Treinta - Don't touch me.

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Esto estaba mal, muy mal. No podía haber estado una noche entera con los brazos de Luke en mi cuerpo. No podía haberme dormido con él abrazándome. Me levanté con rapidez y contuve mis ganas de gritar al chico rubio que había tumbado en mi cama, con una sonrisa.

-Luke. - Dije seca. - Luke, despiértate. - Él gruñó. Por mi podía quedarse ahí durmiendo todo lo que quisiera, pero en exactamente media hora había que estar en el aeropuerto y como fuéramos sin él y cuando volviéramos siguiera durmiendo aquí, tendría un gran problema. - Luke, venga. - Me acerqué y empecé a sacudirle pero no tuve éxito. El echo de verle sonriendo hacía que tuviera ganas de estrangularle, mientras yo me enfadaba porque no era capaz de mover su culo el soñaba feliz con a saber qué. Tampoco quería gritar, por si Ashton venía a ver qué ocurría. -Luke por favor, tenemos que prepararnos.

-¿Hmm? - Por fin empezó a moverse. - ¿Andy?

-No, soy tu abuela. - Rodé los ojos.

-Un poco más.

-Luke. Venga. - Abrió sus ojos poco a poco, acostumbrándose a la luz. - Tenemos que estar listos en media hora.

-¿Para qué?

-Los chicos enseguida aterrizarán.

-Ah, cierto, cierto... - Se empezó a incorporar bajo mi mirada severa. Después quedó sentado en el borde de la cama durante unos segundos eternos, con mirada perdida.

-¡Luke! - Me tapé la boca rápidamente. - Mierda. Levántate ya joder. - Mascullé y él me miró.

-¿Has dormido conmigo? - Preguntó atónito, cuando había sido él el que se tumbó conmigo. Igualmente yo le empecé a empujarle fuera del cuarto ignorando su pregunta. - Lo has hecho...

-Hasta dentro de poco Luke. - Dije una vez que lo arrastré hasta el pasillo, cerré la puerta y bufé.

No me llevó más de quince minutos prepararme porque ya tenía una idea de lo que quería ponerme; unos shorts vaqueros negros con tachuelas doradas mas una camiseta de tirantes holgada, blanca. Las converse negras estarían bien, y como solo llevaría el móvil allí tan solo desayuné, me lavé los dientes y estaba lista. Los padres de Luke se encontraban transportando un par de maletas al coche que había en la entrada. Iríamos los cinco allí y a la vuelta conduciría Ashton.

-Buenas días. - Me dijo éste al verme parada en el pasillo, sin saber que hacer. Me regaló una sonrisa. - Será mejor que vayas subiendo ya al coche.

-Está bien. - Le sonreí de vuelta.

Caminé hacia el coche y antes de entrar me acerqué a Liz y Andrew, los padres de Luke.

-Buenos días Andy. - Dijo Liz con ternura y yo sonreí.

-Buenos días. ¿Queréis que os ayude a llevar algo? - Me ofrecí al verla llevar una caja bastante grande hasta el maletero.

-Muchas gracias cariño, pero no hace falta. Ya casi está todo listo.

-Está bien. Iré entrando al coche, entonces. - Ella asintió con una cálida sonrisa.

En unos diez minutos ya estábamos de camino al aeropuerto. Estuve un buen rato observando los edificios de la gran ciudad. Todos ellos me eran familiares, hacía un año había dado bastantes paseos por esa zona. Pero según avanzábamos se me hacían menos conocidos, hasta llegar el punto en el que no sabía donde estaba y aparté la mirada de la ventana. Noté algo cálido rozando mi mano, miré y vi la mano de Luke, el cual se sentaba a mi lado, intentando cogerme la mano. La aparté con rapidez sin pensarlo dos veces, no quería dar a entender a Luke que el dormir conmigo hubiera cambiado algo entre nosotros. Puede que estuviera confundida, pero no quería hacerle creer que tenía posibilidades. Yo estaba con Calum y tenía claro que no lo quería dejar por simple melancolía australiana.

Tan solo esperaba que Ashton no hubiera visto el gesto.

Cuando llegamos al aeropuerto los señores Hemmings se fueron a facturar el equipaje y volvieron para despedirse de nosotros y después embarcar. Luke, Ashton y yo decidimos sentarnos a esperar a que los chicos llegaran, ya eran las ocho y veinticinco de la mañana; quedaban cinco minutos para la hora prevista para su desembarque.

-¿Qué tal lo de la banda y todo eso? - Pregunté, harta del silencio incómodo del ambiente.

-La verdad estoy muy ilusionado. -Dijo Ashton. - Sinceramente pensé que serían peor las canciones, pero no. - Se burló de Luke y éste le dio un leve golpe.

-¡Eh!

-Lo siento, es la verdad.

-Las escribí con mucha emoción, tenían que salir bien...

-¿Y cuándo os escucharé tocar? - Pregunté.

-Bueno... El sábado tocaremos en un local. - Abrí los ojos ante las palabras de Ashton.

En una semana más o menos podría saber cuan geniales eran esas canciones y sentí cierta curiosidad por escucharles de una vez por toda.

-¡Chicos! - Oímos gritar a lo lejos.

Los tres llevamos la mirada a un grupo de gente saliendo con sus maletas por una puerta prácticamente a la vez. Entre esas personas un par de brazos se elevaron, eran Michael y Calum. Me levanté de golpe cuando empezaron a acercarse y pude comprobar que se trataba de ellos.

-¡Calum! - Grité enseguida y mis piernas empezaron a correr hacia él casi sin pensarlo. Me lancé a sus brazos, me rodeó con ellos y yo pasé los míos por su cuello. Ya a penas recordaba su dulce olor.

-Hola cariño. - Susurró a mi oído.

-Te eché de menos. Mucho. - Él rió un poco y se alejó un poco para mirarme a la cara con una sonrisa.

-Tan solo llevas una semana aquí.

-Demasiado. - Se acercó y me presionó sus labios contra los míos, añoraba esta clase de besos. Dulces y cariñosos, como él.

Escuché como alguien carraspeaba la garganta. Me giré y me encontré con los chicos observándonos, un ligero rubor me tiñó las mejillas y me aparté un poco de Calum.

-Yo también quiero que me abraces. - Se quejó Michael y Calum le miró entrecerrando los ojos. -¿Qué? Yo también llevo una semana sin verla y necesito abrazos.

-Ven aquí, amor mío. - Dijo Ashton con tono dramático acercándose a Michael y él se apartó con cierto espanto, haciendo que todos se rieran.  

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