3

939 23 0
                                    

Me subí al auto a rastras, había corrido 40 minutos y le pegue y patee una bolsa de boxeo que pesaba más que yo y más dura que una pared por más 50, me sudaba todo y me sentía cansada, papá me miraba y se ría, hijo de puta, pensé.
- te bañas y nos vamos - lo fulmine con la mirada.
- si - dije y me recosté lo más que pude en el asiento del auto.
Me di una ducha de agua fría.
- hoy es tu primer día - me gritó papá desde su habitación, estaba emocionado, y no sabía porque, quizás esta era la única vez que se sentía orgulloso de su hija, o quizás cuando me gradué también, pero saber que voy a hacer esto, lo ponía feliz, y eso a mi me gustaba, sonreí y no dije nada, solo quería hacer a papá feliz, ganar experiencia para mi, descubrir nuevas cosas y bueno no se que mas iría a pasar pero, voy a enfrentar esto, con la que soy yo, claro, primero tenía que describir quien miedo era yo.
Saque una falda  marrón corta tipo de pana, una camiseta a rayas de mangas cortas y sin escote, me vestí, me puse el buzo por dejando de la falda, me quedaba bastante, tomé unas Nike Air Force blancas, me puse perfume, me deje el cabello suelto, lo tenía llegando a mi trastero, me lo mire y me pregunte si en verdad me gustaba así, no sabía la respuesta, tomé mi bolso y me fui.
- hermosa - dice papá y me mira, sos ojos brillaban y yo fui feliz, le sonreí y le di un beso en la mejilla - vamos - me dice.
Fuimos al gran FBI, entramos de nuevo directo a una gran sala, pero esta estaba obscura y llena de computadoras y cámaras por todos lados, los señores de la otra vez estaban ahí.
- hola, soy Billy, no se si me presente la otra vez - dijo el hombre que otra vez su corbata combinaba con sus ojos azules que me miraba por encima de l luz esperando mi respuesta.
- hola señor - le dije
- John - me dice el otro señor, era algo y estaba con una camisa roja que se notaba desde cinco millas.
- hola - le dije y sonreí.
- empecemos - dice papá - tiene que ponerte este micrófono el sostén - me dice y me da un pequeño aparato negro.
- en donde? Ósea en qué parte
- en el medio - tomo el cosito - me quedó acá o que? - le preguntó a todos los que estaban allí.
- queres que te lo ponga yo? - me pregunta papá, la verdad que si quería, porque tenía miedo y ese cosos quizás hasta me salve la vida
- esto también es una localizador - dice John - a cualquier lado vayas sabremos en donde estás.
- esta bien - le dije - tengo que ir a Starbucks?
- si, en tu auto
- esta bien
- ellos ya saben que iras
- ellos saben?
- si - sacudí la cabeza positivamente y no dije nada.
- vamos a ponerte el micrófono de una vez - dice John, papá me miro, me di la vuelta y se paró enfrente de mi, me subí un poco el buzo y me coló el micrófono en el sostén.
- ya está - dice papá y mira a los hombres - comenzamos?
- si, acuérdate que ella tiene que ir en su auto - dijo y me miro - vamos a prender el micro cuando nos avisen que estás en Starbucks
- va a ver policías ahí?
- si, en cubierto - dice papá - vamos a la casa para que tomes tu auto.
- Bueno suerte - me dice John y nos vamos.
Estaba calmada, pero tenía miedo de que me pasara algo, no me sentía segura solo por tener un micrófono, tenía miedo, estaba nerviosa de poder lograrlo.
Me subí a mi auto, y me fui directo a Starbucks, una de las chicas me miro muy fijo.
- Brisa Walker? - me dijo una de las muchachas, sus ojos marrones me miraban con algo de miedo y nervios.
- si - le dije no muy confiada.
- puedes sentarte ya tienes un café pagado - mire para todos lados, no me di cuanta quiénes eran los policías.
- Gracias - dije y me fui a una de las mesas del fondo, y solo me quede sentada ahi.
- Brisa - tome el cafe y volví a mi asiento.
No habían muchas personas, lo mismo de siempre cuando entras a un Starbucks, una pareja en una de las mesas con sus celulares, un hombre vestido elegante con su Mac, una chica con un libro, y yo, que estaba en mi misión suicida, ni rastro de alguien que pareciera un hacker russo profesional.
Le di un sorbo grande al café, estaba algo amargo y caliente. El chico de la mesa de al lado sonrió.
- por que sonríes? Quien te escribió? - le preguntó ella, se acomodó su cabello castaño y lo miro fijo, el también la miro, sus ojos azules estaban opacos y ella esperaba una respuesta.
- nadie - dijo, ella no lo creyó y se rio.
- si ya no me queres y otra te está hablando es mejor terminar, verdad? O queres hecerme daño? - abrí los ojos como plato.
- amor
- amor? Eso es lo que tenes por mi, o quizás nunca tuviste y si solo querías acostarme conmigo, la más estupida de toda la universidad
- no digas eso Amanda
- no? Y que se supone que deba decir? Mi novio mira su teléfono, sonríe y luego me dice que no era nadie
- pero....
- Sabes que? Ni digas nada, terminamos, ya fue - ella se levanto y se dirigo a la puerta, lo mire para ver si la seguía, ella se detuvo justo enfrente de la puesta y lo miro de lejos, esperaba lo mismo que yo, que la siguiera, pero no, ni siquiera la volteo a ver, la mire a ella de nuevo, sus ojos estaban llenos de lagrimas, tiro de la puerta con fuerza y se fue.
Y el, hizo una llamada, y sonrió, sacudí la cabeza irónicamente, el amor no existe y lo que acaba de pasar fue la prueba, nadie quiere a nadie, las personas te usan y luego te desechan como si fueras un objeto, un cosa, como si fueran, un nada, porque eso eres para las personas, un nada, algo desechable y sin valor, eso era el amor, un nada, una mentira, una falsa ilusión que tu mente y tu soledad y tus ganas de estar y ser alguien para alguien y con alguien, crea, pero al final, todo es una gran mentira.

Dancing With The Devil  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora