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—Tengo que irme Frank—Repetía el pelinegro mientras era tironeado hacia un costado de la casa, estaba bastante oscuro, pero lo más seguro es que nadie se acercaría allí. Apenas llegaba la luz de las farolas a alumbrarle los rostros.

—Dame un beso—Buscaba los labios del contrario, pero Gerard lo evitaba, negandose e intentando alejarse.—Por favor.

—No seas caprichoso—Tomó sus manos y las hizo soltar su ropa, queriendo finalmente llamar a Michael.—Es mejor olvidarlo, ¿si?.

—No te preocupes—Murmuró el menor, intentando que se relajara, no estaba siendo para nada maduro. Se sentía como un niño pequeño pidiendo por un juguete y estaba cómodo haciendo eso, porque Gerard lo trataba como uno.—Nadie va a vernos.

—Ahora no, Frank—El mencionado solo continuó siendo insistente, haciendo puntitas de pie para besar a Gerard.—Ya tuviste lo que querías, ¿para qué seguis con ese asunto?—Terminó por preguntar. Realmente empezaba a preguntarse qué le pasaba a Frank con él, porque de verdad estaba demasiado interesado y persistente con respecto a besarlo.

—Solamente quiero que me beses—Argumentó el menor.—Lo haces bien—Rió avergonzado, pero de igual manera decía todo lo que pensaba porque estaba borracho y no se daba cuenta realmente de las palabras que estaba diciendo.—Me gustas.

—No digas eso—Gerard puso sus ojos en blanco, estaba seguro de que lo hacía para molestarlo.—Si tenes ganas de acostarte con alguien busca a otra persona.

—No te busco para que nos acostemos—Frank pensó un poco y después volvió a mirarlo.—Sí quiero que nos acostemos pero no solo eso.

—Tu "me gustas" seguramente dura una hora, o hasta que obtengas lo que querías—El castaño se alejó un poco, sintiendo que perdió un poco de dignidad.—¿Ya vas a dejar que me vaya?.

—Pensé que serías diferente.

—¿Diferente?, ¿qué esperabas?, solamente fue sexo, y no puedo estar con vos, así qué esta conversación está terminada.

—¿Por qué no se puede?—Preguntó sintiendose regañado, metiendo sus manos en los bolsillos de su disfraz, ya se había olvidado que lo tenía.

—Dije que está termin...—El más bajo lo interrumpió con un sonido similar a un gruñido.

—¡Ya cállate!—Gerard suspiró cansado, Frank se había alejado aún más, con los brazos cruzados y ya comenzando a lloriquear.

—Hablemos otro día, ¿si?, ahora estas borracho y seguramente te vas a arrepentir después—Como no obtuvo respuesta supuso que lo mejor era irse, dejarlo solo sonaba mejor que continuar discutiendo, a Gerard no le gustaban las discuciones. Pero lo vió sacar un cigarrillo con una forma bastante particular.—Ya deja de drogarte, Frank.

—No me digas qué hacer—Encendió el hachís, dejando el humo con ese olor fuerte y característico. Dió algunas caladas con la mirada de Gerard en sus acciones. No alcanzó a fumar demasiado cuando el pelinegro se acercó e intentó sacarselo de las manos.—¡No me toques!, ya tengo suficiente con mi madre para esos reclamos.

—Vas a quedar estúpido si continúas consumiendo—Frank lo ignoró, siguiendo en lo que estaba haciendo.—¿Por qué lo haces?.

—¿Estudiaste psicología o qué?—Quería ofenderlo y que sintiera lo mismo que él. En su mente, un poco distorcionada por el alcohol y las drogas, la situación sería un poco diferente; Gerard lo hubiera abrazado mientras respondía "también me gustas". Definió los síntomas que le nacían cuando lo veía como gustar de alguien, era como si un fósforo se encendiera dentro de él, algo repentino y que nunca le había sucedido, en la presencia del pelinegro se comportó como quería que Gerard se comportara con él, pero al no recibir ese trato de vuelta decidió ser arisco y cortante.—Pensé que ibas a irte.

—Frank, voy a besarte si tiras eso—El mencionado levantó sus cejas sorprendido por esa frase.

—Yo puedo chantajearte peor, Gerard. ¿Eso es lo mejor que se te ocurrió?—El mayor no le respondió, no sabía que hacer. No quería que Frank se enamorara o algo por el estilo, no podía hacerle eso a su hermano, sería demasiado cruel. Pero besarlo parecía la opción no-violenta más efectiva para que por lo menos en ese momento no consumiera. Se esforzaba por lograr que el castaño dejara ese hábito, sabía que en el fondo necesitaba atención, igual que él mismo cuando era jóven y se drogaba como si no hubiera un mañana.

Gerard lo observó un momento, parecía un gatito asustado intentando ser agresivo, por alguna razón le daban un poco de ternura sus respuestas, sospechaba que simplemente eran una pantalla y por dentro llegaba hasta a ser cariñoso.

No podían evitar mirarse con complicidad, ninguna de las palabras ofensivas que podrían decirse eran en serio, pero Frank necesitaba ocultar que realmente le gustaba con frases crueles, y Gerard ponía de excusa los sentimientos de Michael para no aceptar su interés por el menor.

El mayor abrazó a Frank por la cintura, y el menor soltó el cigarrillo para tomarlo también en sus brazos.

—A mí tambien me gustas.

* * *

Este capitulo igual que todo el fic es una mierda
La estoy pasando muy mal ): ojala morirme aaaaaaaaa

Little. [Frerard]Where stories live. Discover now