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De todas las cosas que Frank odiaba, estar en frente de todos sus compañeros era lo primero. El día de presentar la maqueta, que en realidad era una especie de escultura, llegó.

Ya tenían una buena calificación asegurada porque Gerard había hecho la mayoría, pero de todas formas debían exponer. Al menos no recibieron burlas por un mal trabajo.

La maestra quedó maravillada, intentando entender cómo Frank había ayudado a crear eso. No tenía una gran habilidad para ese tipo de cosas. Realmente estaban sospechando de que no hizo nada. De Mikey no pensaban mal, todos sus trabajos eran perfectos, aunque la razón fuese que los hiciera su hermano.

El castaño descubrió que los compañeros de Michael eran aún peores que los suyos, en parte lo agradeció porque nadie les estaba prestando atención.

Uno de los salvajes del fondo estaba silvando, y no había nada que irritara más a ambos. Justo cuando Frank iba a gritarle que se callara, el de lentes lo sorprendió.

—¡Callate o te arranco la lengua!—La imagen pacífica del menor se desvaneció, Jamia abrió los ojos como platos mirando a su amigo, que se encontraba igual. Inmediatamente sus mentes hicieron click, y como buenos mejores amigos se entendieron sólo con eso; ese chico debía ser uno de sus amigos.

—¿Way?, ¿qué pasó?—La profesora interrumpió confundida.

—Ese chico es insoportable, quiero que se calle—La mujer le respondió con una mirada desaprobatoria, luego miró al jóven que había estado silvando, quien sólo se rió.

—Está bien, ya pueden sentarse—Recibieron los aplausos más falsos que pueden existir y se sentaron. Frank al fin pudo reírse de lo que había pasado. Había descubierto que le causaba demasiada gracia ver al menor molesto.

***

Frank: arrancame la lengua xfa

Michael: morite

El castaño se burlaba de él desde el momento en que ocurrió, hacía ya unos cuántos días atrás.

Era fin de semana y no tenía nada planeado por hacer, así que sólo miraba la nada mientras pensaba en cuáles eran sus posibilidades de sobrevivir si su ventilador de techo se le cayera encima.

Se le ocurrió una idea; invitaría a Alexander a una cita. Él era el chico con el que había estado cuando ocurrió la tragedia, según Jamia. Ni siquiera recordaba en que momento se habían intercambiado los números, pero lo tenía agendado, así que lo aprovecharía.

Concretó una juntada a las seis de la tarde en el centro comercial, para ir al cine. Aunque lo que menos harían era ver una película.

Dos horas antes el castaño ya se estaba preparando. Se había dado una ducha y estaba eligiendo qué ropa ponerse. Al final se decidió por ir completamente de negro y con una chaqueta de jean.

Terminó de retocarse la tenue sombra de ojos  y pidió un taxi por télefono. No tenía ganas de explicarle a dónde se dirigía a su madre, por eso prefirió mandarle un mensaje diciendo que saldría y que no lo esperara para cenar.

De camino al centro comercial logró acomodar su cabello, que al secarse se despeinó. Llegó diez minutos antes de que el reloj diera las seis, así que se sentó a esperar un poco en uno de los bancos frente al lugar acordado.

Pasaron quince minutos y Alexander aún no llegaba. Sólo llevaba retrasado cinco minutos, pero ya comenzaba a odiarlo.

Cuando se hicieron las seis y treinta minutos se levantó, intentando recoger lo que quedaba de su dignidad. Decidió que su día no se arruinaría por un idiota del cual sólo sabía su nombre. Además no planeaba contarselo a nadie.

Recorrió algunos pasillos desinteresadamente, no le resultaba divertido o entretenido ver las vidrieras si no tenía a Jamia o Peter criticando la ropa que se encontraba en ellas.

Se sintió un poco deprimido porque lo hayan dejado plantado, y se dió cuenta de que su día se había arruinado, aunque se negara. Suspiró derrotado, pasó una de sus manos por su rostro con frustración. Al menos podría comprar comida en McDonald's y atragantarse en su casa mientras lloraba con películas de romance junto a su madre. Sonaba como una gran noche.

Yendo hacia la salida, pasó por el local donde deseaba hacerse un piercing, sólo porque el que era encargado de hacerlos era lindo. Y lo sabía porque había intentado convencerlo de perforarlo sin la firma de un adulto, argumentando que sólo faltaban unos meses para ser mayor de edad.

Pensó que no perdía nada con intentarlo una vez más y se adentró al lugar. Las paredes eran blancas con algunos cuadros y la certificación de que ese lugar estaba en regla. Eso le sacaba un poco las esperanzas, su madre nunca lo dejaría tener el piercing en su labio, por eso debía encontrar la manera de hacerlo a escondidas. Si ya lo tenía no podría obligarlo a quitarselo. O sí. Pero prefería pensar que no lo haría.

Se sentó en uno de los sillones color vino dispuesto a esperar, de fondo escuchaba la maquina de tatuar y algunos quejidos. Probablemente alguien se estaba haciendo su primer tatuaje.

—Hola, ¿que necesitas?—Una chica que parecía de su misma edad se sentó detrás del escritorio que estaba a un costado.—¿Tienes un turno reservado?.

El castaño no supo que responder, la última vez que había estado allí esa chica no existía, o por lo menos él no la conocía.

Se acercó para estar frente a ella y comentarle su situación. Observó el pequeño cartel con su nombre que llevaba colgado en el pecho.

—Hola Carol—Dió una mirada rápida nuevamente para asegurarse de que lo había dicho bien.—Yo necesito hablar con el chico que hace los piercings porque soy menor de edad y mi madre no vino, pero sí deja que lo haga—Mintió en lo último, intentando sonar creíble.

—Pero necesitas la firma de uno de tus padres—Carol sacudió su mano, cambiando de opinión.—De todas formas puedes traer a cualquier persona mayor de edad para que firme, voy a ignorar que no sea tu madre. Sólo porque pareces buena onda.

Frank la miró algo extrañado, un poco por su acento y otro poco por la facilidad que tuvo para convencerla. Tan solo tuvo que hacer cara de perrito.

Pero aún le faltaba alguien mayor de edad para firmar.

—¡Hola Caro!, ¿Bert ya llegó?—El castaño quedó encantado con ese timbre de voz, en especial porque había llegado en el momento correcto.

* * *

Holas, como estan?, espero que les guste el capítulo bonitos/as. Les amo ❤💕

Little. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora