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—¡Profe!, ¿se puede hacer en grupos de cuatro?—Frank se giró sobre su asiento al escuchar tal pregunta, su rostro demostraba confusión. La docente había dicho más de cinco veces que los grupos eran de dos personas, pero de todas formas algún idiota tenía la obligación de preguntar algo así.

—¿Son sordos o qué?—Murmuró molesto hacia su amigo. Sus compañeros eran simplemente irritantes, todos los días lograban superarse con alguna estupidez, como esa vez que colgaron sus mochilas de los ventiladores o el día que intentaron calentar sus sandwichs en la estufa.

Aunque no le gustara admitirlo, a veces se divertía con semejantes ridiculeses, pero la mayor parte del tiempo les resultaban desagradables y molestas. Ese día no era excepción, se la había pasado todo el tiempo quejándose, de absolutamente todo.

De vez en cuando le nacía un instinto salvaje que le decía "hacer eso puede ser divertido", pero nunca le prestaba atención, en especial cuando veía a los cavernícolas ser llevados a dirección y luego regañados por demasiado tiempo.

—No, son bobos—Peter doblaba hojas en forma de triángulo, para luego arrojárselas a sus compañeros.—¿Vamos a hacer el trabajo juntos, no?—Preguntó con un poco de dudas, su amigo era tan amargado que tal vez decidía hacerlo sólo.

—Obviamente Pete—Estaba por quitarle los triángulos de papel para arrojarlos a la basura (porque siempre quedaba en medio de las guerras de papeles y terminaba con uno golpeándole el ojo), cuando una profesora rubia, de anteojos, ingresó al aula y se dirigió directamente al escritorio. Conversó con su maestra de artes un buen rato, hasta que al fin se fue, y pudieron volver a hacer ruido.

—Les tengo una noticia alumnos—Comenzó la mujer de rizos, algunos de los adolescentes ya se veían venir una tarea extra, por lo que dijeron al unisono "uh".—La profesora Janette, de cuarto año, me acaba de avisar que sus niños estan muy conformes con esta noticia, así que espero que ustedes también.

—¡Apúrese!—Le gritó uno de los salvajes (como a Frank le encantaba llamarlos) desde el fondo.

—Está bien. Este trabajo va a ser en conjunto con su salón, así que su compañero de trabajo va a tener que ser un alumno de cuarto año, puede ser cualquiera, mientras sea de ese cur...—Intensionalmente quiso decirlo de una forma más rápida, con la idea de que se mantengan callados y escuchen hasta el final, pero absolutamente todos en la habitación dijeron un "¿¡qué!?", seguido de quejas cada vez en un volumen más alto. Sólo había algunas personas que conocían a los de cuarto año, y ni siquiera esas estaban felices con el trabajo.—¡Cállense!.

Después de algunos minutos más de alboroto y pánico, la profesora logró que guardaran un poco de silencio. No era demasiado, pero fue lo máximo que consiguió.

Mientras el castaño intentaba escuchar lo que la mujer frente a todos intentaba explicar, su compañera del banco junto a él, Jamia, se acercó y comenzó a hablarle sin parar.

—¿Con quién vas a hacerlo?, yo conozco a una chica de ese curso y puede que ella tenga amigos que quieran hacerlo con ustedes, aunque no creo que tenga demasiados amigos, es la típica chica otaku que se sienta en el fond...—Comenzó a observar como movía la boca, pero no estaba escuchando realmente, tampoco escuchaba claro lo que la maestra decía y eso le provocaba una confusión de palabras que, más las conversaciones de fondo, lo estaban poniendo nervioso.

—Jam, después me cuentas, ¿si?—Detuvo a la chica de cabello corto que de alguna manera había llegado a hablar sobre las geishas.

—Claro—No tuvo ningún problema en detenerse y volver a su posición para continuar escuchando a la docente.

Los minutos avanzaban lento, y aún más cuando había un chico en la otro punta del salón silbando, siempre hacía lo mismo, juraba que algún día le cortaría la lengua para que no haga ese sonido nunca más.

Intentaba copiar en su carpeta las actividades que Anabella, su profesora, escribía en la pizarra. Pero su mano parecía haberse olvidado de cómo escribir, porque cada vez que apoyaba el lápiz hacía una letra horrible y eso le causaba gracia. Tal vez estar mucho tiempo cerca de los que estaban fumando marihuana en la entrada fue una mala idea.

Después de decidir no escribir nada y luego pedirle las tareas a Jamia, un chico se asomó por la puerta, pronto aparecieron otros veinte más, junto a la profesora que había visto con anterioridad.
Frank se preparó mentalmente para ser lo más desagradable posible, y así no ser elegido por nadie. Para después salirse con la suya y hacer el trabajo sólo.

Pero las cosas no salieron como esperaba, porque si bien nadie lo había elegido como compañero, había un alumno de cuarto que tampoco tenía una pareja. En el primer intento de las profesoras para emparejarlos la respuesta fue cortante.

—Frank, él tampoco tiene un compañero...¿pueden hacer un grupo ustedes?—La mujer fue suave con su trato, porque ya conocía el mal genio del castaño.

—No, no quiero—El jóven  de lentes que ya se estaba acercando al banco de Frank resignado, levantó su cabeza sorprendido.—¿Puedo hacerlo solo?.

—No. No es un trabajo individual, vas a tener que adaptarte a las condiciones del proyecto.

—¡No puede obligarme a hacerlo con alguien que no quiero!.

—¡Sí puedo!—Anabella sostuvo al chico de lentes por uno de sus brazos cuidadosamente y lo encaminó hacia el banco del castaño.

—¡No quiero hacerlo con ese mocoso!, ¡déjeme hacerlo con Wentz!—Se negaba a muerte a aceptarlo, y su amigo abrió los ojos cuando lo mencionó. Ya se había conocido con su pareja y le caía bastante bien.

—No seas así con él, pobrecito. Frank...—Lo regañó Jamia a un lado, pero seguía negándose.

Luego de varios minutos de peleas y negociaciones, al malhumorado jóven de ojos avellana no le quedó otra opción además de aceptar a su compañero.

—Michael, él es Frank. Frank, él es Michael. Ojalá puedan llevarse bien—El de lentes sonrió muy desapercibido y movió un poco su mano como saludo. Jamia, que se había acercado a su banco junto a su propia pareja, le dió un beso en la mejilla como saludo. En esa clase ella iba a ser la mediadora entre el pobre y tímido chico de cuarto año y Frank, la definición exacta de adolescente insoportable.

—¿Qué tenemos que hacer?—Preguntó el más bajo, totalmente ajeno a la conversación que habían entablado entre ellos.

—Una guía de catorce preguntas, una maqueta y luego presentarla—Respondió Mikey, como le gustaba que lo llamaran, habiendo prestado atención a las actividades.—Pero podemos pedirle ayuda a mi hermano, él estudió arte.

Está bien, pensó Frank. Un hermano, y por lo que veía en Michael, lo más probable era que también fuera lindo. Tal vez podría ganar algo de todo ese problema.

* * *

Jamia representa a una de mis amigas que empieza hablando de un presidente y termina en cómo hacer ensalada rusa xdd, igual la amo.

Espero que les guste este fic nuevo jeee ❤

Little. [Frerard]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें