V e i n t i c i n c o

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Harry se arrojó de boca a mi cama, completamente desnudo y con los brazos abiertos

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Harry se arrojó de boca a mi cama, completamente desnudo y con los brazos abiertos.
No tenía el valor para sacarlo de mi casa, no en esas circunstancias y de cualquier forma, no quería que se fuera.
Me había arrepentido durante horas desde que discutimos en el festival navideño y ahora tenía la oportunidad de redimirme, pero primero necesitaba cambiarme de ropa, porque mi pijama estaba empapada.

Con tan solo la luz del baño encendida, caminé hacia el ropero y me cambié esa pijama por otra más.
En el proceso, escuché que Harry se revolcaba en la cama pero no lo miré hasta que terminé con lo que hacía y solo entonces, noté que tenía los ojos sobre mi.
Estaba recostado de espaldas ahora y sus brazos continuaban bien abiertos.

Sonreí, esa posición era cómica.
Harry mantuvo la misma expresión que había tenido todo ese tiempo, una expresión neutra, pero movió ligeramente una mano y susurró:
—Duerme conmigo, por favor.

Había dicho eso como si temiera que me iría al sofá o a cualquier otro lugar y lo dejaría ahí solo.
—¿Dónde más dormiría?— le pregunté al subir a la cama y cuando él levantó su mano hacía mí, yo la besé.
—Perdoname— susurró, dejando un momento su palma cálida sobre mi mejilla.
Negué con la cabeza, sintiendo tristeza.
Estaba apenada también por todo lo que había ocurrido.
—No necesito perdonarte, jamás estuve enojada, solo estaba preocupada.

Me acerqué a él y besé su frente.
Harry se quedó en silencio y bajo su mano con una caricia a lo largo de mi brazo mientras yo dejaba pequeños besos en diferentes puntos de su rostro.
—Pero perdoname por haberte preocupado, por haberme portado como un idiota hoy, lo que dije fue muy inmaduro y también lo que hice después, todo esto...
—No te preocupes, no pensemos más en eso— repliqué y me recosté a su lado.

El chico se acercó de inmediato, deslizó una mano por mi cintura, subiendo hacia mi espalda y su tacto entró por debajo de mi blusa, causándome un pequeño estremecimiento.
Yo coloqué mi mano en su nuca y entonces le permití besarme en los labios.

Después me abrazó con fuerza y dejó su cabeza en mi pecho.
Lo sentía como a un niño, asustado, arrepentido de muchas cosas, buscando tan solo un poco de calor.
Acaricié su cabello para adormecerlo su respiración suave me resultaba de alguna forma adorable.
Había algo en ella que me daba una sensación de plenitud y también me hacía pensar que estaba en el lugar correcto.

La mañana próxima sería mi último día en la florería, después de eso, el lugar se cerraría por las próximas dos semanas, así que eso significaría que mis ganancias se estancarían un poco. Por eso, previne la situación y ahorré lo suficiente para sobrevivir, pero durante los últimos días mi madre estuvo preguntándome vía telefónica si volvería a casa por las vísperas navideñas y eso me dejaba en un dilema.
Por una parte no quería irme pues era la primera vez que disfrutaba de un clima invernal como ese y no me emocionaba la idea de volver a la costa, pero por otro lado no había mucho que pudiera hacer en ese lugar y tampoco quería pasar la noche navideña cenando comida enlatada con mi perro.

Querida mía | Harry Styles |Where stories live. Discover now