°~Olvido~° |Omegaverse| ♡♡Victuuri♡♡

019

Creelo. No dejes ir algo importante para ti, el amor no es un juego, menos cuando es totalmente sincero

—Yuuri, hoy te vengo a pedir perdón, quiero que despiertes y estés a mi lado, espero que me perdones por ser un patán—la voz de Víctor sonó rota.

Esta no era la primera vez que repetía estas palabras, ya habían pasado 5 días desde que llegó al hospital y no se hiba antes de decirlas.

Yuuri no había abierto sus ojos, pero estaba totalmente estable, y el cachorro en su interior estaba completamente sano.

A Víctor le había tocado ver en más de una vez como Misha lloraba desconsolado llamando a su madre, y Víctor lo abrazaba y lo calmaba, ahora que estaba consiente podía darse cuenta que este pequeño era completamente su hijo y no de otro.

Lo había descubierto tarde, había ignorado los sentimientos de Yuuri cuando huyó y no le preguntó lo que pensaba, le había dicho a Yuuri que no huyera pero él fue el primero en hacerlo.

Salió de la habitación y bajó en el ascensor, iría por una ducha y algo de comer y volvería nuevamente.

Rápidamente al llegar tomó una ducha y comió algo rápido, cuando ya hiba de regreso su teléfono sonó.

—¿Que pasa Mila?

—¡Víctor! Yuuri despertó.

Eso fue lo único que alcanzó a decir la pelirroja antes de que el Alfa le cortara y corriera rápidamente al hospital, entró corriendo recibiendo quejas de las enfermeras.

Subió el ascensor y llegó, se paro en frente de la puerta dudando si entra o no, ¿que pasaba si el omega lo odiaba? Claro eso no sería nuevo.

—¿Planeas huir de nuevo, Nikiforov? —la voz grave de Otabek sonó en sus oídos.

—Yo solo, tengo miedo.

—Solo tienes que tener miedo de la buena paliza que te llevaras si no entras a ver a mi hermano—gruñó el Moreno.

Víctor se trago sus palabras y abrió lentamente la puerta, dentro de la habitación Yuuri veía el paisaje por la ventana, se veía angelical pero por dentro estaba roto.

Hace un momento cuando despertó y no vio a su Alfa, se sintió desolado, pensó que quizás él estaría aquí, pero aunque estuviera mal y enfermo, al Alfa seguía sin importarle, lo que hizo que derramará lágrimas.

Repentinamente sintió la puerta abrirse, y su olor cálido le llegó, volteando lo pudo ver, su Alfa aunque se veía desolado, en su mirada se podía ver que verlo despierto era lo mejor que le pasó.

—Vicyor—su cara se arrugó y las lágrimas no pudieron dejar de caer.

Habia vuelto, su Alfa había vuelto, no lo había dejado como hace años, sus lágrimas eran puras y pronto su cuerpo fue acorralado en los brazos de su alfa.

La pareja lloro abrazados, uno había sido un idiota egoísta y el otro había sido un tonto por pensar que su hombre no había cambiado.

Desde las sombras, Yuri, Mila y Otabek veían a esta gran pareja de tontos, y sonreían.

Después de tantas lágrimas, Yuuri literalmente le dio un gran discurso a Víctor, y bueno después de todo su hijo no era tonto y había descubierto desde hace tiempo que este Alfa era su padre, bueno la similitud era muy grande.

Pero últimamente no hiba muy bien la relación de padre hijo ya que el más pequeño evitaba al mayor por hacer sufrir a su madre.

Respecto a su hermanito o hermanita en camino, estaba muy contento.

—¿Yuuri, quieres manzana?—Víctor estiró su mano con una manzana recortada en forma de conejo.

—Quiero, peor no creas que con eso me conquistaras Víctor Nikiforov—gruñó Yuuri.

Últimamente el Moreno estaba de muy mal humor, quizás eran las hormonas o quizás todos los desastres que a tenido que vivir.

—Lo sé, fui un tonto por eso te conquistare y serás mío—Yuuri rio y resivio la manzana.

Los días pasaron y Yuuri volvió al trabajo, algo con lo que Víctor no estaba muy contento, pero Yuuri había pedido su espacio, esa era una de las tantas condiciones en la que Víctor podía reconquistarlo.

Entre estas tantas condicciones estaban, no tomar, no tocarlo sin su permiso y claro el espacio personal, y entre otras cosas.

El acoso en la oficina tampoco estaba permitido, pero si Víctor no cumplía esas condiciones Yuuri no estaría con el, claro que no le negaría el derecho a ser padre del pequeño o pequeña que llevaba en su vientre.

Ahora mismo estaba junto a Phitchit, quien ya tenía una pansita más grande, y quien estaba feliz por su mejor amigo.

—Espero que nazca sano, que emoción tendré un nuevo sobrinito o nueva sonrinita—Phitchit estaba feliz, el y su amigo estaban esperando bebés y eso sí que lo hacía feliz.

—Después de tené mi bebé, tendré que hacer deporte—refunfuño Yuuri.

—Siempre en gordas después de un embarazo, es normal Yuuri.

—Pero no es normal tener un panza gigante después de un embarazo, me hace parecer que todavía sigo embarazado—Yuuri hizo un puchero.

Los dos amigo rieron, estos días estaban calmados, y el embarazo de Yuuri pasó sin complicaciones, Víctor cada vez estaba más cerca de Yuuri y lo enamoraba más, pero la aparición de cierto rubio fue demasiado inesperada.