Capítulo 11-. Iris.

2.3K 365 153
                                    

«Tú estás más cerca del cielo de lo que yo estaré.»
 

Los lunes eran los días más cansados.
Hoy especialmente, Dongpyo se sentía drenado. Ni siquiera tenía ganas de comer su almuerzo. A su lado, Eunsang no la pasaba mejor.

—Te dije que no era buena idea ver esa película.

Sabía que su amigo tenía razón, pero había sido él quien insistió. Si su madre se enteraba que se había quedado hasta la madrugada frente a la computadora, lo castigaría.

—Qué caras traen. —dijo Bora sentándose frente a ellos.

—Eunsang está llevándome por el mal camino.

—Me lo imagino —comentó despreocupada.

—Hola chicos. —saludó Dongbin llegando con ellos.— Traen unas caras.

—Sí, sí, nos vemos del asco, gracias. —dijo Eunsang.

—Pyoddongie, tu cumpleaños es en unos días, ¿ya sabes que harás?

—No lo sé, seguramente mamá hará algo de comer y los invitará.

—Estaba pensando —comenzó ella— Que podría organizarte una fiesta, con amigos y chicos del club, algo pequeño.

—No sé...

—Mira, no te costará nada, será mi regalo, y podemos hacerlo en mi casa, ¡incluso puede ser una fiesta de alberca! Por la noche, hay una iluminación muy guay.

—Oh, como los ricos en las películas, yo quiero —animó Eunsang.

—Tendrías que preguntarle a mamá.

—Ya verás que dice sí. —puntualizó ella.

Continuaron comiendo en silencio, indiferentes al bullicio de los demás alumnos. Algunas veces, eran ignorados por pertenecer al club de teatro, los veían como los raritos que vestían extraño. Probablemente era verdad, pero al menos actuaban libres expresándose como les gustaba.

—Qué tal chicos —saludó un muchacho sonriente cuando llegó a su mesa.

—Hola, Junho ¿qué te trae a nuestra humilde mesa? —dijo Bora.

—Bueno, venía a avisarles que no habrá teatro hoy, el maestro se ausentará.

—¿Sabes por qué? —cuestionó Eunsang.

—No, no sé. —contestó el muchacho — Sólo era eso, hasta luego.

—Adiós.

Eunsang estiró sus brazos por detrás de la cabeza.

—Podré ir a casa temprano a dormir.

—O hacer tu tarea —musitó Bora.

Dongpyo se preguntaba qué pasará con Seungwoo, ¿no se verían hoy? No imaginaba pasar el día sin verlo, era estúpido quizás, pero no creía poder con eso.
A veces le asustaba pensar en lo cerca que estaban, después del tiempo en el teatro, Seungwoo lo acompañaba a su casa y si su madre estaba despierta, se quedaba un par de horas, incluso había jugado cartas un par de veces con su papá, claro, después de que el hombre dejó de verlo con desconfianza.
Pero aún así, por más cerca que estuviesen, Seungwoo se seguía sintiendo lejano, inalcanzable. Y no le gustaba.

—Pyoddongie, ¿estás con nosotros? —le dijo Bora.

—¿Eh?

Ella rió.

—¿En qué piensas?

—En nada.

—¿Nada en el buen sentido? ¿O en el malo? —cuestionó Eunsang.

Be Positive. [SeungPyo]Where stories live. Discover now