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Abrí mis ojos finalmente y estaba en tierra, vi aquellos brazos que me tenían cobijada, pude reconocer perfectamente esos tatuajes, era Zayn. Lentamente me separa de el para poder apreciarlo, el solo tenía un jean puesto, su torso estaba descubierto, pero lo que más me dejo atónita fueron aquellas alas de color gris que adornaban su espalda.

—Zayn—susurre con mi voz temblorosa. Todo este tiempo fue eso lo que él me oculto.

— Alana...ahora sabes porque te oculte tantas cosas—dijo y acaricio mi rostro

— ¿En verdad eres tú?—cuestione.

— soy yo... soy aquel chico de la fiesta

— ¿Zayn pero? esto no puede estar pasando, esto solo es un mal sueño, nada de esto es real—me dije a mi misma.

—las alas—suspiro

— tengo miedo, o no sé qué sentir, han pasado tantas cosas...

—no te haré daño, te debo un explicación, daría mi vida por ti

—yo...

Lo único que pude hacer fue dar media vuelta y alejarme corriendo, no sabía que hacer ¿Cómo pasaba este tipo de cosas? Y lo mejor de todo era que me pasaban a mí. Las personas pasaban a mi lado, pero no parecían notarme, solamente pasaban, ellas no veían a Zayn o a lucifer, es como si estuviésemos en otro plano.

Zayn

Ella finalmente había descubierto todo, ella ahora mismo estaría en shock pensado de que al hombre que creía amar era una criatura extraña o mejor dicho o un ángel de una raza bastante rara. Lucifer aquel demonio se regocijaba en todo lo que estaba pasando. Sabía que alana era mi punto débil.

— ¿Qué le hiciste?—pregunte, la ira me iba consumiendo poco a poco.

—ella solo era un señuelo—contesto

— ¡ella no tiene nada que ver en esto!

—el ángel protagonista de la profecía y no sabe nada...

— ¿profecía?

— entonces en aquella noche el ángel se apiado de la pequeña niña que tenía frio y bla bla ¡patrañas! Este mundo lo único que hace es inventar e interferir en todo, especialmente tu—grito

—Di lo que quieres, de aquí no saldrás—gruñí

— yo soy el cegador Zayn, ahora mismo tengo todo en mis manos, incluso tu amada alana...

Lanzándome sobre él le di vario golpes, pero a él no pareció hacerle cosquillas, simplemente reía y cuando quería se esfumaba, no luchaba por venganza, luchaba porque mientras él estuviera afuera de su castigo mucha gente seria lastimada, entre esas alana, ella era lo que yo más amaba en este mundo y estaría dispuesto a darlo todo con tal de que estuviera a salvo, así no la volviera a tener nunca más a mi lado.

— Simplemente tu no puede matar a alguien que ya se encuentra muerto, mi alma es un desierto es estéril—susurro

— Así no pueda desaparecerte, no te daré el gusto que disfrutes de los placeres lastimando a otras personas

— Por esa misma razón quedaste atrapado en la tierra, por eso, porque piensas primero en los demás y luego en ti. Por eso quedaste solo viendo como todas aquellas personas que amabas morían

No conteste nada, el sabia donde herirme y sí que lo había hecho, pero así quedara aquí, no dejaría que el volviera al mundo físico.

Mientras forcejeaba con el metí la mano en su pecho y saque su corazón, aun latía, estaba fresco y la sangre corría por mi mano.

— ¿ves esto?—grite

— Lo veo perfectamente, algo que tenemos en común, es solo un lujo una apariencia humana, no es esencial

— Te equivocas... jamás tendré nada en común contigo, después de todo el mío siempre estuvo vivo.


Dark Angel [Z.M.] Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon