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Temprano por la mañana escuché la voz de Ali, dijo algo y luego me dió un beso en la mejilla. Entonces quise abrazarla pero se esfumó tan rápido como un suspiro. De pronto estaba solo en esa cama, pero no me preocupó porque estaba agotado. Así que volví a dormirme.
Minutos... o tal vez unas horas más tarde, creí volver a sentirla cerca. Ella tenía una presencia inquietante que era capaz de llenar una habitación, estaba seguro de que andaba cerca, podía incluso olerla.
Rodé entre las sábanas buscándola pero no estaba ahí. Volví a quedarme quieto y de pronto escuché su voz proviniendo del baño con la puerta abierta, junto con el sonido del agua del lavabo corriendo.
Cantaba en voz baja una canción que yo no conocía y el sonido de su voz rebotaba como un divino eco entre las paredes. Sonreí porque esa parecía otra canción que una adolescente de quince años cantaría en la ducha.
-Que bonito cantas, muñeca- le dije pero ella no alcanzó a oír mi comentario. Continuó cantando y la escuché por un minuto antes de volver a hablar- Ali.
Se detuvo.
-Hey- dijo desde donde estaba. Movi las sábanas para mirarla salir del baño y caminó hasta el tocador.
Al verla en ese momento sonreí y me fue necesario parpadear un par de veces para aclarar mi vista borrosa y adormilada y poder apreciar ese encanto de mujer. Usaba un lindo conjunto color vino de blusa corta a juego con sus shorts y esos espacios de piel descubierta en su espalda y cintura me cautivaron enseguida.
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-Dios, que hermosura eres, esa ropa se te ve muy linda.
Ella me miró a través del espejo del tocador mientras se retocaba el radiante rosa de sus labios. -Gracias- respondió con una modestia que solamente en ella podría resultar natural y encantadora.
Me estiré en la cama sin dejar de verla y solté un bostezo mientras la chica se aplicaba otra gruesa capa de rimel en las pestañas y después deslizaba los dedos entre los mechones de su cabello tan largo. Era entretenido observarla en su proceso de belleza.
-¿A qué se debe tanta elegancia?- pregunté, suponiendo que planeaba llevarme a algún lugar esa mañana.
-Sali con mis padres a desayunar, lamento no haberte despertado pero parecías muy cansado, además tengo planes para nosotros el resto del día- explicó, dejando a un lado y se acercó.
