Capítulo 25-. Numb.

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«Me estoy convirtiendo en esto, todo lo que quiero hacer, es ser como yo quiera y no ser como tú quieres.»

 

—Sigo odiando a Umbridge cada vez, no puedo creerlo. —musitó Seungwoo mientras acariciaba el cabello de su novio.

Estaban en casa del menor viendo Harry Potter y la Orden del Fénix, por alguna razón nunca se cansaban de ver las películas. Seungwoo estaba sentado en el sillón, Dongpyo estaba acostado con su cabeza en las piernas del mayor y sobre su barriga estaba acurrucado su pequeño gato.
En una semana el gatito se había adaptado y encariñado con ellos, su nombre —después de pensarlo mucho— terminó siendo Sky.

—Y así será hasta el fin de los tiempos. —dijo Dongpyo.

—Posiblemente.

La puerta de entrada se abrió bruscamente, ambos se giraron a ver. El padre del menor entraba con una expresión agobiada en el rostro, Dongpyo tomo al gato de su barriga y lo puso en el sillón, después se levantó.

—¿Papá? ¿Qué sucede? —dijo acercándose a él.

El hombre lo miró y soltó un largo suspiro.

—¿Dónde está tu mamá? —preguntó.

—Arriba, descansando. Papá, dime qué pasa.

El hombre asintió, después se pasó las manos por la cara.

—Tu abuela murió por la noche.

Dongpyo se cubrió la boca con las manos, su abuela, la única abuela que ha conocido en su vida. Quizás no se veían muy seguido, pero la quería ¿cómo podría no quererla?

—Iré a hablar con mamá, quiero ir al menos hoy a despedirme. —dijo su papá, después subió las escaleras.

Seungwoo llegó por detrás y le tocó con suavidad los hombros.

—Lo siento mucho, cariño.

El menor se giró y lo abrazó, enterrando el rostro en su pecho.
Se sentía triste, demasiado, pero no con ganas de llorar, se preguntó qué estaba mal con él.
Se quedó así unos minutos, sintiendo las caricias de Seungwoo en su espalda, hasta que su papá bajo, entonces se separó.

—Hijo, iré unas horas, volveré antes de que oscurezca.

—Pero quiero ir también. —replicó.

—No podemos dejar a mamá sola.

—Yo puedo quedarme con ella —se ofreció Seungwoo.

—No queremos molestar, Seungwoo. —dijo el hombre.

—No es ninguna molestia, señor, lo haré encantado.

El hombre le dio una mirada a él y después a su hijo, finalmente asintió. Dongpyo fue corriendo arriba por su chamarra.

—Lamento su pérdida, señor.

—Eres un buen muchacho, y sé que mi esposa te adora, sólo nos iremos unas horas, si sucede algo no dudes en llamar. —dijo el hombre.

—Lo haré.

Dongpyo bajó corriendo las escaleras, su papá le dio unas palmaditas en el hombro a Seungwoo y salió de la casa.

—Muchas gracias por hacer esto. —dijo Dongpyo parándose frente al mayor.

—Está bien, no es una molestia.

El bajito le dio un beso como despedida y salió.



[...]


De pequeño, cada navidad, Dongpyo hacía una carta especial para sus abuelos. Ellos no eran malos, ni groseros, quizás un tanto conservadores y estrictos, pero siempre lo trataron con cariño en su niñez. La abuela preparaba un pay de manzana tan rico que repetía porción.
Por supuesto, cuando dejó de ser un niño, sus abuelos dejaron de tratarlo como tal.

Be Positive. [SeungPyo]Where stories live. Discover now