VI. Negación

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Emma abrió sus ojos y se encontró con la mirada de su hijo, desvió apenas su visión y allí estaba Regina; Aún durmiente.

—Henry...

—¿Están todos bien? —Snow se adentró en el lugar, aún seguían en Granny's.

—¿Amor, estás bien? —Hook apresuró el paso y tomó la mano de Emma, ella lo soltó.

La rubia se sentía muy confundida, minutos atrás Regina estaba proponiéndole casamiento y ahora recordaba muy bien que ella estaba de novia con Hook, no con Regina. Recuerdos de su vida real y falsa golpearon su mente, haciendo que se sintiera confusa y mareada.

—¿Amor? —Repitió Hook.

—Ahora no, Hook. —David dijo, viendo el rostro contrariado de su hija—. Deberíamos llevar a Regina a su casa ¿No? Así está cómoda, mientras veremos como despertarla de la maldición.

—Todos aquí sabemos cómo. —Susurró Emma.

—Creo que será mejor llevarla a mi tienda. —Gold dijo apareciendo tras su característico humo, nuevamente.

—¿A su tienda? ¿Por qué? —Emma respondió, a la defensiva—. Nosotros podemos cuidar de ella.

—Y no me cabe la menor duda, señorita Swan. Pero creo que Regina estará bien en mi tienda, al menos por el momento.

—No, no lo permitiré. Regina estará en su casa, conmigo.

—¿Amor? —Hook dijo, acercándose a la chica—. Tal vez sea mejor que el cocodrilo cuide de Regina, después de todo es El Oscuro. —Le tiró una pulla al hombre.

—Dije que no. —Emma se separó de Killian y tomó a Regina de la mano. La rubia hizo un pequeño movimiento con su mano y un humo blanco se formó entre las dos mujeres, haciéndolas desaparecer.

—¿Y ahora? —Snow preguntó, sintiéndose mal por su hija.

—No lo sé. Dinos Henry, ¿Cómo arreglamos el desastre? —Hook dijo, molesto.

El pirata recordaba a su novia besando a Regina y sentía que hervía de celos. ¡Él era el novio de Emma! ¡No Regina!

—Háblale así una vez más a mi nieto y te doy un puñetazo que recordarás por mucho tiempo. —Snow amenazó.

—Gracias, abuela. Igual no necesito que me defiendas de él. —Henry lo miró despectivo. El menor quería al pirata, pero la actitud del mayor no le gustaba para nada—. Iré a casa de mamá, seguro Emma la llevó allí.

—Te acompañamos, Henry. —David dijo mientras tomaba a su mujer de la mano.

—No, mejor no. Me gustaría hablar con mi mamá, a solas. —Henry tomó su morral y comenzó a alejarse—. Ustedes podrían hablar con la gente de Storybrooke, explicar un poco la situación. No sé, inventar algo de última para que estén tranquilos y crean que todo volvió a la normalidad. —David asintió, orgulloso de su nieto.

.

—¿Ma'? —Henry se adentró en su hogar, cauteloso—. ¿Emma? ¿Ma'? —Repitió al no oír respuesta. Escuchó un ruido en la cocina, al llegar a la misma encontró a la rubia bebiendo una cerveza—. ¿Ma'? ¿Estás bien?

—Hey, chico. —Emma sonrió y miró su cerveza por unos momentos. Regina odiaba la cerveza, solo tenía esa bebida en su refrigerador por Emma. 

—¿Estás bien?

—Sí, chico. Sí. —Emma se acercó y removió su cabello—. Siento irme así con tu mamá, me agobié.

—Lo sé, por eso quise saber cómo estabas. —Emma le sonrió a su hijo—. Le dije a los abuelos que venía solo, no quería que ellos te agobiaran más de lo que estabas. Siento lo que hice, ma'. Lo siento mucho. —El chico bajó la mirada, sintiéndose culpable por todo lo que había ocasionado.

—Hey, Henry, no es tu culpa. ¿Está bien? No es tu culpa. Ahora debemos buscar la forma de despertar a Regina. Y lo haremos.

—Ma', sabes muy bien que la maldición del sueño solo se rompe con un beso de amor verdadero.

—Henry, tú eres su amor verdadero. —La rubia dijo con una tímida sonrisa—. Tu madre está en su cama, deberíamos ir con ella e intentarlo.

—No creo que funcione, Emma.

—Henry, ¿Acaso no tienes fe? ¿Justo tú? —Emma lo tomó del brazo y ambos subieron las escaleras hasta llegar a la habitación de Regina.

Henry pudo ver que su madre ya no tenía aquél vestido negro, sino que estaba vestida con su pijama.

—Vamos, Henry. ¿Recuerdas que Regina rompió la maldición besándote, haciendo que todos recordaran su último año perdido? Bueno, estoy segura de que ahora también funcionará. —Henry sonrió apenas y obedeció.

El chico se acercó a su madre adoptiva y besó su frente con suavidad. Una pequeña fuerza invadió la habitación, Emma sonrió creyendo que la maldición se rompería. Pero nada pasó.

—¿Qué pasó? ¿Henry? Creí que estaba funcionado. Tú también lo sentiste ¿No? 

—S- sí, ma'. Pero no fue suficiente... —Henry se entristeció.

El amor verdadero de Regina sí era Henry, pero no el único. Por ello el hechizó no se rompió, el amor de Henry no fue suficiente. Regina necesitaba algo más, a alguien más.

—N- no- no te preocupes, chico. Ven. —Emma lo abrazó con fuerza—. Buscaremos la solución ¿Vale? Tal vez, no sé, haya una forma de comunicarnos con Robin, no creo que esté en el Inframundo pero podríamos buscar...

—No, Emma. No. Primero que no se puede, Robin está en un mejor lugar. —Henry sonrió apenas—. Y segundo que Robin Hood no era el amor verdadero de mamá.

—¿Por qué lo dices? —Emma frunció el ceño.

—Mamá me lo dijo. Después de que descubriéramos que Zelena era Marian y que estaba embarazada, hablé con mamá. Ella me dijo que quería a Robin, muchísimo. Pero que al verlo con Marian y después de descubrir que la había dejado embarazada, sintió como que algo se había perdido. Mamá ya no sentía el mismo amor por Robin. Cuando Robin murió, mamá se sintió muy mal con ella misma por haber tenido esos sentimientos, además de lamentar su muerte.

—¿Regina te contó todo eso? ¡Espera! ¿Sabes cómo se hacen los bebés? —Henry rió sin poder evitarlo.

—Sí sé, ma'. Y sí, mamá me contó todo eso.

Emma asintió con una melancólica sonrisa.

—¿Quieres comer, chico?

Henry negó ante las palabras de Emma y, luego de suspirar sonoramente, optó por soltar lo que tenía en su mente. 

—Ma', yo soñé con la felicidad de ustedes. Y al despertar, ustedes estaban juntas. Yo... yo vi el amor entre ustedes, el brillo en sus ojos. Creo que tú podrías ser su amor verdadero, tú podrías despertarla. —Emma rió negando ante las palabras del chico.

—Henry, no. Yo estoy con Hook ¿Recuerdas? No sé bien qué pasó para que cayéramos en ese mundo falso en el que estuvimos por un día. Mi mente ahora mismo está hecha un desastre por tener recuerdos reales y falsos. Pero no. Regina no es mi amor verdadero ¿Ok? Ella es mi amiga y la quiero, pero hasta ahí. Ahora, ¿Quieres comer? —Emma se levantó de la cama, donde se encontraba sentada, y miró a su hijo.

—No, gracias. Me quedaré un rato con mamá. —El menor respondió sin ganas.

—Chico, lo siento ¿Vale? Lo siento mucho. Pero uno no puede forzar sus sentimientos. Los sentimientos se sienten o no se sienten. No hay otra forma.

—¿Y tú? ¿Tú nunca los sentiste por mamá? ¿Cuando la besaste? ¿No sentiste nada, Emma? —Henry la miró fijamente, clavando sus ojos en los de Emma, mirándola entre serio y seguro.

La mirada que Henry le dedicó a Emma, se parecía muchísimo a la mirada de Regina. La rubia se incomodó por ello.

Emma se limitó a negar con una triste mueca y se alejó de allí, la rubia necesitaría más que un poco de cerveza.

El Sueño de Henry - SwanQueenWhere stories live. Discover now