Once - Era especial.

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-Este es mi escondite, ¡vete! - Me quejé.

-No quiero, también es el mío.

-Pues me voy yo.

Volvió a caer otro relámpago mientras caminaba hacia la puerta, pero nada me detuvo. Giré el pomo, empujé y... No se abrió. No se abría la puerta. No, no podía ser. ¿Se abría ido la luz?

Encendí el interruptor de la luz pero ni un pedacito de luz inundó la habitación. Sí, se había ido. Y claro, como el cierre ermético funcionaba gracias a la electricidad, no podía salir.

Así que, aquí me hallaba. Encerrada en el cuarto de baño con Luke Hemmings.

Flashback.

Por fin habíamos terminado de comer las pizzas y hablaría en nombre de todos si digo que estábamos a punto de explotar.

Sí, nos encantaba comer. Y lo hacíamos sin control.

-Yo creo que iré a ver la televisión.

-Alto ahí. - Frenó Tori a Ashton y él la miró arqueando una ceja, haciendo que mi amiga se sonrojara. ¿Ésta es tonta? ¿Se sonroja porque la mira mi hermano? - Po-podríamos hacer algo todos, ya que estamos todos.

-¿Cómo qué? - Preguntó Luke.

-¡Juguemos al escondite! - Saltó entusiasmado Calum. Todos lo miramos como si estuviera loco. -¿Qué? A mi me gusta el escondite.

-Calum, somos bastante mayorcitos para jugar al escondite. - Me reí.

Y en cuestión de cinco minutos me encontraba corriendo por toda la casa, desesperada por encontrar un buen escondite para que no me encontrara Michael, ya que él contaba.

Fin del flasback.

-No abre.

-¿Cómo que no abre? - Frunció el ceño Luke, acercándose hacia mi.

-Pues eso, que no abre la puerta. ¿Quieres que te haga un croquis para que lo entiendas?

Él no respondió, solo cogió el pomo y tiró de él pero la puerta no se abría. Volvió a tirar con más fuerza, pero nada. Le hice a un lado y volví a intentarlo yo, tirando esta vez con todas mis fuerzas.

-Vas a acabar rompiéndola.

-Cualquier cosa con tal de no estar encerrada aquí contigo.

-¡Listos o no, allá voy! - Se escuchó gritar a Michael.

-¡Michael! - Grité enseguida. Seguramente podría ayudarnos a abrir la puerta. Pero cuando quise volver a gritar una mano tapó mi boca. Gruñí pero Luke, como respuesta apretó más fuerte su mano y como consecuencia me acercó hacia él. Sí, tenía la espalda contra su pecho. Era algo un tanto extraño, una mezcla de melancolía, cosquilleo, dolor y asco se acumuló en mi estómago.

-No voy a dejar que descubra nuestro escondite, así que no grites. - Intenté hablar, pero no podía. Así que él quitó la mano poco a poco y en cuanto se encontraba ya lejos de mi, me separé de él. Qué incómodo.

-¿Pero tú eres tonto? Si no podemos salir, no podemos salvarnos. Así que tarde o temprano tendrán que ayudarnos a salir, y no se tú pero yo prefiero que sea antes. ¡Micha...!

Y volví a saborear su mano.

-No grites. También podemos esperar a que vuelva la luz, y salir corriendo a darnos mientras que Mickey se desespera buscándonos por toda la casa.

Suspiré y asentí mientras me volvía a dejar libre.

-Pobre Mickey.

-Mouse.

-¿Mouse?

-Sí, Mickey Mouse. - Se empezó a reír y yo rodé los ojos. - Venga ya Andy, tiene gracia.

-Eres idiota.

-Encima de que intento divertirte para que la espera sea más rápida... A demás, prefiero que estés riéndote a insultándome.

-Luke.

-Dime.

-Cállate.

Él hizo una mueca y yo fui a comprobar si la luz había vuelto, pero no. Y lo peor de todo, es que el apartamento estaba como a cinco pisos de altura. Así que salir por la ventana, tampoco era una opción. Lo único que podía hacer era sentarme en el suelo y esperar a que la maldita tormenta pasara ya o a que Michael nos encontrara y entre todos echaran la puerta abajo. Me daba igual, con tal de no estar con Luke, en la misma habitación, no precisamente espaciosa, solos.

Desde que había llegado aquí lo quise evitar por miedo a volver a caer en las redes Hemmings, pero ahora simplemente lo quería a kilómetros de distancia por imbécil.

-Me acuerdo, - habló tras un buen rato de silencio, tan solo acompañado de las pisadas de alguno de nuestros amigos que iba a salvarse y de las gotas de lluvia chocando contra la ventana – que el verano pasado, en Australia, también hubo una tormenta como esta.

-Hubo muchas. - Soné un tanto borde.

-Ya, pero en una de ellas estuve contigo, en la cocina de mi casa.

Le miré extrañada examinando mis recuerdos, y dí con el momento al que se refería. Lo que no sabía, era a dónde quería llegar con eso.

-Ahí me di cuenta que no eras la mítica chica que se asusta por un par de relámpagos. Que eras especial.

¿Era cosa mía o lo decía con tono de melancolía?

-Hasta este año, que te volviste así. - Se corrigió de repente, con cara de asco.

-Pues lo siento, no voy a cambiar a tu gusto.

-¿Luke? ¿Andy? - Escuché la voz de Michael, nos había encontrado por fin. - ¿Estáis ahí dentro?

-¡Michael! ¡Ábrenos, por favor! - Supliqué, y la puerta se abrió tranquilamente y apareció el peliverde detrás de ella.

-¿Por qué no salisteis a daros? Ya me cansé de buscaros hace un rato.

-Espera, ¿cómo abriste la puerta?

-¿Girando el pomo? - Dijo irónico y yo le hice burla.

-Joder, ni nos habíamos dado cuenta de que había vuelto la luz. - Dijo Luke resoplando. Los tres nos miramos seriamente y Michael sonrió maliciosamente.

Mierda.

Empezó a correr dirección el salón.

-¡Por Andy y Luke! ¡Luke te toca contar!

Bueno, al menos no me la quedaba yo :-).

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No sé, no me gusta mucho como quedó el capítulo pero tampoco quería dejaros sin nada así que.... Aquí está.

¿Qué os pareció?

¿Votáis y comentáis? ¿Porfi plis? :-):-):-).

Lo siento, es que tengo que estudiar mucho últimamente y :"(.

Change «	5sos » #ADH2Where stories live. Discover now