~3~

52.3K 3.5K 326
                                    

The Weeknd -  The Hills

Vicent

Doy un sorbo más a mi bebida. He pasado toda la madrugada pensando en aquella mujer con la que estuve la noche anterior.

Sólo hay una cosa que lamento, el no haber visto su rostro.Era virgen,cosa que me sorprendió mucho, jamás había estado con una, me atrajo la forma en la que entrego al deseo y a lo que nuestros cuerpos pedían. Me excitaba de tan sólo recordar mis labios en su cuerpo.

En mi vida había estado muchas veces con mujeres y me había acostado con mas de una sin darle importancia al día siguiente. Pero esta chica era diferente, al menos la sentí de esa forma.

No quería equivocarme, como lo hice con Antonella. La había amado profundamente y nos casamos pensando en que la vida para ambos iba a ser mejor.

Pero todo fue lo contrario, ella y yo empezamos a comportarnos diferente, Antonella quería más de lo que yo podía ofrecerle. Incluso me hizo sentir un imbécil perdedor por que no quedaba embarazada. Ella alegaba que yo era estéril y que por eso no podíamos tener hijos. Cosa que jamás pude comprobar, porque no estuvo dispuesta a ir conmigo a una cita médica.

No era que no quisiera hijos, siempre me han gustado los niños, pero las cosas no se dieron de esa manera y eso la frustro. La amaba profundamente y verla de esa manera me rompía el corazón.

Pero la verdad era que no tenía el tiempo disponible para estar en casa y darle mi atención a un niño las veinticuatro horas del día, porque si de algo estaba seguro es que el día en que tuviera un hijo no lo iba a dejar de lado por negocios.

Le sugerí muchas veces esperar para tener un bebé, pero ella parecía casi obsesionada con el tema. Cosa que termino sacandome de mis cabales y dejara que todo entre los dos acabara.

Ahora después de ocho años de casados, habíamos firmado el divorcio.Los primeros días fueron más que horribles, la casa en Francia era inmensa y sin la presencia de ella aunque fuera para cuestionar mis juntas me hacían extrañarla y desearla, había sido un esposo amoroso y comprensivo, trataba siempre de darle lo mejor para que se sintiera comoda a mi lado. Pero al parecer fue muy poco para ella.

Me sentía culpable conmigo mismo, al punto en que no compartí lo que sentía con nadie, ni quiera mi padre sabía que hace seis meses estaba de nuevo soltero. De seguro hubiera ya creado su lista de posibles nueras disponibles para mí.

Jamas tuve algo que reclamarle a Antonella, ella era una mujer muy suelta en la cama, una excelente amante y siempre dispuesta a descubrir cosas nuevas en el sexo. Me era difícil olvidar las noches en que hacíamos el amor, en que se entregaba con total pasión a mí. Su cuerpo era fuego al lado del mío, era una mujer sumamente atractiva, nunca pasaba desapercibida en mis juntas de negocios. Sentía incluso celos de que mis amigos la vieran como un hombre que quiere más que conocer a una mujer, y a ella parecía agradarle el ser admirada por los hombres. Cosa que a mi cabreaba al punto en no controlaba mis impulsos.

Hasta esa noche en la que decidí ahogar mis penas una vez mad en el alcohol Antonella ocupaba un puesto importante en mi vida, pero esta chica misteriosa apareció de la nada, la vi bailar en la pista, era muy guapa y parecía segura de si misma

Me sentía casi como un adolescente llevado por sus hormonas, ya estaba en mi treinta y seis y el salir con chicas más jóvenes que yo no eran unos de mis fuertes, por eso dude en acercarme a ella.Pero el haber ido hasta donde se encontraba ha sido una de las cosas de las que no me lamento. Habia bebido mucho,pero no bastante para olvidarme de esa mujer, todo en ella era casi perfecto, el sexo fue más que increíble, sentía que con esa mujer podía experimentar muchas cosas que no llegue a hacer con Antonella y en mi surgió la idea de volver a mi antigua vida antes de casarme.

Seducir a un extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora