Palabras ahogadas

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Snk pertenece a Hajime Isayama.

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El sol había decidido acostarse aquella larga noche unas horas más. Como si decidiera darles suficiente tiempo para que el día no acabase, y les permitiera comprender aquellas difusas horas. Espuelas que salpicaban de arena conforme avanzaban su paso. Hasta deneterse. Notaba desesperación en su torrente sanguíneo, mientras sostenía fuertemente entre sus brazos a la mujer que era su capitana, aún inconsciente.

Sus ojos bajaron hacia ella. Respiración pausada, algo difusa. Y una terrible sensación helada. Su piel se había convertido en marfil azulado. Porcelana que bajaba continuamente su temperatura, incapaz de albergar vida. Buscó con inquietud la mirada de su capitán que bajaba de su caballo y lo ataba en aquel establo aislado. No eran necesarias demasiadas palabras para que comprendiera que su líder apenas se aferraba a un hálito de vida.

- Capitán....

- Baja de tu caballo. Iremos al barracón de superiores. Tengo que reunirme con Erwin. Cuando Mike y Nanaba vuelvan-

- ¡Capitán! - interrumpió sin ser consciente de la desesperación de su voz – Debemos llevarla a la enfermería. Necesita recibir fármacos.

- ........ - colocó sus dedos sobre la piel que se tornaba blanquecina con cada segundo devolviéndole un amago silencio – Está helada.

- S-sus funciones vitales se han reducido al mínimo para preservar sus órganos más importantes. Por eso su respiración es tan efímera y ha bajado su calor corporal. Necesita un médico.

- Mierda.......... - la arrancó de sus brazos mientras dubitaba en sus propias palabras – No podemos ir a la enfermería. Dámela, la cargaré yo.

- ¿Por qué?

- Nadie debe saber que ella no entró con nosotros cuando volvimos. No hasta que sepamos que está pasando. Nanaba te lo dijo, si entrabas con nosotros en aquella iglesia, no podrías hacer preguntas. No podemos responderte. Así que mueve el maldito culo y acompañame a mi barracón.

- ¿Quiénes eran aquellas personas que la han dañado? - sabía que no obtendría respuesta, pero su necesidad de aclarar aquel torrente de sensaciones taladraba su cerebro - ¿Quién es nuestro auténtico enemigo?

- ..... - parecía que las personas que compartían aquellas paredes con él repetían contantemente la misma frase, quizás influenciados por aquel que los lideraba en cada batalla - ¿Cuál crees que es mi papel en este maldito ejército?

- Yo...

- ¿¡Cuál crees qué es!? - su voz se alzaba mientras sus pasos le dirigían con su frío cuerpo hacia las puertas semiabiertas.

- Proteger a la humanidad.

- Hanji y Erwin pueden discutir todo lo que quieran sobre quiénes son los imbéciles que nos retienen o nos dañan. Pero ahora mismo tenemos que mantenerla a ella viva. Dijiste que se congelaba por nosequé mierda médica.

- S-sí, necesita calor, por lo que no comprendo que hacemos aquí, capitán. Los barracones no-

- Tal vez no comprenda vuestra mierda matemática o las estrategias absurdas de Erwin. Pero oír continuamente a esta idiota también me ha enseñado más de una manera de dar calor a alguien.

- ¿Qué es lo que...?

Derribó la puerta de una patada sin dudar. Sabía que aquellos dormitorios estaban vacíos. Apenas diez horas antes habían vuelto de una misión. Muchos de sus equivalentes en aquel ejército habían fallecido bajo las fauces de una criatura sin intelecto. Otros tantos ayudaban con los heridos que apenas podían arrastrarse en aquel suelo empedrado.

Decisiones y arrepentimientosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora