Lunita

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Esa noche la luna brillaba más que nunca, las olas resonaban en mi interior como un huracán de pensamientos, solo podía recordar todo aquello que siempre había soñado, su voz, sus sonrisas, sus ojos brillando más que la propia luna y que por ello espero que la luna en su inmensa belleza hubiese sentido envidia de lo que mis ojos estaban contemplando, entonces cerré los ojos y le imaginé, corría por un campo de trigo, en otoño quizás, llevaba un vestido blanco y su sonrisa quemaba todo el mal de esas tierras, todo el miedo que sentía derrepente se desvaneció, no se si fue su calor o mis deseos de verle feliz pero me dio esperanzas y como si de otro mundo hubiese venido me entregó un ramo de flores, rosas, tulipanes y amapolas. Ninguna de aquellas flores era capaz de asemejarse a su belleza, pues como dije, su belleza no parece de este mundo, en ese momento me quedé embobado en su sonrisa y su mirada que parecía decir "todo irá bien no temas por el mañana, mantente conmigo", si en ese momento Hades se la hubiese llevado al inframundo sin duda hubiese ido a por ella y enfrentarme a lo que hiciese falta con tal de que esa sonrisa no acabase nunca habría desafiado a cada dios si hubiese hecho falta. Ojala no hubiese acabado ese instante de cielo pues ambos en el fondo, no queríamos salir de allí, luna por favor devuélveme la belleza, enséñame el aroma de las flores y llévate esta angustia que me rasga las entrañas cada noche y no me permite dormir.

𝕾𝖎𝖓 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑Where stories live. Discover now