23 ¡final!

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La brisa fría rodeaba nuestros cuerpos, mi nariz estaba fría pero mi corazón estaba caliente así como mi cuerpo, me pegue más a él, sus brazos rodeaban mi cuerpo, nos quedamos a si por varios minutos, lo mire por el rabillo del ojo, no quería perderlo, ni ahora ni nunca, y quizás suene cliché, pero lo encontré sin buscar nada, cuando mi corazón estaba tan congelado y mis ojos no veían más haya, pero pudieron verlo a él, con su hermosa sonrisa parado enfrente de mi, cuando lo vi, jamás pensé que se fuera a volver tan importante en mi vida, y su amor fue como un disparo, me enamoró tan rápido y me pego tan fuerte y profundo, me ataco con la mejor sonrisa y la mirada más dulce que tenía, y yo de estupida baje la guardia y me enamore, me olvide de todo lo que tenía que hacer y solo me concentre en el.
Y porque con el me di cuenta que estaba viendo mi vida mal, que había más cosas por descubrir, que no siempre era todo trabajo y rutina, que la vida no se trataba de eso, y me sonrió, y la brisa le daba en la cara y era lo más hermoso del mundo, y todo tenía sentido, y si pudiera elegir, lo elegiría a él una míl veces más, porque nadie me hizo sentir esto, este sentimiento tan profundo que es el amor, y no, yo no creía en el, pero ahora todo a cambiado, y desde que el llego mi vida di un giro, un giro que hizo que yo viera las cosas más hermosas de la vida, el me enseñó a amar, me enseñó el dolor y por primera vez en mi vida tuve miedo, miedo, miedo de perderlo, porque no podía estar sin él y no quería estarlo, estaba como adicta, lo necesitaba todo lo tiempo, estaba loca y había perdido la cabeza, pero es que la idea de que el se fuera de mi lado otra vez, era un dolor que me oprimía el pecho, porque el era mío, y si, soy egoísta, porque no quería que nadie más conociera la magia que el tenía, no quería que nadie lo tocara, que nadie lo mirara, porque sentía celos, porque tenía miedo, miedo de perderlo, miedo al dolor de su ausencia porque el, el es todo lo que me hace bien en esta vida.
Era una obra de arte, tan hermoso, que todos lo querían, y por eso yo lo protegería, para que no se fuera.
Con el aprendí que se puede ser un amor de persona y un hijo de puta, el podía ser el más dulces de las chicos, y el mas frío de todos, tenía la mirada más sincera, el corazón más negro y el alma más pura que yo jamás había visto, era como una combinación perfecta de un ángel y un demonio, y no sabias que amar primero, si el demonio que hacía que te sientas en el mismo infierno, que ardas y que te quemes aun estando abajo de miles de estrellas, o el ángel, que era como un estrella, brillaba con su luz propia y nadie lo opacaba, y bailaba con la luz del sol y hasta me quedo corta y no estoy exagerando, es que tenías que verlo, tenías que sentir y mirarlo como yo, senir que el es único que te destruye pero también es el único que te vuelve a la vida, como si el fuera el dueño del puto mundo, y quizás lo era, y nosotros no lo sabíamos, que cada vez que te miraba, con esos ojos marrones dulces te hacían sentir en el mismo paraíso, ese paraíso que solo conoces cuando estás con el, y te entregas, porque puedes decir, si estuve con el, pero yo no senti nada de eso, dime en serio estuviste con el, porque tienes que darlo todo para que el de todo también, porque tienes que quemarte en el infinito con el y después volar al cielo, porque no puedes dejarlo caer, tienes que volar con el, y te dará alas, las alas más hermosas y mas perfectas.
Cocerlo, tenerlo y amarlo fue una de las cosas más hermosas que me pasó en mi vida, jamás amé ni voy a amar a nadie como la amo a él, y por eso no me iría, y pasaría por ese dolor unas cíen veces más si al final esta el esperándome con una hermosa sonrisa y su pelo despeinado.
Lo tome de la mano fuerte, lo mire directo a lo ojos.
- te amo - le susurre
- te amo - me dijo y sonrió y yo, yo estaba volando, porque su amor me dio alas, alas que no me dejaran caer, sus ojitos penetraban los míos, es ahí donde debes quedarte en donde sientes que estás volando, pero también en donde te quemas y te gusta, de ahí no debes moverte, y yo, yo no la haría, me quedaría hasta el fin de mis días agarrando su mano, para no soltarlo mas.

Dancing With The Devil  Where stories live. Discover now