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Me metí a la ducha, con el agua súper caliente, el agua caía por mi cuerpo, y las lágrimas salían de mis ojos, mi mente estaba en blanco.
Me puse una pijama y me acoste, agarre la almohada fuerte, no podía parar de llorar, suspiré repetidas veces, no podía respirar, el pecho se me cerró, sentí que mi corazón estaba apagado, no sabía que hacer, no tenia ganas de nada, las lágrimas dejaron de salir, me quedé mirando un punto fijo y cerré los ojos, una ola de recuerdos invadió mi mente, sentí como una lagrima mojaba mi cara despacio.

Me serví café, le puse un poco de azúcar, tome la taza y me senté en el sofá, mirando a la nada, la puerta sono, salí de mis pensamientos, me levante, y abrí la puerta.
- hola - me dijo con una sonrisa en la cara, que mierda y hacia el acá
- Jake - dije y fingí una sonrisa - tiempo sin verte
- si, lo se - me miro fijo - estás más linda - sonrió, y yo trate de disimular mi tristeza
- Gracias
- Rubén hará una fiesta, queres venir? - me preguntó, un no, retumbaba por mi cabeza, lo mire fijo no sabía cómo contestar
- si - dije dudando, no quería, pero quizás me haría buen distraerme un poco - dame unos minutos - se sentó el sofá y yo saqué fuerzas de donde no tenía para subir esa escalera.
Me planche el pelo, y me mire, me queda mejor corto que largo, me puse algo de base, los labio como apenas un brillo, saqué un vestido rojo fuerte, corto con escote en V largo, con la espalda descubierta, saqué unos zapatos negros altos de techo fino, me vestí rápido, me puse perfume y baje.
- estás hermosa - dice y me toma de la mano, le sonreí
- Gracias Jake
La casa como siempre desbordaba de gente, luces por todos lados, nos bajamos, me agarró fuerte de la mano, no me acordaba que era así, que yo era el trofeo, la gran Brisa Walker, la popular, la bonita, la inalcanzable, todos me miraron, estaba diferente lo sabía, no era la misma, y yo lo mire, y ellos esperaban mi típica frase.
- a beber cabrones - esa era la frase, estupida verdad, pero la decía yo, y lo que yo decía era ley, me pasaron una botella de vodka, la tome, me trague la lagrimas mientas que el alcohol quemaba mi garganta, lo mire a todos y les sonríe, y cuando hacia eso, la fiera era oficialmente comenzaba, la música empezó más alto de lo normal, la gente saltaba y bebía, y yo trabaja de contener las lágrimas.

No se cuanto paso, tal vez una hora, o cinco, pero me libraré de Jake y me fui de ahí, no estaba borracha o por lo menos no me sentía así, me saqué los zapatos y camine sin rumbo, la noche no estaba fría, todo lo contrario, estaba hermosa, la luna caminaba conmigo, me hacia compañía, mire para el frente, estaba el muelle de Santa Monica, no me acordaba que la casa de Rubén quedaba justo a tres cuadras de la playa, camine hacia ella, me paré enfrente del mar, la luna se reflejaba en el mar, las olas rompían en la orilla, haciendo un ruido que jamás olvidare, las lágrimas se me caían, hoy hacia una semana que no veía al coreano, mire para arriba para que las lágrimas no cayeran, las estrellas ya no tenían el mismo brillo, el mismo significado, nada era igual para mi, mis ojos miraban el mundo diferente a causa de mi tristeza, un día el mundo es lo más hermoso que ves, la luna y las estrellas brillan más que nunca, y sientes que eres el dueño del mundo, que puedes hacer cualquiera cosa que nada es imposible, te sientes en el punto más alto de la gloria, solo porque lo tienes a él a tu lado, porque miras esos ojos y sientes que lo puedes todo, porque te da valentía, te da esperanza, conoces el amor en esos ojos marrones, y una vez que lo haces no hay vuelta atrás, porque te enamoras, te enamoras tan bonito y tan profundo, que cuando se va, cuando el se va, tu te quedas ahí, con todo ese amor atrapado en el pecho, con el corazón hecho pedazos, y el alma perdida, no me sentía la misma, las estrellas ya no brillaba y la luna me miraba diferente, yo me sentía diferente, mire para enfrente, era mejor llorar que guardar todo, ese dolor en el pecho, y así es bailar con el diablo, te lleva al infierno con pasaje de ida, y la vuelta te la tienes que pagar vos, porque una vez que conoces el infierno no cualquiera demonio te quema, y a mi, a mi me había quemado el mismísimo diablo, con esos ojos marrones que penetraban tu ser y se adueñaban de tu alma, y eso me pasó a mi, se adueñó de mi ser, y sabes que fue lo peor, que yo me dejé, dejé que entrara en mi vida sin saber el riesgo que era, sin saber el dolor que iba a dejar su partida, las lágrimas seguían cayendo, y yo podía sentir el ruido que mi corazón hacia, se estaba rompiendo, se estaba perdiendo, y llorar era mi única salvación, respiré profundo, sentía el pecho oprimido, puse la mano en el y trate de liberar todo ese dolor, la puta madre, maldito diablo hijo de puta, maldita la hora que te dejé entrar, y ahora no te puedo sacar, te pegaste a mi, te mentiste en mi cabeza y en mi ser, caí en el piso, y me quedé sentada allí, mirando a la nada.

Dancing With The Devil  Where stories live. Discover now