En los tres días siguientes no vi ni un segundo a Luke. Tuve una pequeña charla con Ashton en la que por fin admití que ese chico me seguía gustando, así que entró en razón y no me insistía para que saliera con ellos. Por lo que estos días se basaron en quedar con Tori y Elisabeth. Solíamos salir por ahí, y merendar algo en una cafetería del parque más cercano. Ellas estaban completamente de acuerdo con Calum; tenía que pasar página con lo referente a Luke. Yo también quería, pero ya no intentaba autoconverncerme de que no me gustaba. Había hecho eso durante todo un año y no había dado resultado, así que supongo que simplemente dejaría pasar las cosas. Seguiría mi vida, sin él.
-Voy al supermercado a por Coca Cola, que hoy vendrán los chicos a casa.
Me informó Ashton. Yo no tenía nada que hacer hoy y las chicas no podían quedar porque estaban ocupadas. Así que lo veía claro; quedaría todo el día en casa encerrada en mi cuarto.
-Van a llegar enseguida, así que si llaman al timbre ábreles.
Le sonreí como respuesta, él cogió las llaves del pasillo y se marchó. Cuando me dijo que vendrían enseguida lo decía de verdad, a penas pasaron cinco minutos desde que me senté en el sofá a ver la televisión ya escuché como tocaban el timbre. Así que me levanté y abrí la puerta.
-¡Hola Andy! - Saludó Calum el primero y me revolvió el pelo. Como odiaba que me revolvieran el pelo, argh.
-Deja mi pelo. - Me reí. - Ashton fue a comprar, enseguida viene. Podéis ir al salón, a su habitación o... Hacer lo que queráis.
Solo estaban él y Luke, cosa que me extrañó. No sabía dónde se habría metido hoy Michael, pero la verdad tampoco me moría por saberlo. Me alejé de ellos por el pasillo y me dirigí a mi habitación. No me había ido tan mal, no me había costado mucho ignorar a Luke, es más, a penas había notado que estaba allí. Me seguía doliendo el hecho de que él estuviera con Grace y que hasta ahora hace unos días no me hubiera enterado; ¿llevarían ya mucho tiempo? ¿Acabarían de empezar la relación? No tenía ni idea, ya que tan solo había hablado una vez con él desde que había llegado a Los Angeles. Igual ese era el problema, no había hablado con él. Puede que lo único que tuviera que hacer era zanjar el tema y quedar como amigos...
Empecé a oír voces y un me pareció la de Ashton, seguramente ya había llegado a casa. No tardaron en poner el volumen de la televisión alto y se escucharon unos disparos.
Como siempre digo, son unos viciados a la Play.
Me acerqué a la cama y saqué de debajo de ella una caja que tenía llena de dulces y alguna que otra bebida. ¿Qué? Siempre te puede entrar un hambre repentina por la noche. Así que, cogí una bolsa de gusanitos junto a un refresco, me tumbé encima de la cama mientras comía y escuchaba a los ruidosos chicos. No sé cuánto tiempo estuve así, dejé de mirar al reloj cuando saqué la tercera bolsa de porquerías. Esta vez se trataban de Doritos.
Sonó mi teléfono haciendo que me sobresaltara un poco, lo busqué con la mirada y lo encontré los pies de la cama tirado. Me estiré un poco y lo cogí, desbloqueé y me encontré con un mensaje de Calum.
Un momento.
¿Calum no estaba en casa? ¿Para qué me enviaría un mensaje?
“Tu hermano ya me ha vuelto a disparar, ¿por qué pierdo siempre por su culpa?, ríñelo.”
Solté una pequeña carcajada, no pude evitar imaginarme a Calum diciendo eso con voz de niño pequeño y morritos.
“Pobrecito tú.”
Le respondí, no tardó a penas un minuto en responder con un:
“Pues sí, siempre acabo mirando como juegan ellos y me aburro...”
“¿Y qué quieres que haga?”
No sabía que quería decir con eso, si se aburre ¿por qué me manda un mensaje? Que pique a mi hermano para que pierda y así empieza ya la siguiente partida.
“Ven, así no me aburro.”
“No.”
“Porfi...”
“Espera a que terminen esa partida, luego juega y ya no te aburres.”
“¡Siempre soy el primero en perder! Y Luke y Ashton son muy buenos... Están años para terminar.”
“Exagerado, JAJAJAJAJAJA.”
“Como no vengas aquí...”
“Eso suena a amenaza, ¿qué harás? ¿Eh?”
No respondió al mensaje. Terminé de comer y me senté en la cama a la espera de un mensaje del chico moreno, pero mi teléfono no sonaba. Revisé a ver si tenía notificaciones, pero no. Sonaron un par de golpecitos en la puerta de mi habitación y por el umbral de la puerta apareció Calum.
-¡Calum! - Me reí. - ¿Qué haces aquí?
-De verdad, me aburro mucho.
-¿Siguen jugando esos dos? - Pregunté y él asintió. Cerró la puerta detrás de él y se sentó a mi lado.
-¿Que estabas haciendo?
-Nada, aburrirme.
-¿Podemos aburrirnos juntos? - Preguntó con una sonrisa un tanto adorable. Yo, le sonreí.
