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—Por favor, por favor, por favor—Frank juntaba la palmas de sus manos rogando que Gerard aceptara.—Te lo suplico, hago cualquier cosa.

El pelinegro negaba y seguía negando. Apesar de que confiara en la habilidad de su amigo Robert para hacer esa perforación, no podía hacerse cargo de Frank.

—No importa lo que digas, no voy a firmar. Tu madre es la que tiene que venir—Lo miraba fijamente a los ojos, eso provocaba una sensación extraña en el castaño, que no podía sostenerle la mirada más de unos segundos.

—¡Pero ella sí me deja!.

—No me grites—El mayor inclinó sus cejas mientras lo decía.—Llama a tu madre, voy a ver si eso es cierto.

Frank quedó perplejo, no esperaba que le respondiera así. Primero agachó su cabeza por haber sido regañado, sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso. Encima de estar avergonzado por lo infantil que se había comportado, debía inventar algo rápido.

—Ahora está trabajando—El castaño se imaginó a su madre pintandose las uñas en su cama, mientras veía una serie de Netflix, probablemente eso era lo que realmente estaba haciendo.

Y no podía hacer pasar a Jamia por su madre porque ya conocía su voz, y su amiga había salido con una chica.

—Entonces no puedo firmarlo—Gerard se alejó para ingresar de nuevo en el local. Dentro estaba Robert quitándose los guantes blancos y despidiendose de su cliente.

Los dos mayores chocaron sus manos y Frank quedó excluído, cerca de la puerta de entrada. Gerard lo señaló mientras hablaba con su amigo, el menor miraba las paredes intentando fingir que no sabía que estaban hablando de él.

Parecía que estaban discutiendo, pero al final el de ojos esmeralda cruzó sus brazos y miró hacia otro lugar.

Bert le hizo una seña para que se acercara, el castaño lo hizo inmediatamente. Peinó su cabello hacia atrás y le sonrió, intentando ser amable. Estaba encantado con la vista que tenía, dos hombres que le gustaban dándole toda su atención. Aunque sólo con Gerard se conformara.

—Está bien—El pelinegro suspiró. Frank no entendía por qué se negaba tanto, sólo era un piercing, sentía que estaba exagerando.—Confío en que tu mamá lo sabe, ¿cierto?.

El menor asintió efusivamente, como si eso fuera verdad. Bert sonrió volviendo a adentrarse en su lugar de trabajo. Gerard se acercó al escritorio de Carol y completó el formulario, preguntandole algunos datos a Frank.

Al castaño le pareció muy bonita la letra del mayor, era una mezcla perfecta entre cursiva e imprenta. Recordó su caligrafía desprolija y le tuvo un poco de envidia por eso.

—Pasen—Animó la mujer luego de recibir el dinero que valía la perforación.

Gerard lo encaminó poniendo una de sus manos en los hombros del más bajo. Él levantó la mirada al sentir su brazo y le dió una sonrisa tímida.

—¿Estás listo?—Preguntó Bert. Estaba limpiando sus manos y preparando las cosas que necesitaba.

—Sí—Se quitó la chaqueta, en su camiseta se podía leer el logo de Iron Maiden, eso le llamó la atención a ambos mayores, que les gustaba mucho la banda.—¿Tengo que sentarme ahí?—Señaló la camilla que estaba en un costado.

—¿Preferis hacerlo sentado o acostado?—El menor dió una pequeña risa nerviosa por haber mal pensado la pregunta. Robert lo miró, entendiendo de lo que se estaba riendo y también lo hizo.—Entonces...¿cómo te gustaría más?—Intentó que no siguiera sonando como algo sexual, fracasando y pareciéndolo aún más.

Escuchar eso hizo que Frank se riera más fuerte, estaba bastante nervioso y no podía evitarlo.

—¡Bert, tiene quince, deja de sonar como un acosador!—Gerard lo regañó, el nombrado sólo lo ignoró.

—No tengo quince años—Comentó el menor como si fuera obvio.—Tengo diecisiete.

—Seguís siendo menor de edad.

—Pero no es lo mismo, es como si yo dijera que vos tenes treinta, no es igual—Frank estaba dispuesto a discutir para hacer valer esos dos años que el pelinegro ignoraba.

—¿Y de dónde sacaste cuántos años tengo?—El menor ya no supo qué responder, no tenía otra respuesta más que decir que lo había preguntado, pero eso podría parecer extraño.

—Lo supuse—Bert miró de reojo al pelinegro cuando respondió "ajá", él ya había notado la intensidad con la que el menor miraba a su amigo.

Lo siguiente fue el protocolo para hacer la perforación. Se colocó otros guantes de látex y limpió la zona donde estaría el metal. Preparó el piercing en la pequeña mesita con sus materiales, luego sacó la aguja de su envoltorio.

—Voy a contar hasta tres, cuando diga el tres voy a hacerlo, ¿si?—Antes de que dijera el número uno, Frank apretó el brazo de Gerard, que se había acercado para observar. El mayor devolvió el apretón con su otra mano, para hacerlo sentir acompañado.

Apenas anunció el número dos, atravesó la piel de Frank con la aguja, quien inclinó sus cejas, queriendo reclamarle que no lo hizo cuando llegó al tres.

Sus ojitos avellana estaban llenos de lágrimas y aún seguía sosteniendose de Gerard, que había dejado de mirar cuando la aguja quedó atravesada en el labio del menor.

—Por Dios, ¿cómo podes hacer estas cosas?—Cuestionó el pelinegro, a él las agujas le daban miedo.

—Súper raro que sean amigos, uno está con agujas todo el tiempo y al otro no le gustan—Murmuró Frank, apenas era posible entenderlo, además se estaba limpiando las lágrimas y a cada rato sorbía su saliva.

—Sí, pero deja de ser gracioso cuando me persigue para que me atraviese cualquier parte del cuerpo—Robert se rió y fingió que iba a pincharlo con la aguja. El pelinegro se alejó un poco, mostrándole el dedo medio.

Frank acomodó de nuevo su ropa y se puso de pie, sacó su celular y se tomó una fotografía que luego envió a Jamia. El texto del mensaje decía "lo logré perra". Después le tomó una fotografía al pelinegro mientras estaba distraído y también la envió, esta vez escribiendo "me acompañó mi marido".

Bert comenzó a explicarle todos los cuidados que debía tener, además de que debía volver si notaba algo extraño.

—Y ahora Gerard va a llevarte por un helado porque tenes que comer cosas frías—El nombrado levantó las cejas mientras reía. Miró a Bert fijamente para intentar que entienda el "hijo de puta" que intentaba comunicarle.

* * *

Mi mejor amis se inyecta un medicamento y siempre me jode con que me va a pinchar con una aguja, a mí me dan miedo ;-;

Little. [Frerard]Where stories live. Discover now