Los días en Australia estaban siendo espeluznantemente raros. Todo se resumía a afectos de amor entra Calum y yo, caras largas por parte de Luke al ver nuestro comportamiento, Ashton más que incómodo con la situación y Mike, simplemente siendo Mike. Yo por otra parte, me sentía una persona despreciable; estaba confusa y eso internamente hacía que me sintiera mal por poner en duda mis sentimientos hacia mi novio. Claro, que esto también hacía que sintiera pena por Luke, sentía que le hacía daño estando con Calum. Pero ¿qué iba a hacer? Si le decía a Calum lo que estaba ocurriendo seguramente se enfadaría, aun que aún así estaba mal ocultárselo. Es como si le engañara.
Lo peor de todo es que no sabía que hacer, si es que podía hacer algo sensato en esta situación.
Aún así intentamos hacer todo lo posible por pasarlo bien; al menos yo. Fuimos a la playa todos los días -el último había visto sorprendentemente a Andrew, al cual saludé, me hizo una mueca y me ignoró, puto – a excepción de hoy, que habíamos decidido quedar en la piscina de la casa de Luke. Jugaron como siempre al balón, mientras yo estuve hablando con las chicas por mensajes en un grupo de WhatsApp. Decidí contarles todo ahora que tenía el momento y ellas me escucharon con atención. Su consejo fue que hablara con Calum y le dejara todo claro y honestamente yo pensaba lo mismo. Pero era más fácil decirlo que hacerlo.
Tras un rato de conversación acabé dejándolas para ir a la piscina y bañarme un poco con ellos. Tampoco lo pasé mal del todo, los primeros treinta minutos realmente me olvidé de la situación gracias a que jugamos al mítico “pilla pilla”, pero en el agua. Pero Calum decidió cuando le tocaba pillar ir a por mi y cuando me alcanzó me empezó a besar. Claramente no le aparté, Michael comenzó a reírse y entre Ashton, Luke y nosotros se creo tensión. Pero armándome de fuerza decidí que era mejor apartarme un poco de él y seguir jugando. Le sonreí para que no pensara que le estaba rechazando el gesto, simplemente que viera que no era el momento. Pude notar la incomodidad la mayor parte de la tarde.
Ya me había cambiado la ropa de baño a algo cómodo para estar en casa cuando alguien llamó a la puerta de mi cuarto. Eran algo así como las ocho y media, la cabeza de un chico rubio asomó por mi cuarto.
-Luke. - Dije al verle allí, no esperaba que fuera él.
-Necesitamos hablar. - Su cara era seria. Se adentró en la habitación y arrimó la puerta antes de acercarse a mi.
-Pero está Calum en casa, no sé si ser... - Mascullé, pero él me interrumpió.
-Andrea, - me llamó por mi nombre completo, noté como se erizaba cada centímetro de mi piel – de verdad necesito decirte esto.
-Pero Luke... - Seguí murmurando.
-Escúchame. - Me suplicó en un tono normal de voz, lo único en lo que podía pensar es que alguien le pudiera escuchar.
-Puede entrar alguien en cualquier momento. - Elevé un poco más la voz, porque temía que si no no me haría caso.
-De verdad, me he dado cuenta de qu...
-Luke, ahora no.
-Pero Andrea.
-No me llames Andrea.
-Andy, yo...
-Luk...
-¡Que te quiero joder! - Gritó a pleno pulmón. Tuve el pequeño impulso de tapar mis oídos con las manos pero no lo hice, quedé inmóvil en el sitio. Me miraba directamente a los ojos. - Es más, ¡te amo! Como el año pasado. ¡Y no puedo verte todos los días besando a Calum porque me destroza en mil pedazos!
-Baja la voz, por favor. - Le pedí.
-Estoy harto Andy. Cuando te dejé no pensé que perdería tanto ni que ahora me iba a sentir así. De verdad te necesito y me mata no poder si quiera mirarte, ¡me mata no poder besarte cuando quiero!
