No me ves pero siempre estoy cerca aún estando a kilómetros, no piensas en mí pero estoy siempre en tu cabeza, no sientes mi respiración pero siempre estoy en tus pulmones, no notas mi piel pero vivo en la tuya, no soy nadie, siendo a la vez todos.
Azul es el cielo que ves, el mío es marrón y está en tus ojos, el campo verde no es más que una extensión de mi mirada, una mirada milenaria que busca tu caricia, no, no quiero ser ¡Me niego! Quiero vivir en esta eternidad vacía, quiero que el frío que note tu piel sea mi desesperado deseo, anhelando ser cumplido sabiendo que nunca se hará realidad, quiero helarme, allí donde esté quiero sentir el frío y recordar donde lo conocí, quiero tatuar en mi piel cada cicatriz como si de un presidiario se tratase, esperando por cumplir su condena, quiero que al terminar se rompa mi triste piel dando paso a una coraza del metal más duro jamás creado y recordar que, nunca rompí conmigo.
