Yuuri un omega que fue ingenuo, se enamoro del chico malo en la preparatoria, penso que podía cambiarlo, pensó que el podría amarlo, pero solo quedo en el olvido, Fue ridiculizado por el Alfa tratado como un cualquiera de una noche y desechado, en s...
~Escapar no es la solución, la solución es enfrentar tus problemas. Y más aún si es el amor... ese es un gran problema~
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El día para Yuuri había sido muy agotador, ahora que su hermano sabía la verdad sobre como y quien era el padre de Misha se sentía con un poco menos de presión.
Pero ahora la presion era que tenía que ver a Victor a toda hora del día, ya sea porque tenía juntas con su hermano. O porque ahora trabajaban en el mismo edificio
Y esta tortura no acabaría hasta dentro de 5 meses donde los Rusos se irían nuevamente a su país, para manejar las compañías desde allá.
Ahora que Yuuri tenía que ver a Victor todos los días siempre evitaba hablar con él Alfa de cualquier cosa que no fuese trabajo.
Nada más pasaría, además el Alfa no lo recordaba. No recordaba cuando un día marcó a Yuuri y al otro lo desecho como a una puta.
Yuuri cerró sus ojos, no quería recordar el pasado que se había esmerado en olvidar.
—Yuuri, necesito los papeles de la obra de construcción del nuevo bar, ¿Los puedes imprimir? Y Porfavor haz 3 copias— Su hermano llamo su atención, si es verdad solo deveria pensar en trabajo y olvidar lo demás.
Yuuri asintió y camino hacia su escritorio, movió los cajones en busca de los papeles, los encontró y fue hacia el ascensor.
Lo único malo de ir a imprimir es que tendría que bajar 7 pisos para imprimir unas pocas hojas. Odiaba la altura y también ir de arriba a abajo todo el tiempo. Le tendría que decir a Otabek que compara una impresora para estas ocasiones.
Llegó a su destino y imprimio las copias que le dijieron, pero por precaución imprimio un poco más por si alguna se perdía.
Volvió al ascensor y apretó el botón hacia arriba. Llegó al piso y bajó del ascensor, pero cuando hiba a dar un paso tropezó.
Yuuri espero el golpe de la caída y lo único que lamentaba es que si los papeles se arrugavan tendría que volver abajo para imprimir. Cuando estaba rendido a volver abajo, en vez de sentir el frío y duro piso.
Solo sintió un rico olor a Menta fresca, y un caliente pecho acojedor. Este olor era muy reconfortante para el, y ya sabía a quien pertenecía.
Rápidamente se alejo del Alfa y recojio los papeles, los cuales no se habían arrugado para nada.
—¿Estas bien?— Preguntó el Alfa con preocupación en sus ojos, mientras miraba al omega el cual recoguia los papeles rápidamente.
