40- No quiero perderte

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Capítulo regalado y el siguiente epílogo. Besos. 😍


Si tuviera la oportunidad de regresar al pasado, hubiese escogido el momento en donde lo conocí y quizás hubiese sido más inteligente al momento de acercarme. Quizás hubiera intentando ser su amiga, comprenderlo y ayudarlo. Quizás le hubiese cambiado aquella mentalidad. Solo quizás..., porque al final de cuenta, creo que el amor surgió cuando el odio se esfumó, cuando hubo entendimiento y confianza. Entonces..., ¿por qué no pude decirle la verdad en su debido momento?

Ha pasado al menos dos días desde la última vez que lo ví en el bar, desde esa vez que él pensó que engañarme era la mejor solución. Mi corazón se estruja de nuevo, ese maldito dolor no piensa abandonar mi cuerpo. Tomo el móvil una vez más con la esperanza de que me conteste, pero antes de marcar su numero, lo veo entrar por la puerta y cerrarla con fuerzas haciendo que su sonido sea fuerte con el choque. Lo miro desde la sala y nuestros ojos se cruzan, su respiración se acelera al igual que la mía. Me levanto dispuesta a hablar con él pero él levanta una mano diciéndome que no me acerque más. Me duele su rechazo y de que no me permita arreglar esto.

—¿Por qué? —pregunta con la voz quembrantada—. ¿Por qué no me dijiste la maldita verdad? —preguntó con un tono agresivo.

—Thomas... Déjame explicarte, permite que yo te dé mi versión —dije caminando hacía él pero se aleja, no quiere mi cercanía.

—Ya lo sé todo, Julia. Ya sé que mi madre te pidió enamorarme a cambio de pagarte, ya sé que aceptaste y sé todo. Ahora sé porque antes me seducías o intentabas lograr tu cometido, todo era por dinero —me acusa furioso y deshecho. No puedo creer que él piense eso de mi.

—No es así, no pasó de esa forma. Yo...

—Tú nada Julia, nada de lo que digas es real, me mentiste, todos lo hacen... ¿y sabes algo? Me iré de esta casa, no sé si pienses quedarte aquí, pero ya no me importa que hagas con tu vida, yo me largo de aquí, me largo de tu vida y de todas estas mentiras...

—Tu madre tiene cáncer, ¿lo sabias? ¿Acaso sabías que ella hizo todo porque se va a morir ya que tiene cáncer terminal? ¿Sabías que ella solo quería tu felicidad y que no sufrieran viéndola a morir? A pesar de que no apoyé aquello, ella lo hizo así porque creyó que era lo mejor, Thomas —grité con abundantes lágrimas en mi rostro —. Quizás ella no hizo esto bien, pero todos cometemos errores e incluso tú cometiste graves errores y aún así tu madre te ama, ¿piensas abandonarla también sabiendo que ella en verdad puede irse?

Cada palabra fueron apuñalando su pecho, pues cayó al suelo sollozando en un agonizante llanto. Me acerqué con temor de su reacción, pero no soportaba verlo en ese estado.

—¡Maldición! —gritó tocando su pecho—. Mi madre no..., ella no puede estar pasando por esto, yo..., por Dios, ¡necesito verla! — exclamó sobresaltado mientras se levanta para irse, y le tomo su mano deteniéndolo, quiero decirle algo antes de que se vaya.

—Thomas... yo te amo, no hay dudas de eso. Comenzamos mal, ambos lo hicimos y ahora mira como todo va a camino de la basura; no quiero esto. Piénsalo, toma tu tiempo, yo te esperaré, pero por favor, así no debe acabar.

Él simplemente negó con su cabeza y soltó mi mano. Entendí que lo peor ya venía con su respuesta.

—Si fuiste capaz de ocultarme que mi madre vivía, ¿cómo me pides que te perdone y esté contigo después de saber que también me ocultaste su enfermedad? Alguien que es capaz de mentir con tal crueldad, no se merece el perdón. Por mi, no me esperes, no pienso regresar.

Hasta que la herencia nos separe Where stories live. Discover now