23:

139 11 0
                                    

Narra Goretti:

Lucas llama por decimoquinta vez en toda la tarde a la puerta. No he querido abrirle y tampoco he tenido ganas, ni fuerzas para hacerlo.

-Ya entre.

-¿Cómo has entrado?

-¿Se te olvida que mi padre es el dueño de este hotel? Tiene copias de todas las llaves de las habitaciones del hotel.

-Tiene muchas llaves entonces.

Asiente, vuelvo a poner mi cabeza sobre la almohada y respiro hondo, aún recuerdo la última noche que pasó aquí.

-Pequeña-murmura, se sienta a mi lado aunque le esté dando la espalda y acaricia mi pelo como lo hacía el-No puedo imaginar el dolor que estás sintiendo ahora pero eso sucedió cuando no estabais juntos.

-Lo se pero molesta, que tu pareja vaya a tener un hijo con otra significa que en algún momento tuvieron una relación y ¿si vuelve con ella y me deja? ¿Que hago yo? Además, no estamos hablando de un perro o un pez, ¡estamos hablando de un bebé! Y yo no quiero que ese niño crezca sin padre.

Suspira. Se que me negué a llorar pero ahora mismo no puedo contener mis lágrimas.

-Llora, te hará bien desahogarte.

Limpio mis lágrimas. Soy cabezota y nadie me hará cambiar de idea.

-Me voy, tengo trabajo-me levanto-

-¿Vas a ir estando así de mal?

-Estoy triste, no enferma, no hay bajas por estar mal.

Se queda callado. Salgo del edificio tras vestirme y coger mis cosas. Verle la cara a esa mujer solo me va a servir para aumentar mi odio pero aún así necesito entrar en esa casa para recoger pruebas.

Miro todas y cada una de las fotografías que hay en la habitación de mi padre. Me da rabia porque esa mujer ha sustituido todas las fotos de mi madre por las de ella. Aprieto mis puños y por impotencia y rabia acabo estampando una de ella contra el suelo.

-¿Que ha sido eso?-miro la foto-¡Mi foto!

-Lo siento, se me resbaló.

Me mira con cara de pocos amigos, sale de la habitación tras oír sonar su teléfono. Me quedo en el pasillo algo escondida detrás de una puerta para que no me vea.

-Si perfecto, está todo bien planeado.

Hay momentos en los que no se escucha nada, el que está al otro lado de la línea estará hablando seguramente.

-Si, perfecto, eso es lo que haremos. Querido amigo, pronto tendremos esa fortuna en nuestras manos y el no podrá hacer nada porque estará a cinco metros bajo tierra con su querida esposa-rie.

Agarro un jarrón que hay a mi lado, estoy dispuesta a matarla con tal de apartarla de mi padre.

NARRA ADEXE:

Doy vueltas por la habitación, aún no me explico cómo Silvia ha podido embarazarse si yo me asegure de que el preservativo estaba perfectamente.

-Aunque te pongas así no van a cambiar las cosas.

-Lo sé-murmuro.

Me siento en su cama. Tengo ganas de llorar pero ya no me quedan lágrimas para hacerlo.

-Tranquilo, todo estará bien-murmura abrazandome.

-¡No!¡Nada estará bien!

Suspira. Derrama un par de lágrimas y me siento mal porque le he hecho llorar.

-Lo siento.

-No pasa nada.

Suspiro y me siento a su lado. Apoyo mi cabeza en su hombro.

-Ojalá las cosas no fueran tan difíciles.

-¿Lo dices por algo más? Porque tengo la impresión de que si.

Se queda callado, da toquecitos en la cama y mira al suelo por unos segundos.

-Puedes contármelo si quieres.

-Es difícil-suspira.

-¿Porque?

-Creo que me gusta alguien-le miro.

-¡Eso es fantástico! ¿Pero porque es difícil?

-No es una chica, es un chico-murmura muy bajito-

Me quedo sorprendido. Sale de la habitación mientras yo aún no puedo pronunciar palabra alguna. No sé qué hacer ni que decir. El timbre suena. Bajo, abro la puerta y para mí sorpresa es alguien vestido con una bata de las que usan en un hospital, entra y agarra mi camiseta con fuerza.

-¡Imbécil!¡¿Que mierdas haces escondiendo a una interna de nuestro hospital?!

Muerdo mi labio con fuerza para evitar saltarle y decirle algo que pueda perjudicar a Goretti.

Eternally yours. Where stories live. Discover now