SOLO TÚ

CAPITULO 6

19 OCTUBRE 2018

Aitana: acaso piensas que me voy a subir ahí?
Luis: y por qué no?
Aitana: no quiero morir
Luis: esta mañana no te ha pasado nada
Aitana: pero ahora puede pasar
Luis: va Aitana si mi madre se entera me echa la bronca
Aitana: prefiero que te eche la bronca
Luis: no seas mala
Aitana: me subo pero para no hacerle perder el tiempo a tu madre
Luis: o porque no puedes vivir sin mi
Aitana: puedo vivir sin ti perfectamente
Luis: claro
Luis: ya hemos llegado pero antes de que bajes, que te ha pasado para que te vuelvas así?
Aitana: Luis
Luis: Aitana
Aitana: ya te lo dije
Luis: no me has dicho nada
Aitana: te dije que ya te lo diría
Luis: cuándo?
Aitana: algún día
Luis: algún día no, ahora
Aitana: mira si quieres que te lo diga no me hagas decírtelo ahora
Salgo del coche corriendo para no seguir con la conversación pero nada más bajar del coche oigo que unos pasos, abro la puerta y la dejo abierta para que pase Luis.
Aitana: te vas a quedar aquí o te vas a ir a tu casa?
Luis: no te voy a dejar sola
Aitana: ya he estado sola un año, puedo estar sola un día
Luis: no quiero que lo estés más
Aitana: qué quieres
Luis: que estés segura de ti misma
Aitana: llevo años y intentándolo y mírame
Luis: déjame ayudarte
Aitana: Luis
Luis: por favor
Aitana: está bien
Luis: tendrías que empezar contándome por qué te has vuelto así
Y había llegado el momento, no deseaba que llegara, no sabe nadie por lo que he pasado, ni siquiera mis padres, solo Amaia, pero solo porque estaba presente la mayoría de veces.
Luis: Aitana
Aitana: está bien, el día que te fuiste me alegré pero a la vez me puse triste porque era como que al menos alguien sabía de mi existencia, entonces cuando te fuiste pensé que sería invisible pero no fue así, entró una chica nueva, Graciela, que desgraciadamente se fijó en mí, me humillaba en clase, en los pasillos, siempre que podía. Un día me harté y me salí a la calle a llorar, estaba lloviendo pero no me importaba, quería dejar de estar gorda para ver si así me dejaba de humillar, asi que me metí los dedos y vomité. Cuando fui al instituto y la ví, tuve la esperanza de que dejara de humillarme pero aún siguió y aún sigue