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Narra Goretti:

Siento que alguien golpea la puerta de mi habitación. Me giro con la almohada tapando me los oídos pero insisten aún más fuerte. Pierdo la paciencia y abro de golpe.

-¿¡Que?!

-No grites-murmura tapándome la boca.

Ruedo los ojos, le muerdo flojito la mano haciendo que suelte un pequeño grito y me la quité de inmediato.

-Brutaa-rie.

-¿Que haces aquí?

-Pues... Quería verte...-toca su nuca nervioso.

Miro mi móvil y frunzo el ceño, me cruzo de brazos.

-¿A las dos de la mañana?

-Lo siento-suspira.

Pasa. Miro a mi alrededor percatando me de las fotos y rezo para que no las descubra.

-¿Que querías?

-Necesitaba hablar con alguien-murmura.

Se sienta y se hecha para atrás tumbando se en la cama, yo hago lo mismo.

-¿Sobre que?

-Mi hermano está enamorado pero esa chica no lo esta de él y está mal.

-Dale tiempo al tiempo, es lo que se suele decir pero con el tiempo la olvidará y será feliz con otra.

-Si-murmura.

Sonríe, me da un abrazo que hace que sienta un cosquilleo en el estómago. Es algo que no sentía desde hace mucho o mejor dicho que no había sentido nunca... Cierro los ojos disfrutando de cada sensación que me produce estar a su lado.

-Sofía.

-¿Que?-murmuro.

-Gracias por todo.

-De nada-sonrio.

Apoya su cabeza en mi hombro. Acarició su pelo y nos quedamos un rato así hasta que el vuelve a romper el silencio.

-¿Que haces con esas fotos?

-Eh... Yo...

-Claro, ahora lo entiendo, eras tú todo el tiempo Goretti ¿Porque no me has dicho nada?

Me quedo callada, no se qué decir en este momento.

-¿Sabes que? Mejor déjalo.

Se marcha. Me quedo mirando al techo y rompo en llanto, es mejor que no me hubiera encontrado nunca con el.

Narra Adexe:

Cuando salgo de aquel gran hotel un sentimiento de tristeza me invade. Me recorro gran parte de la ciudad. No tengo ganas de volver a casa. Me apoyo en una cabina de teléfono y rompo en llanto. Parece que el tiempo también quiere acompañarme porque está lloviendo.

-Hola, ¿Estas bien?

-No Silvia, ahora largate, no quiero ver a nadie.

-No hace falta que me trates así.

-Ya te lo he dicho, no estoy bien, necesito estar solo.

-Me da igual que me trates mal, nos conocemos poco pero aunque tú a mí no yo te amo.

La miro, la veo borrosa por la cantidad de lágrimas que tengo en los ojos.

-Silvia.

-¿Que?

-Abrázame por favor, lo necesito-murmuro bajito.

Me mira, se está pensando en sí hacerlo o no, la conozco demasiado. Al final opta por rendirse y abrazarme.

-Silvia, perdóname por haber sido un imbécil y por haberte hecho llorar tantas veces...

-Tranquilo, fue culpa mía al enamorarme de un imposible.

Mira hacia otro lado mientras yo tengo un gran sentimiento de culpa mezclado con tristeza. Me lleva a su casa y me deja ducharme allí. Cuando salgo de la ducha la veo dejando ropa encima de la cama.

-Lo siento, he venido ha dejarte algo de ropa limpia, ya me voy.

-No, Silvia, por favor, espera, no te vayas.

Agarro su brazo impidiendo que se marche. Se gira mirándome fijamente y yo sin pensármelo uno sus labios con los míos. Quizás esté cometiendo un gran error pero ahora me importa más bien poco. Se separa un poco para coger aire pero yo vuelvo a unir nuestros labios segundos después. No quiero que me de tiempo ha pensar en esta locura.

-¿Que significa esto?

-Silvia-la miro fijamente a los ojos-Quiero que seas mi pareja oficialmente.

Traga saliva, no se esperaba esto de mi parte y la verdad es que yo tampoco pero necesito pasar página como dice mi hermano.

Eternally yours. Where stories live. Discover now