Narra Adexe:
Miro a la chica, tiene el cabello negro, un lunar al lado del labio y unas lentillas de color verde. Pero lo que más me sorprende es que tiene el mismo tatuaje que ella, aunque quizás sea una casualidad.
-¡Sueltame!-la empuja.
-¡No la toques!
Me tiro encima suya haciendo que ella le suelte de golpe. Ni siquiera ve venir todos los puñetazos que le doy aunque yo también recibo algunos.
-¡Para!-grita.
Me detengo, esa voz, es igualita a la suya...
-Déjale.
Me agarra, intento resistirme porque quiero seguir golpeándolo. Al final acabo rindiendo me, me lleva a otro lugar, a un hotel más bien. Sube por las escaleras y abre una de las habitaciones y me obliga a sentarme en la cama.
-¿No eres de aquí?
-No, ¿Cómo lo sabes?
-Es evidente ¿no?, Me has traído a un hotel en vez de a tu casa.
-Tienes buena intuición, no, no soy de aquí.
-¿Sabes que? Tienes el mismo tatuaje que yo tengo con una amiga.
Traga saliva, va a por el botiquín evadiendo mi pregunta y eso me hace sospechar.
-¿Porque huyes?
-Yo no huyó, solo he ido a por el botiquín.
-Si, si.
Agarro su mano, ella en seguida se aparta y suspiro.
-Estoy seguro de que te conozco de algo.
-No creo.
-Si, quizás tengas razón, es que me recuerdas mucho a una amiga.
-¿A una amiga?
-Si, la metieron en un sanatorio mental porque tuvo depresión.
-Pobre...
-Es que tu voz es igualita a la de ella.
-Para.
-Es que es imposible que haya dos personas con la misma voz, incluso eres parecida a ella.
-Para, yo me llamo Sofía.
-Está bien.
Me marcho enfadado, yo sé que algo tiene que ver con ella y lo voy a averiguar.
NARRA NAU:
Cómo algo viendo la tele. Oigo el timbre y me levanto.
-Hermano ¿eres tú?¿te has olvidado las llaves?
-No soy tu hermano, abre.
Abro.
-¿Que haces aquí?
-¿Donde esta tu hermano?
-Yo pensé que estaba contigo.
-No, el idiota golpeó a mi hermano.
-¿Que?
-Si, como lo oyes.
-Pues iba a pedirte perdón.
Se sienta en el sofá enfadada.
-Tu enfado viene por algo más ¿que pasa?
-Encima después de golpear a mi hermano se ha ido con una tía.
-¿Con una chica?
-Si, una de cabello negro y ojos verdes.
-Me resulta raro porque conozco a todos sus amigos y amigas y no tiene ninguna amiga así.
-Pues la habrá conocido hace poco.
-Puede ser.
-¿Sabes si tiene algo con ella?
-No, no se nada Silvia, te acabo de decir que no conozco a nadie así.
Suspira, se levanta y me mira sería.
-El es mío y no voy a permitir que ella me lo quité.
-Si esa chica le gusta a mi hermano no vas a poder hacer nada.
-Ya veremos.
Se marcha, suspiro agobiado y me siento en el sofá con las manos en la cabeza.
-¿Que pasa hermano?
-Por fin llegas ¿donde estabas?¿¡Que te ha pasado!?
-Tranquilízate.
-No puedo, Silvia ha estado aquí.
-¿Y que ha dicho?
-Que golpeaste a su hermano y más idioteces.
-¿Como cuales?
-Que te has ido con una desconocida.
Mira hacia otro lado, le conozco demasiado para saber qué es verdad lo que Silvia ha dicho.
-¿¡Cómo se te ocurre irte con una desconocida!?
-Cálmate.
-No, no me calmo, podría haberte hecho algo.
-Pero no me ha hecho nada, solo me ha curado.
-¿Curado? Y otra cosa, como se te ocurre golpear al hermano de Silvia, ¡Te puedes meter en un lío!
-Empezó el.
Me pongo las manos en la cara y repito muchas veces en voz baja "Madre mía, madre mía" se ha vuelto loco, como se le ocurre hacer algo así.