no estaba, ni jamás lo estaría, que había perdido a su rayo de luz en aquel momento, que había terminado de perderlo por completo.

— Joder, si yo tuviera que pasar algo así con mi hijo... no lo soportaría. — habló apoyando momentaneamente su cabeza en el manubrio.

Cuando el semaforo le dio el pase, continuó su camino, al llegar a la casa de SoYeon, respiro profundo antes de que le abrieran la puerta, la chica rubia le abrió con una mano en la cintura y su gran pancita de ya una semana de haber entrado en el noveno mes de embarazo. 

— Pasa Kook. — dijo la chica, sin mucho ajetreo ni mirandolo con odio. Lo cuál era extraño.

JungKook entro, ambos se sentaron en la sala, en el gran y mullido sofá que la mujer portaba. El castaño decidió hablar, hasta que vio que la chica quería hacerlo primero.

— Esto..ya sabes que queda poco para que nuestro hijo nazca...ó...tú hijo...

— Soyeon...no hagas esto, no lo llames así es nuestro hijo y punto, aceptalo. — la miró desganado.

— Bien nuestro hijo, ugh....falta poco para que nazca...ten....— la chica con una expresión algo apagada notablemente triste asomó lo que se podía identificar como un bolso tamaño promedio, con un osito café estampado en el. — está lleno de ropita para él...quería entregartelo ya...porque tu te encar-

— Soyeon escuchame...— él castaño tomó las manos de la chica — ¿Estás segura de que quieres hacerte esto? ¿De que quieres alejarte de tu propio hijo de ésta manera? — la miró entristecido, la Jeon sólo apartó su vista hacia un lado, y sin previo aviso, soltó un sollozo, seguida de la primera lágrima contorneando sus pomulos, hasta desaparecer en el abrigo afelpado de pijama que llevaba.

— ¡N-n-no lo s-sé! e-e-estoy asustada y-yo no puedo d-dejarlo — comenzó a acariciar su vientre mientras lloraba sin consuelo. — e-el no tiene la culpa de n-nada n-no p-puedo h-hacerle e-esto — hipó, el chico frente a ella la miró limpió algunas lágrimas que caían por el rostro de la muchacha, y tomó éste entre sus manos. — y-yo lo quiero é-él e-es mi c-cosita...m-mi pequeño..

— Escúchame Soyeon...estoy igual que tú, también tengo mucho miedo, pero por favor...si es cierto lo que me estás diciendo, no te hagas esto, no lo dejes, eres su madre, nadie va a poder cambiar eso, entiendelo, él te necesita...puede que a mi no me soportes, pero él será tu pequeño la pequeña vida que salió de ti...no voy a dejarte sola en esto...yo soy su padre, quizás no lo quise desde un principio, pero ahora quiero y espero más que la mierda su llegada, tan sólo imaginatelo entre tus brazos..¿no te daría gusto? ¿ver a tu bebé? ¿tu sangre? ¿el ser que tu diste a luz? — las lágrimas de la chica caían con desesperación, tocó las manos del Jeon en su rostro, y asintió freneticamente, el chico sólo atinó a abrazarla con cuidado y sumo cariño, al ser la madre de su hijo. No le guardaba rencor ¿por qué tendría que hacerlo?.

— Gracias...d-dios muchas gracias Jungkook. Me quedaré, lo siento lo siento tanto mi pobre pequeño. — gimoteo sin dejar de llorar, acariciando su gran pancita. — quiero verlo sonreír, quiero escuchar sus risitas, tocar sus pequeñas manitos....

— Estamos juntos en esto Soyeon...él será muy lindo y fuerte, más si tú estás con él. — La chica lloró, tratando de sacar todo el peso que había estado cargando esos nueve meses de embarazo, con lo que había dicho esa vez. Ese cargo de consciencia. 

•  •  •

SuRan suspiró, al tener a su hijo ya en casa, aunque estaba conectado a muchas cosas aún, por su estado de salud y físico, pero en al menos un mes quizás se recuperaría incluso en menos, dependía si el pequeño comía bien.

Mientras tanto YoonGi, estaba en la habitación del pequeño, viendo la bolsa de suero que se encontraba allí, sosteniendo discretamente, con una suavidad indescriptible la pequeña y regordeta mano de su amigo.

— Minnie, tienes que recuperarte rápido ¿si? Te prometo que jugaremos juntos, dejaré de ser tan amargado por ti...

— Yoonie....tú....no...cambies.....e-eres...mi li-lindo Hyung amargadito... — murmuró con casi inaudibles palabras, sin embargo el mayor pudo oírlas, sonrió en demasía y depositó con esos finos y rosa pastel labios un beso corto en los voluminosos del contrario.

— Te amo mucho, Jiminnie..

Divisó las mejillas del menor ruborizarse algo que lo hizo reír brevemente, aunque los ojitos de JiMin se cerraron de a poco; finalmente respondió.

— Y yo..también a..ti..

Y aquello le bastó al Min, para sonreír en grande, lo vio quedarse dormido, acariciando su cabecita, se durmió a su lado con tranquilidad. No podía haber estado más feliz en aquel momento.

Space Chim❤

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