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Me bañe rápido, me coloqué una toalla en cabello, saqué un short corto del closet, un cinturón negro guess, una blusa color mostaza fuerte, me vestí, me seque el cabello, me lo dejé suelto, saqué unos zapatazos conversé, me coloqué el micrófono y me fui, maneje hasta Starbucks con la cabeza llena de cosas, no sabía cómo iba a enterar al coreano, no se sabía que iba a hacer para no ponerme nerviosa. Entre y me pide el café frío más fuerte que tenían, lo necesitaba y mucho, me senté a dos meses de él, estaba ahí con su cabello perfectamente arreglado, tenía un tapabocas negro.
Respire profundo y me levante de la silla, fui hasta su mensa.
- puedo? - dije tomando una de las sillas a su derecha, me miro, sus ojos eran negros, y se notaba sus rasgos asiáticos, sus ojitos eran súper chinitos.
- si - dije atreves del tapabocas, me miro directo a los ojos, volvió su vista a la computadora, y se quedó allí por unos varios segundo, me miro de nuevo, había algo raro eso sus ojos está vez.
- de donde eres? - le pregunte y le sonreí, se me quedo mirando
- Corea, tu?
- de aquí - le dije, sus ojos penetraban los míos, su pelo era súper negro y lacio, tenía un lunar debajo de su ceja izquierda, no me estaba mirando y yo estaba analizando cada parte de su cuerpo, mire sus manos, tenía varios anillos - te gusta el café? - le preguntó, me mira serio.
- qué queres? - me dice en seco, no me la venía venir y me puse algo nerviosa
- nada, solo conocerte quizás
- si, en serio? No tengo tiempo para estupideces a dice, se levanta y se va.
- espera - le digo y me mira, para, lleva su mano a su boca y se da la vuelta, se había sacado el tapa bocas, unos perfectos labios rosado, otro lunar en su mejilla, sus pendientes de aro, y yo que no dejaba de mirarlo, me quedé inmóvil.
- solo quiero conocerte, me pareces lindo, sonrió, una sonrisa blanca y perfecta, algo se movió dentro de mi.
- eres linda - me dijo, sentí que las piernas me temblaban - pero hay algo de vos, que no me gusta - dijo y se volvió a dar la vuelta
- quizás porque no me conoces, conóceme mejor - me miro por encima del hombro, se puso de costado, era tan flaco que creo que no hacía sombra.
- ok, mañana aquí, a la misma hora - dijo y se fue sin decir nada más, me senté y respiré.
Ahora que casi lo tenía no lo iba a dejar tan fácil, iba a pagar y lo iban a meter a la prision por mucho mucho años, pensé y sonreí en mi interior.

Llegue a casa y la cara de papá al escuchar la noticia no era de las buenas.
- no quiero que te pongas en peligro
- voy a estar bien - le di un beso y subí a mi cuarto.
No dejaba de pensar en el, quizás era la rabia, mi corazón latía a 240 por minuto, su mirada, su pelo su sonrisa, hasta su altura, me puse la mano en el pecho, mira el corazón oprimido a pesar de que estaba latiendo.

Le pegue a la bolsa y corri como nunca en mi vida lo había hecho, quería sacar toda mi rabia y mis nervios, me di una ducha de agua fría, y me senté en la cama a elegir el outfit perfecto.
Busque entre medio de toda mi ropa, saqué una falda corta amarilla, rayas negras y blancas que formabas cuadrados, con cuatro botones negros a jn lado, tomé un buzo negro corto, algo holgado, y unos filas negros.
Me seque el pelo, me hice dos trenzas al los dos, hasta donde terminaba la cabeza, me las ate y me tape la liga con un mechón de pelo, me deje alguno rulos bajo.
Me puse un poco de base, me puse sombrero de ojos rosada con algo de brillo, me pinte las pestañas para que me quedaran largas, me gustaba como el azul de mis ojos quedaba con este color, me pinte los labios de rosado que tenía algo de brillo, me mire, y me pregunte si valía pena arreglarme tanto, me puse perfume, me mire una última vez, me puse el micrófono, tomé el celular y me fui, baje las escaleras, tenía miedo de que papá me viera, todos sabían que iba a verlo, di una mirada por toda la cosa, papá no estaba, tomé las llaves del auto y me fui.
Estacione el coche, agarre el volante con fuerza y respire unas cincuenta veces, mire para adelante y ahí estaba el, vestido todo de negro, con unos botines blancos, y una chaqueta larga negra, estaba con un pie apoyado en la pared, y con cigarrillo en la mano, me baje y me acerqué a él, su aroma a hombre mezclado con menta me llegó, me miro de arriba a abajo.
- hola - le digo y le sonrió, su reloj empezó a hacer un ruido raro, lo miro, apretó algunas cosas y el ruido paro, tiro el cigarrillo, y me volvió a mirar, ni siquiera me había contestado el hola.
- vamos
- a donde?
- a tomar algo
- tomar que
- bueno si no quieres ir no vayas - me sonrió de lado, un frío me recorrió la espalda
- si.... - se acercó a mi, me puse nerviosa, lo tenía tan cerca.
- vamos? - queria tocarlo, y lo hice, puse mi manos en su cadera, se alejó de mi, y se fue directo a su coche, era un Tesla rojo, nos subimos.
Sentí que me estaba mirando por el rabillo del ojo, su celular empezó a sonar, lo mire, decía alarma, pero lo tomo antes de que pudiera ver lo otro.
Llegamos a un bar, de estilo rústico de antes, el humo invadió mis pulmones, habían unos tipos con barba larga y chaquetas de cuero, mujeres buscando hombres con poco futuro y chicos como de la edad del coreano solo pasando el rato, me puso una mano en la espalda y me llevo dirigió con delicadeza a una de las mesas para dos, enseguida bino un mesero y nos entregó el meneo de tragos, quise hacerme la nena, uno de mis mejores personajes, lo mire por encima de la obscuridad.
- elígeme un trago- le dije y se me quedo mirando.
- esta bien - el mesero se nos acercó de nuevo - un cosmopolitan y una Margarita - el chico anotó en su libreta y se fue.
- cuéntame de ti - me dice el coreano, lo mire y me quede congelada por veinte segundos.
- qué quieres saber - le dije y le sonreí.
- no lo sé, tú color favorito - dice y se ríe
- rosado - dije y sonrió, todavía no sabía que personaje iba a usar con el, solo estaba improvisando, la verdad es que no sabía cual era mi color favorito, ósea el mío, de Brisa Walker - y el tuyo?
- negro, estudias?
- si, ya me gradué
- y que carrera harás
- todavía no lo sé - dije y me quedé mirando un punto, esa respuesta era una original Brisa Walker, ósea que era yo, yo no sabía que quería hacer, no sabía que me gustaba, no sabía nada, las otras yo, si sabían lo que querían y cuando, pero yo verdadera no lo sabía.
- esta bien - me dice con cierta calma, el celular le suena, lo mire, duda en contestar - enseguida vengo - me dijo y se fue.
El chico llegó con los tragos, y los puso com delicadeza en la mesa.
Después de uno 10 minutos el coreano volvió.
- y tu qué haces? - le pregunte apenas se sentó, me miro por un segundo y no dudo en contestarme.
- con la tecnología
- interesante - tomo un trago de su bebida, y yo de la mía, tenía un gusto fuerte a limón, pero me había gustado.
- así que no sabes que quieres estudiar - había cometido un error y fue decirle algo de lo yo verdadera.
- todavía no - dije y le sonreí, se me quedo mirando por unos segundos
- eres hermosa - el coreano me empezó a latir muy fuerte, sentí que el calor subió para mis mejillas, se acercó despacio a mi, lo tenía tan cerca otra vez.
Le corrí la cabeza, y el se corrió un poco para atrás y sonrío

Llegamos de nuevo a Starbucks, me baje del auto y el se bajo conmigo.
- programamos otra cita - me dice y me sonríe de lado, su pelo negro lacio le caí a un costado de la frente.
- el viernes? - me pregunta y me mira esperando mi respuesta.
- si
- te puedo pasar a recoger a tu casa? - no sabía que responder a eso, pero no quería parecer sospechosa
- si - le dije.
Le di mi numero de teléfono lo cual todavía estaba pensando si era un error. Me acoste pensando en los millones de errores que cometí hoy, no lo estaba haciendo bien.

Dancing With The Devil  Where stories live. Discover now