El examen

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Snk pertenece a Hajime Isayama.

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En ocasiones, la escasa luz que atravesaba los muros que les rodeaban parecía ser suficiente cómo para filtrarse entre los pequeños resquicios que separan a las piedras que lo componía. Y esa lastimera luz era la que indicaba que cada día comenzaba y acababa. Tan sólo había visto el potencial de dicha iluminación en una ocasión, pero había sido suficiente cómo para desear volver a ser bañado bajos aquellos rayos de sol.

Miraba al cielo prácticamente sin pestañear sin obtener nada a cambio. ¿Por qué aquel sol le resultaba menos cálido que el que experimentó hace semanas? ¿Qué significaba aquella sensación cuando había salido por primera vez de aquellas murallas? Forzó su vista al verse cegado momentáneamente. Sabía que el astro que admiraba cuando oteaba su vista hacia el horizonte era el mismo que podía observar fuera. Pero parecía tan distinto.

La ceguera momentánea le obligó a dirigir sus ojos hacia el suelo. Sus retinas comenzaban a quejarse. Parpadeó sin ganas mientras recuperaba parte de su visión. Llevaba tantos minutos observando el cielo despejado que había olvidado la razón de encontrarse en campo abierto. Entrenamiento. El mismo que realizaban prácticamente cada día. Nada nuevo. Aquellas burdas figuras de madera.

En esta ocasión parecían estar contabilizando la rapidez mediante el trabajo en equipo. Comenzó a observar a aquel hombre rubio que siempre merodeaba cerca del comandante. Erwin Smith, que le sonreía con complacencia. Pareció percatarse de su mirada y se acercó a él.

- Hoy deberás trabajar en equipo.

- No necesito un equipo.

- Cuando te encontré junto a tus dos  amigos, podías trabajar bien con ellos. Me gustaría que me demostraras que puedes trabajar bien con el resto de tus compañeros– Levi dirigió una mirada asesina al pronunciar a aquellas personas que aún suponían un hueco dentro de su pecho que le provocaba imsomnio – Dime Levi, ¿qué diferencias observas con los titanes reales que enfrentaste y con los que podemos practicar?

- Menuda estupidez. Los reales se mueven.

- No es del todo cierto. Podríamos poner motores y generar movimiento en las pruebas.... - palmeó suavemente su hombro mientras se alejaba – Los que viste allí afuera, ellos están vivos.

Frunció el ceño algo extrañado. Por supuesto, las bestias que diezmaban aquel ejército cada mes eran reales y estaban vivas. No cómo aquellas insulsas copias artificiales. Ni tan siquiera suponían un auténtico reto derrotarlas. Estar vivo....... Algo en aquella frase le atacó sus sentidos. Atacar a algo que carecía de vida no suponía un grave aliciente a tu cordura mental. Pero matar era completamente distinto. ¿Qué insinuaba? ¿Qué estaban asesinado a aquellas bestias sin cerebro?

Volvió a dirigir la vista hacia él. Que comenzó a anotar algo que había detectado en uno de los cadetes que estaba realizando su demostración junto a su compañera. Por el movimiento de sus dedos pudo intuir que su agilidad era excesivamente baja.

- Erwin.... - murmuró el comandante pretendiendo no ser oído por el soldado más bajo que esperaba a su compañero - ¿Qué pretendes hacer con él? Cuando hizo esta prueba inicialmente demostró muy mala capacidad de trabajo en equipo. Déjalo trabajar sólo cuando salgamos al campo de batalla. Pondrá en peligro a sus compañeros si lo forzamos a seguir dinámicas conjuntas.

- En ocasiones hay que hacer apuestas arriesgadas Keith, y ya he pensado en eso. Creo que hay alguien con quién podrá trabajar bien – se escoró hacia su izquierda señalando a una persona que destacaba del resto de participantes que esperaba su turno. Mientras el resto estiraban sus músculos, ella yacía sentada en el suelo leyendo un libro – Ella – señaló.

Decisiones y arrepentimientosWhere stories live. Discover now