Azar_10

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♦♣♥ Azar del corazón ♠♥🌷

Capítulo 10

-Buenos días señora Neherenia- Nicolás llego a casa de los Kou, Seiya se había recuperado, la fiebre había cedido, y era momento de enfrentarlo a su realidad, su prometida se había casado con otro pero Nicolás no se atrevía a darle tal noticia
-Oh! Nicolás has vuelto dime, dime por favor qué has encontrado a mi hijo, pero pasa muchacho-Neherenia lo recibió con el mejor ánimo del mundo en el corazón de esa madre había tranquilidad.
-¿Se encuentra Rei?- se estiraba por si de casualidad, la veía venir de la cocina o el jardín.
-Nicolás estás aquí,- Reí bajaba las escaleras- he escuchado que preguntabas por mí!- Rei se acercó y permitió que él le tomara de las manos, la mirada de Nicolás denotaba todo el amor que un hombre tímido no sabía decir con palabras.
-Me alegra, verlas señora, hermosa señorita Rei,- Nicolás sonreía de emoción- ya lo he encontrado ya sé dónde está, y está bien!- el júbilo que sentía en el corazón al dar esa noticia le hizo soltar una lagrima, lo que más anhelaba era devolverle la felicidad a su amada y a su madre.
-Oh! Nicolás- Reí no controlo su emoción y se lanzó a Nicolás- gracias Nicolás gracias
-Pero ¿dónde está?- pregunto Neherenia ansiosa
-En mi casa, hace una semana, apareció muy mal herido- borro un poco esa sonrisa.
-Y porque tardaste tanto en venir a decirnos- ahora lo que recibió de Rei fue una manotada en el hombro
-¡Ouch!- se sobo- él me suplico que no lo hiciera, él temía por su vida, había llegado muy grave señora Neherenia casi muriendo si no es por mi sirvienta Mimet tal vez él no hubiese sobrevivido- aseguro con pesar.
-Llévame inmediatamente con mi hijo Nicolás necesito verlo, necesito abrazarlo vamos de inmediato- Neherenia se apresuró a tomar un abrigo.
-Vamos las llevo, aquí afuera esta mi carruaje las llevaré enseguida pero traten de no hacer mucho aspaviento, el aún no me ha explicado que fue lo que le pasó, no sé dónde estuvo, ni quien lo mantuvo encerrado- aclaro Nicolás

Obedeciendo la súplica de Nicolás las dos mujeres salieron con casualidad y con su usual rostro de angustia, el cual no era falso no sabían que había sido de él ni en qué condiciones habría estado. Lo único importante era que estaba vivo.

En el catillo Roses´s the Moon, el ambiente era tenso y silencioso durante el desayuno. Darién tuvo que dormir en una fría habitación de huéspedes sin ventanas, se sintió como en el calabozo.
 
-¡Buenos días madre!- Darién al llegar al comedor, con unas ojeras que le demacraban su varonil rostro, no había dormido nada bien, solo pensando en que era lo que su padre habría hablado con Serena.
-¿Pudiste dormir bien con tu conciencia hijo mío?- recriminó Artemis
-No pude ni dormir en mi habitación, son muy fríos los cuartos de huéspedes padre- tal vez lo que extraño fue el calor que le transmitía Serena y su aroma el cual ya había inundado toda su habitación- ¿Dónde está serena? por cierto, no bajará a desayunar supongo por no verme- Darién tomo un poco de jugo
-Se fue- respondió muy quitada de la pena Luna, Darién escupió todo el jugo
-¿Qué?, ¿Y se lo permitieron?- un nudo en la garganta de Darién se formó tan rápido jamás pensó que la perdida de Serena le causara tanta angustia- voy a buscarla tengo que aclararle las cosas- una terrible desesperación le inundo la mente.
-Siéntate Darién- le ordenó su padre
-No entiende yo la necesito, yo…
-Dime eso es cierto, puedo librarte si es que no querías casarte me lo hubieses dicho, no hubiese forzado tanto- Darién rio para no llorar
-Si se lo dije, pero eso no importa ahora, Serena es mi esposa y la quiero aquí en su casa con su marido, no seré un pelele al que su esposa lo deje, iré por ella y la convencerme de que vuela- Darién se levantó de nuevo de la silla.
-Eso es lo que te importa Darién que te critiquen por qué no supiste retener a una mujer, si es así ten por seguro que librar a esa joven de ti no se cómo pero lo haré- Artemis le hablaba con mucha calma, no pareció muy preocupado por lo que fuesen a decir de su heredero.
-No padre, me duele algo aquí, quiero que vuelva padre no me haga esto debo ir a buscarle, pedirle perdón si es que hace falta. Pero no la dejare ir- Darién caminaba de un lado a otro
-Darién se sinceró ¿la necesitas o la quieres?- la pregunta de Luna fue muy directa. Darién intento calmarse, pensarlo un poco, como reconocerlo como saber si es amor o solo capricho, pero sentía que ya no podía estar sin ella.
-Quiero verla feliz madre, quiero hacerla feliz yo, quiero verla sonreír para mí, quiero verla tranquila y que nada le falte, quiero que siempre esté bien...
-Pero si ella no está bien junto a ti Darién si tú en vez de hacerle un bien le haces un mal- el mundo parecía derrumbársele, no había contemplado eso, si, él la quería para él, pero poco le costaba aceptar que no la quería a la fuerza, quería que ella, Serena estuviese con él por su propia voluntad.
-La dejare…- susurro con pesar- la dejare pero tiene que ser ella quien me lo diga de frente- Darién se levantó y ando a la puerta
-Solo fue a desayunar a casa de su padre,- el joven se detuvo en seco- me prometió que volvería, me pidió que le permitiera ir a ver a su madre y le permití, ella lo necesita yo puedo decirle algo que le haga bien pero no puedo dar el amor de madre- contesto con una mirada fija y fuerte.
-No creo que vuelva, iré a buscarla
-Darién- grito Artemis- tienes cosas que hacer no puedes andar por ahí perdiendo tu tiempo
-Padre si no vuelve, quiero que vuelva señor Artemis yo…  ¡la quiero!- grito con impotencia.
Artemis y Luna se vieron conocían a su hijo la desesperación en el era evidente, trataron de convencer a Serena para continuar con el matrimonio.
-Está bien ve a buscarla trata de arreglar las cosas. Pero Darién si ella te dice que no, ¿Qué piensas hacer?- pregunto Artemis.
-Cortejarla- respondió firme y salió presuroso a buscarla.
Si era un hombre pero era un niño caprichoso, alguien que se había valido del des fortunio de un hombre para conseguir lo que no pudo conseguir en Inglaterra. Una hermosa mujer por quien sintió algo pero era prohibida para él. Se juró que no se fijaría en ninguna mujer jamás, pero en cuanto vio a Serena supo de inmediato que tendría que ser ella su esposa y que la conseguiría a como diese lugar. La sorpresa que le dio fue que al mes de verla ella ya era su esposa. 

Azar del Corazón (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora