Capítulo 23-. Paper Houses.

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«Intentamos aferrarnos con fuerza, porque sabíamos que nuestro amor era difícil de encontrar.»


Lo primero que hizo Seungwoo al despertar el domingo, fue revisar su celular. Dongpyo no le había respondido los mensajes desde ayer. Ellos siempre estaban mandándose mensajes o imágenes, era tan extraño.

Intentó concentrarse en otra cosa, desayunó e hizo sus deberes. Pero para el medio día seguía sin haber respuesta, se estaba preocupando. Tomó sus llaves y fue a casa del menor.

La casa no era tan grande, era pequeña pero acogedora, tenía colgando en las paredes plantas que a la madre del chico le gustaban. Tocó el timbre y esperó.

Dongpyo abrió la puerta, tenía el cabello desordenado y una expresión soñolienta en el rostro, vestía su pijama de cerditos, lo cual le hizo sonreír.

—Hola, cariño —saludó.

El chico fruncio el ceño y seguido, le cerró la puerta en la cara. Seungwoo se quedó ahí, intentando asimilar lo que había pasado. Por un segundo consideró que seguía dormido y había soñado eso. No había salido de su sorpresa cuando la puerta se volvió a abrir, esta vez era la mamá del joven.

—Que niño más grosero —murmuró la mujer, después le regaló una enorme sonrisa —. Seungwoo, cariño, pasa por favor.

—Gracias.

—Lamento eso, Dongpyo está de mal humor desde ayer, ¿discutieron?

Ella cerró la puerta y caminó al sillón, donde se sentó.

—No, no lo hicimos. —dijo, aún no asimilaba que su dulce novio le cerrara la puerta.

—Puedes subir a hablar con él. —le ofreció.

—Yo...sí, claro, muchas gracias.

Subió las escaleras, ésta vez no tomó su tiempo para ver las fotografías en las paredes, se paró frente a la puerta del chico y tocó, pero no recibió respuesta, sin pensarlo mucho abrió.

El cuarto de Dongpyo era pequeño pero parecía lleno de cosas y era muy colorido, para empezar; las paredes eran amarillas, un amarillo suave que se perdía en el techo blanco, las cortinas de la ventana anaranjadas. Tenía un montón de peluches en un librero, y sobre el escritorio tenía un montón de libros, las paredes también estaban llenas de fotografías como el resto de la casa.
Se acercó a la cama, el chico estaba tirado en ella boca abajo.

—Dongpyo, cariño, ¿estás bien? —preguntó.

—Vete.

—¿Por qué estás enfadado conmigo?

—No estoy enfadado contigo. —murmuró Dongpyo contra la almohada.

—¿Entonces por qué no me miras?

—Porque no quiero.

Seungwoo suspiró, se sentó en la orilla de la cama y le tocó con suavidad el hombro.

—Por favor, estoy preocupándome.

Dongpyo se movió fuera de su toque.

—Sólo vete. —dijo comenzando a llorar.

—¿Por qué lloras? ¿Te pasó algo?

Se quedó escuchando al chico llorar, estaba destrozándolo porque no sabía qué hacer, qué decir. Entonces sólo se puso a cantar, hasta que el llanto paró.

—Seungwoo... ¿Por qué no te consigues a alguien mejor que yo?

El tono lastimero en la voz de Dongpyo fue como un golpe directo al corazón.

Be Positive. [SeungPyo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora