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Abrí mis ojos, examine todo lo que me rodeaba y luego me removí en la incómoda silla, mire a Zayn y aún seguía dormido, mientras que yo tenía un gran dolor de espalda, me levante y camine hacia el baño, entre, peine un poco mi cabello, lave mi cara y boca, troné vario de mis huesos y Salí.

Vi que Zayn se removió y luego lentamente fue abriendo sus ojos. Lucia tan tierno.

— buenos día—susurro con su voz ronca

—buenos días—conteste de vuelta

— ¿Isaac no te dijo?—pregunto y yo enarque mis cejas

— Hmmm el no de ha dicho nada ¿de qué o qué?

— ¡me darán salida hoy!

— ¡Genial!—grite y luego me acerque a él, me senté a su lado y empecé a acariciar su sedoso cabello.

— si, podemos pasar más tiempo juntos—ronroneo

— ¡Me encanta la idea! además odio verte en la cama de un hospital

Después de unos minutos llego Isaac para cambiar de turno, yo por mi parte fui a casa de Zayn a organizar todo para su llegada, la casa sí que era grande, y me atemorizaba un poco, pedí algunas cosas a domicilio, debo admitir que soy terrible cocinando...

Con el pasar de casi tres horas tenía una casa impecable y mucha comida. Me senté en la terraza, en donde Zayn tenía puesto una silla estilo columpio, la vista era espectacular, todo era tranquilo, puesto que la casa estaba ubicada en una vereda a las afueras de la ciudad. Un taxi se estaciono en frente, abrió la puerta y salió Isaac con un maletín, seguido por Zayn, quien al verme me brindo una sonrisa.

Camine hasta la entrada para recibirlos, le di varios besos a Zayn escuchando los reproches de Isaac diciendo, de cuan melosos éramos, para mí no era incómodo. Entramos a la casa, Isaac dejo las cosas y se marchó. Mientras que yo tenía a Zayn sentado como a un niño pequeño comiendo un tazón de frutas.

— Esto es mucho alana—dijo un poco apenado. Yo rodé los ojos, Zayn merecía buenas atenciones.

— Claro que no, solo come la fruta... ambos sabemos que la comida de hospital es un asco

— Está bien, comeré... pero si me ayudas

— No, ya comí, anda Zayn, solo un poquito—insistí.

— Comeré... pero si me la das

— ¿ok? Si quieres que te la de esta bien, por mí no hay problema

— Pero con tu boca—dijo de repente

— Suena bien—reí

Tome un trozo de fresa con mis manos y la puse en mi boca, luego me acerque a él y se la di, esto termino en un beso que se salió de control y nos dejó recostado en el sofá de la sala, mientras que el acariciaba mi cabeza y yo hacía líneas en su pecho con mi mano izquierda.

— Sabes deberíamos ir a patinar sobre hielo, me quedo gustando—dijo de repente

— Ni lo sueñes, no lo hare, me caí varias veces, no es justo—me negué, no volvería hacer el ridículo de nuevo.

— Solo una vez...

— Está bien... pero tengo una condición

— ¡hey! Aquí el de las condiciones soy yo—burlo

— No esta vez

— Entonces dime—pidió

— Quiero que te dejes la barba, me encanta como se te ve

— Lo que usted diga señorita alana

La tarde paso entre risas y juegos, nos sentamos un rato en el columpio, mientas hablábamos sobre nuestras vidas y hacíamos confesiones, y miles de cosas más.

Puede que no le dijera o preguntara nada a Zayn, pero aún tenía esa duda ¿Qué era lo que tanto ocultaba él? ¿Por qué siempre me evadía el tema? ¿Por qué había tanto misterio? Incluso algunas veces llegue a pensar que Zayn tenía un pacto con el diablo o cosas por el estilo, creo que si el llegase a leer mi pensamiento me haría un exorcismo, porque de hecho hasta averigüe acerca de los demonios y todas sus legiones, todo lo que ellas acarreaban, averigüe sobre rituales satánicos, personas y objetos poseídos, el mundo tenia tanto misterio, y Zayn traía consigo uno de ellos.

Pienso que peque de pensamiento, pues dude de la persona que amo, pero que cuando se ocultan muchas cosas, tu imaginación, te suele jugar malas pasadas, y eso era lo que me ocurría.

Dark Angel [Z.M.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora