Soy aquello que pierde valor con el paso de los días, puedo ser aquél juguete que de pequeño tenías y era inseparable hasta que, con el paso de los años te terminas cansando y lo cambias por otro, mi vida es una tontería, una inutilidad, ¿De que sirven los trapos sucios y rotos? Los usas para limpiar la basura y al acabar los tiras, no tiene sentido mi existencia, es vacía y estúpida, no tiene valor, no tengo valor, la vida es tan frágil que me entusiasma la idea de sobrepasarla, un simple metal es capaz de destruirla en minutos, el fuego derrite cada componente de ti mismo, es maravilloso, es estúpido pensar, es estúpido pensarme, ya estoy muerto, voy a traspasar ese lúgubre pasaje hasta llegar a ese precioso fiordo donde me espera la libertad, poder correr por aquellos campos con los brazos extendidos y sentir el viento rozar mis orejas, correr por la orilla del mar y encontrar a mi musa en la otra punta, correr hacia ella y abrazarle, besarle hasta que las olas nos traguen, acabar la noche bajo una hoguera, los dos juntos abrazados contándonos historias fantásticas de antiguos guerreros y al acabar, un beso te acompañe con Morfeo, se me estremece la tripa solo con pensarlo, y al segundo se me cargan los párpados con ganas de soltar deseos, me niego a este mundo, me niego a este cuerpo, me niego a mi mismo.
