V e i n t i d o s

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En la última semana de clase antes de las vacaciones navideñas, todo el alumnado preparaba un gran evento a petición de los directivos

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En la última semana de clase antes de las vacaciones navideñas, todo el alumnado preparaba un gran evento a petición de los directivos. Se trataba de un festival cuyo objetivo era el de recaudar dinero para un orfanato y de esa forma contribuiamos a llevar la navidad a esos pequeños.

Así que pasábamos los días haciendo planes en equipos durante las clases.
Mi salón estaría encargado de un puesto de regalos, donde los alumnos que asistieran al festival podrían enviarse cartas y obsequios que podían ser o no ser anónimos, dependiendo de su gusto.

Organizamos las reglas, carteles, decoración de la mesa y armamos enormes cajas donde colocaríamos los obsequios, también nos repartimos distintas tareas que tendríamos que llevar la noche del festival.

Habían muchos rumores acerca de las costumbres de la escuela. Era mi primer año así que no sabía mucho de ello, pero debido a que en el festival finalmente conviviríamos con los chicos del otro edificio, sabíamos que teníamos la posibilidad de recibir obsequios de ellos, o ellos de nosotras.
Ese era el gran tema de la semana.

Por otra parte, además del puesto que debíamos atender, tendríamos también la oportunidad de divertirnos en actividades distintas, como un baile y también juegos mecánicos que se rentarian para la ocasión.
Eso significaba que era necesario ser invitada por alguien esa noche.

—¿Alguien ya te pidió que seas su pareja la noche del festival navideño?— me preguntó Brady un día antes del festival, mientras se encontraba sentado como siempre en lo alto de un muro y yo, tendida en la nieve, lo miré con cierto temor.
Yo hasta ese momento no tenía planeado presentarme con una cita, porque no tenía mucho contacto con los chicos y no me preocupaba mucho porque varias otras chicas de mi clase tampoco tenían pareja.
Ellas decían que esa noche se encargarían de encontrar a alguien por ahí.

—Oh, ¿Es necesario tener pareja? Nadie me lo había dicho— fingí demencia.
—No es necesario, solo si quieres, podrías ser mi pareja— sugirió y yo sonreí con la cabeza abajo y tracé con el dedo un par de garabatos sobre la nieve.
—Brady...— traté de recordarle de alguna forma sutil que no estaba interesada románticamente en él, pero sabía que lo recordaba, así que él mismo lo dijo.
—Lo sé, te prometo que no intentaré nada fuera de lo común, es solo que... no tengo cita y no quería ir solo— aclaró y sentí algo de lástima por él.
No quería ser cruel y tampoco quería ser la clase de chica paranoica que no puede ver a un hombre como un bien amigo.
—De acuerdo, está bien— acepté.
—Es una cita entonces— bromeó.
—Mmm...— solté un mugido y al mirarlo él sonrió y deslizó una mano sobre la nieve que reposaba a su lado sobre ese muro. Esto causó que cayera hacia mí, justo a mi cara.
—¡Hey!— respondí, haciendo una bola más grande y al lanzarla esta golpeó contra su pierna.
Brady soltó una carcajada, al mismo tiempo en que una campana a distancia, me avisaba que debía irme.
—Nos vemos en la cita entonces— continuó burlándose.
—Lo que digas— me puse de pie y me marché.

Querida mía | Harry Styles |Onde histórias criam vida. Descubra agora