Azar_28

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♦♣♥ Azar del corazón ♠♥🌷

Capítulo 28

Serena caminaba de un lado al otro en su habitación, acunando a su hijo en sus brazos. Mientras dormía lo observaba lo hermoso que era, y lo tanto que le recordada a Darién. Empezó a cantarle quien lo dijera que Serena tenía una voz tan afinada y entonada. Luna estaba al pendiente de como atendía al pequeño recién nacido, y para su parecer al hacer que le llevaran la cuna a la habitación estaba sirviendo, se alegró de encontrar a Serena arrullando al niño.

-Estoy aquí Darién, te voy a cuidad te voy a querer… no ya te quiero- le acaricio su naricita con la punta del índice. 
-No ha dormido tan tranquilamente desde que nació- comentó Luna entrando a la habitación, sin llamar, pero el comentario fue un pequeño reproche por su indiferencia
-Es muy hermoso Luna, no te parece- respondió Serena, sin darle importancia al tono con que Luna le hablo
-Y te necesita Serena, ha estado muy desprendida de él- le llamo la atención Luna
-Lo se Luna pero no volver a suceder, no lo dejare de lado, solo por el puedo seguir, él es mi fuerza ahora- Luna suspiro aliviada
-Por cierto mira esto es para ti- Luna extendió un sobre en color rojo suave.
-Es una invitación Luna, ¿para qué?, bueno en realidad no estoy de humor de ir, ve tú, o manda  a alguien en mi lugar y no estoy en ánimos ni en condiciones, recién parí, es mejor que descanse unos días más- el ánimo estaba por los suelos, ni siquiera estaba dispuesta a asistir por compromiso.
-Pero Serena esta invitación es para dentro de tres semanas, tal vez para entonces ya te sientas más de ánimos- intento animarla aunque fuera un poco. Ella tampoco estaba completamente recuperada, pero había eventos a los que debían asistir por sus deberes como esposas del líder y del futuro jefe.
-No me interesa Luna, además tengo cosas más importantes que hacer, cuidar a mi angelito- Darién bostezo y abrió poco los ojos.
-Pero no has visto de quien es la invitación ¿como te niegas antes?- Serena la vio, con curiosidad
-Dime de una vez quien es Rei Kou, Serena es la invitación su enlace matrimonial con el joven Nicolás Kumada- Serena recorrió la habitación, coloco a Darién en la pequeña cuna y tomo la invitación

“Nos complace invitarlos a la dicha que nos produce…- no termino de leer la misiva la tomo con ambas manos y la destrozo toda.

-Sabe perfectamente lo que yo estoy pasando esto es solamente una burla Luna, si ustedes quieren asistir podrán hacerlo. Yo no pondré un pie en ese asunto- Serena se acercó de nuevo y tomo a su hijo en brazos- solo ha hecho para burlarse de mi Luna, es una venganza, era evidente que a ella no le pareció que me casara con su hijo. Y debe estar feliz de que mi matrimonio fue tan corto, ha de creer que me lo merezco por traicionar a su hermano, no Luna ella solo estaba bufando de mi- Serena estaba alterándose.
-Tómalo con calma sabes perfectamente que Artemis no asistirá el daño que nos ha hecho esa familia no es fácil de olvidar y pues si mi esposo no asiste yo menos y tu Serena, menos que nadie debes de ir, ha sido una falta de respeto esta invitación- afirmo Luna. Se acercó y la abrazo.
-Si Luna ha sido una imprudente, las cosas se nos salieron de las manos el chisme de que Seiya mato a Darién se rego demasiado rápido, nos fue imposible detenerlo. Es un cinismo que ahora pretendo que llegaremos a su fiesta y la celebremos cuando estamos en luto en verdad que todo el pueblo lo está- afirmo Serena con una lagrima es sus ojos.
En la pequeña cabaña, Akira preparaba un caldo para el desayuno. La pequeña casita, de corto espacio, con una sola habitación, el demás espacio era ocupado por una mesa para dos, junto a un fogón, del otro lado un pequeño tronco en forma de sillón, con una pequeña mesita de té.

-¿Que pretendes?- cuestiono con desprecio-  le vas a dar de comer al tipejo de ayer, no sabes quién es, no entiendo porque le tienes tantas consideraciones- refunfuño Kikue, aunque permitía la atención de su esposa, no sabía porque.
-No querrás que muera de hambre en tu casa ¿verdad?- Akira tomo un plato y sirvió de lo que preparaba. Camino hasta un tapete junto al pequeño sillón, donde tenía tumbado al hombre que auxiliaron- despierta- decía con dulzura Akira puso el plato un lado suyo en el piso- oye despierta- yo lo hago- dijo Kikue meció con fuerza y logro despertarlo. El abrió los ojos rápidamente, por el movimiento acelerado. Vio con recelo a las dos personas que tenía frente así. Cuando intento incorporarse, se percató que estaba sujeto por una cuerda por la muñeca. Del otro extremo estaba atado de la pared.
-¿Que hago aquí?- cuestiono confuso
-Dínoslo a nosotros ¿quién eres? ¿Qué está haciendo aquí? ¿Cómo llegaste? ¿Qué es lo que estás buscando? ¿Por qué no está con los tuyos? ¿O es que te escapaste, de que huyes?- Kikue bombardeo sin respiro y exigiendo las respuestas.
-Basta, espera a que coma algo por lo menos- Akira lo desato y levanto el plato para extenderselo- toma come, debes está muriendo de hambre- él lo recibió comenzó a sorber la sopa con la cuchara sin respirar completamente desesperado- volviendo a lo que mi esposo te pregunto vas a responder, cada una de sus preguntas pero empecemos por lo básico ¿Quién eres?- hubo un momento de silencio
-Me llamo Seiya… k- dudo en informar por completo
-¿Qué es lo que haces aquí, es que estas huyendo?- pregunto Kikue mandando respuestas.
-Estoy... estoy perdido...- contesto Seiya poniendo el plato de comida en el piso. Cruzo sus piernas frente a la pareja y decidió responder a todas sus preguntas
-¿De que estabas escapando?- Seiya guardo silencio
-No estaba escapando de nada ni de nadie- respondió completamente calmado.
-Tal vez podemos ayudarte- le insistió Akira- tienes que decirnos que estás haciendo aquí- insistió.
-Lo dudo, me terminare la sopa que me han dado, y si me dejan ir, me largare- tomo el plato de comida y siguió degustando con más calma
-Estas tierras son peligrosas y confusas, cualquiera puede perderse, pero si nos dices que buscas, tal vez pueda ayudarte a salir de aquí- intento asustarlo Kikue, pero Seiya respiro tranquilo.
-No necesito su ayuda- le lanzo una mirada de indiferencia, y continúo con la comida.
-Eres sirviente de Black, no es verdad- Seiya se detuvo y se vio el pecho el escudo de los Black,
-No ha sido mi elección- Kikue rio eso no era posible que no estuviese por su voluntad.
-Te dejare libre pero muy lejos de aquí, no quiero que sepas volver vivimos demasiado tranquilos aquí para estar preocupándonos de personas miserables como tú, como los Black- Kikue hablo con desprecio 
-Déjenme ir y no sabrá nada más de mí, yo no les he pedido nada-  pidió Seiya
-Malagradecido, te hemos dado comida y has dormido bajo un cálido hogar y así es como pagas, eres tan miserable como Sabio- se alejó haciendo que Akira también se marcha. Por lo menos que estuviese junto al fogón la más lejos de él.

Azar del Corazón (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora