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Odiaba los lunes, aunque no fuera al colegio los odiaba igual, me vestí con rompa para negra cómoda porque hoy aprendería a tirar tiros.
Papá estaba detrás de mi, estábamos en medio de un campo enorme, con tiros al blanco, botellas de vidrios, y una casitas rodeada de vidrios aprueba de balas, había mucha gente, vestidos de policía, militares y agentes del fbi, se nos acercó un chico alto, rubio y con ojos color miel, me miro y me sonrió, su sonrisa era grande y blanca, estaba vestido de militar.
- hola
- hola - le contesta papá
- Mr. Walker - le dice el chico algo nervioso
- ella es mi hija Brisa - el chico me mira por un segundo y vuelve la vista a papá - tienes cinco clases para que maneje un arma como una profesional
- seguro, hoy mismo comenzamos y el cinco días va a disparar muy bien
- muy bien - dice papá y se va
- soy Jake - me dice y extiende su mano, se la tomo
- Brisa
- vamos - me dice y lo sigo, llegamos a un lugar retirado, nos oramos enfrente de uno de los blancos, me dio unos audífonos grandes en contra de ruido, me entregó un arma negra pequeña de policía, no eran pasada, el saco una - Mírame - me dice, le miro las manos, pone una mano encima del arma y la destraba - esta lista para disparar - extiendo el brazo hacia donde estaba el blanco - ponte los audífonos - me los puse y también - respira profundo, fija tu punto, míralo detenidamente, y aprieta el gatillo - la bala callo en el punto rojo, se saca los audífonos y yo también - ahora es tu turno - me dice y me mira a los ojos - destrábala - la tomo con la mano derecha y la destrabo con la mano izquierda - demoraste mucho - qué? - le dice y lo mire confundida
- qué demoraste mucho
- no
- si
-y como hago?
- tiene que hacerlo rápido - agarra el arma de nuevo y la destraba rápido - dame - agarra el arma con delicadeza y la vuelva a trabar, y me la entrega - más rápido - la tomo, pongo mi mano y la destrabó
- más rápido - la volvió a trabar, la destrabe de nuevo - mejor, pero puedes hacerlo mucho mejor - me dijo y sonrió de lado, sus ojos azules me penetraban la mirada - ahora apunta al blanco, respira y dispara - tome el arma con una mano - ambas manos - dijo - la izquierda va debajo del arma, para que apuntes bien - puse la mano debajo del arma, respire profundo, y mire mi punto, respire otra vez, me sentía algo nerviosa, apreté el gatillo y la bala salio haciendo que mis manos se me movieran, la bala callo un casi al lado del circulo rojo - muy bien - me dijo y sonrió - ahora lo hacemos de nuevo.
La verdad me había gustado usar un arma, no sabia si eso estaba bien o mal, al ser casi policía suponía que estaba bien. Tenia la cita en la playa hoy con el coreano, era verano, y lo estaba casi mal gastando persiguiendo a un asesino, pero me gustaba esta mission. Llene la tina de agua caliente y le puse sales, me metí y me quede un rato ahí.
Me coloque una toalla en el cabello, me puse mi bata y fui al closet, saque una musculosa rosa pálido, un short blanco corto algo roto, y unos convers blancos, me vestí, me seque el cabello y baje, mi celular sonó, lo tome, era el coreano "estoy afuera", respire profundo, el corazon me empezó a latir muy fuerte, respire y salí, el tesla rojo estaba ahí, me subí, su cabello negro estaba perfectamente arreglado, sus labios rodados y su rostro perfect, no me miro, pero yo a el si, le dio dos golpecitos a su mejilla para que le diera un beso, lo hice, me miro tierno y sonrió, sus ojitos no se veían. Ya estaba anocheciendo, no íbamos a una playa, porque Washington DC, no tiene, tenia un algo com un puente, y eso era todo, me miro por el rabillo del ojo.
- tienes miedo de ir a un lago por la noche con un desconocido? - sonríe
- un poquito - sonríe y sigue concentrado en el camino
- no vas a matarme verdad? - le dije en tono medio serio, no me contestó nada, el corazón me empezó a latir.
- jamás te haría daño Brisa, es cierto que tengo mis errores, pero jamás le haría daño a una mujer
- solo estaba bromeando
- si ya lo sé, pero es bueno aclarar las cosas - me dice con un tono serio, distante
- esta bien - estacionó el auto al lado del puente de la otra vez, estaba súper obscuro, solo se veían los focos de las luces que tenía el puente, bajamos por la pequeña bajada que había allí, estaba todo demasiado obscuro, me detuve, el coreano me miro confundió.
- no quieres? - dijo y se rio
- la verdad que no
- no? -
- bueno vamos a otro lugar
- no te enojas? - se acercó a mi, tanto que podía sentir su respiración caliente
- no - me dijo y me coloco con delicadeza el cabello detrás de la oreja - vamos.
Fuimos casi al centro de la cuidad, llegamos a lo que parecía un hotel, con una circulo lleno de flores y alrededor del edifico árboles y muchas plantas, estacionó el coche y nos bajamos, bajo una canasta del auto y entramos al hotel, el guardia de seguridad lo miro y no le dijo nada, seguimos caminando, subimos al piso 10, pasamos casi todas las habitaciones y llegamos a una piscina, tenía cuadros grandes negros y blancos, arbustos en jarrones dorados, una ventana grande con dos columnas marrones, la piscina era grande y rectangular.
- no es un lago - lo miro - pero se parece - le sonreír y se me quedo mirando 
- es bonito el lugar, ya habías estado aquí?
- si, este fue el primer hotel que me hospede cuando llegue acá, me gusto mucho desde la primera vez que lo vi - dice y se queda mirando un punto a lo lejos.
- tienes buen gusto
- tu crees?
- por supuesto - nos miramos por un segundo, me puse algo nerviosa por tener su mirada tan intensa sobre mi, me miraba como si estuviera esperando que yo le dijera algo, me miraba con una cierta desconfianza, me puse incómoda.
- tienes hambre? - me preguntó
- si - traté de sonreír lo más natural que pude, pero una culpa súper pequeña me invadió mi ser.
Abrió la cesta marrón claro.
- te gusta? Lo pararé todo - me sonríe y me causa ternura, mire la cesta, habían sándwiches, arándanos, uvas, y fresas con chocolate, dos copas y un vino, me entregó una de las copas, la tomé y nuestras manos rozaron, me ericé por dentro - primero - dice y toma la botella - hay que hacer tomar un trago - me muestra la bottles de vino - un Vega-Sicilia único - el pico de la botella era morado, la botella era verde, y gruesa, a leguas se notaba que era un vino caro.

Quedaba la última fresa en la canasta, ni miramos, y nos reímos.
- la quieres? - me preguntó
- no
- no?
- no - me sonrió, la agarró, la acercó a mi
- la muerdes - dijo con un tono sensual, me la puso el la boca y la mordí, sus dedos rozaron mi boca, la termino de comer el.
Las luces se apagaron, lo mire algo confundía, las luces de la piscina se prendieron y la canción thinking out loud de Ed Sheeran, me miro y me  extiendo la mano.
- bailamos - me dijo y tomé su mano
- Claro - nos paramos, me pego a su cuerpo, puse mis brazos en su hombro, sus manos en mi cintura me ponían nerviosa, estábamos tan cerca, me miraba y yo a él, y estábamos tan juntos, quería abrazarlo y besarlo, me pego más a él, su perfume invadió mi ser, y lo grabé en mi memoria, lo agarre más fuerte, le mire los labios los tenían tan bonito, me miro serio, y luego sonrió.
- me perdonas? - me dijo, el corazón se me acelero
- por que?
- por esto - me agarra de debajo de las nalgas, me levanta, y caímos en la piscina, me empezó a reír
- qué hiciste? - le dije bromeando, se acercó a mi, me agarró fuerte, rodee su cintura con mis piernas, puse mi brazo alrededor de su cuello, puse mi mano en su rostro, arrimó su cara y yo medio que la corrí, no lo pensé dos veces y uni nuestras bocas, sus labios eran carnosos y dulces, profundicé mas nuestro beso, nuestras bocas se movían y encajaban como nunca me había pasado en la vida, nos separamos y le di varios besos repetidos.

Dancing With The Devil  Onde histórias criam vida. Descubra agora