VII. Operación SwanQueen

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—David, es todo tan confuso. Quiero decir, ¿Recuerdas cómo Emma miraba a Regina hace solo momentos? —Snow miró a su marido unos segundos para después seguir acunando a su hijo Neal entre sus brazos—. Jamás vi a Emma mirar a alguien así, con tanto amor.

—Lo sé, cariño. Lo sé. Y ahora recordar todo es... Extraño, sin dudas.

—Emma debe ser un desastre ahora mismo, deberíamos llamarla. —La mujer se preocupó, tomando su móvil con una de sus manos.

—No, Snow. Es mejor hablar con Emma mañana, tú misma lo dijiste... Debe ser un desastre, dejémosla pensar ¿Esta bien? Mañana veremos cómo solucionar todo esto. —David tranquilizó a su mujer para luego dejarle un suave beso en los labios.

.

Después de su conversación con Henry, Emma había abandonado la mansión Mills; la que, minutos atrás, era también su hogar. La rubia no quería dejar a su hijo a solas pero tampoco podía estar allí, se sentía fuera de lugar.

Al llegar a su casa, Emma se sacó el vestido blanco y se puso su pijama. Acto seguido, se acostó y cerró sus ojos.

"—¿Te gusta? —Expresé con una inocencia inexistente en mí. Regina se acercó.

—Estoy deseando arrancarte la ropa, ahora mismo, y hacerte mía. —Regina susurró en mi oído.

—Gina... —Golpeé suavemente su hombro, también susurrando—. Tú también estás preciosa, mi amor."

Emma recordó aquella conversación entre Regina y ella, esa misma noche, en aquél mundo paralelo. Un escalofrío recorrió su cuerpo al memorizar cómo la pelinegra había susurrado en su oído "y hacerte mía."

¿Qué significaba todo aquello? Efectivamente Henry en ningún momento había escrito algo así. ¿Qué significaba? ¿Regina gustaba de ella acaso?

Eso era imposible ¿No?

"—Deberíamos bajar, Emma. —Regina dijo cerrando sus ojos. Mis manos traviesas viajaron a los senos de mi novia, tomándola por sorpresa—. ¡Emma!

—¿Qué, amor? —Respondí con inocencia fingida para luego darle un beso en los labios—. Eres mía ¿Lo sabes no?

—Sí, mi amor. —Regina dijo y tomó mi labio inferior para luego darme un cachetazo suave en el culo."

—Dios... —Emma susurró. Aún sentía las manos de Regina en su cuerpo—. Esto no puede estar pasándome.

La rubia se levantó de la cama, incapaz de dormir y se acercó a la cocina. Allí tomó la botella de whisky que descansaba en la mesa y bebió un largo trago. "Si Regina me viera beber de la botella, me mataría." Pensó y, al darse cuenta de sus pensamientos, se golpeó mentalmente.

Si no hubiese aparecido la Reina Malvada y todo hubiese seguido su curso, viviendo en un mundo irreal, Emma y Regina en esos mismos instantes estarían haciendo el amor. La rubia lo daba por sentado; Un escalofrío recorrió su cuerpo de solo pensar en ella y Regina teniendo sexo.

Emma recordaba como Regina parecía devorársela con la mirada y como también parecía mirarla como si fuera lo más bello del mundo. "¿Regina gustará de mí?" Pensó.

Una inconsciente sonrisa salió de sus labios al recordar los besos que Regina le brindó aquél día que llegaba a su fin.

Bebió más de su whisky y luego volvió a acostarse, intentando dormir.

.

El sonido del timbre despertó a Henry. El menor vio la hora y gruñó: 9hs.

—¡Ya va! —Gritó.

El chico se colocó un albornoz y bajó corriendo las escaleras. Sonrió triste pensando en que Regina lo retaría.

—Hey Henry, lamentamos despertarte pero es importante. —Snow se adentró en la mansión Mills.

La mujer sonrió al ver a Henry en albornoz y con su ceja arqueada, tenía muchos gestos similares a Regina.

—Hola abuelos, hola Neal. —Henry los saludó con una sonrisa—. ¿Me aguardan un momento? Iré a ver a mamá.

—¿Emma durmió aquí? —David quiso saber. Henry negó molesto.

—No. Se marchó una vez le dije que ella rompería la maldición de mamá, está negada en creer que ella puede ser el amor verdadero de mamá.

—De eso queríamos hablar. —Snow dijo, sonriente—. Ve a ver a Regina, nosotros te preparamos un desayuno ¿Quieres? —Henry asintió y se marchó.

El menor se adentró en la habitación de Regina. La mujer, claramente, seguía igual que horas atrás. Henry abrió las cortinas de la habitación, dejando que la luz del sol ilumine el lugar y luego de besar la frente de su mamá, bajó al reencuentro con sus abuelos.

—Ayer intenté romper la maldición. —Habló el menor mientras tomaba la taza de chocolate que su abuela le había preparado.

—Imagino que no funcionó. —David dijo con una mueca.

—Nope, no funcionó. Casi funcionó, pero no. —Al ver la confusión de sus abuelos, el chico prosiguió—. Hubo como una especie de energía en la habitación cuando intenté romper la maldición, pero no fue lo suficiente fuerte como para lograr que ella despertara.

—¿Crees que Emma romperá la maldición? —Snow fue directa. El chico asintió.

—Yo... Al principio, cuando desperté, todo fue muy raro. Cuando me fui a dormir mis mamás estaban distantes y mamá solo se sentía miserable por la muerte de Robin y sus sentimientos. Emma, por su parte, se sentía culpable porque mamá estaba mal. Cuando desperté, estaban a los besos. Fue algo... Extraño. Pero, después, cuando mamá le propuso casamiento a Emma... Díganme que no fui el único en ver su amor. —Henry parecía suplicar a sus abuelos con la mirada—. Sé que su pasado con mamá es caótico pero, por favor, sean honestos.

—Henry, nuestro pasado con Regina es justamente eso, pasado. —Snow tomó la mano de su nieto, tranquilizándolo—. Nosotros perdonamos a Regina y ella me perdonó a mí, esas heridas están sanadas. ¿Está bien? —El menor asintió—. Respecto a lo que dices, estamos de acuerdo. El amor verdadero es la magia más poderosa que existe, Henry. Ninguna maldición, hechizo o mundo alternativo puede contra el amor. Emma es mi hija, la conozco. En sus ojos vi amor.

—Pero el beso de Emma no funcionó... —Murmuró David, intentando seguir las palabras de su nieto y mujer.

—No funcionó porque aquí, en el mundo real, Emma no aceptó sus sentimientos por Regina. —Snow dijo con obviedad.

—¿Y cómo sabremos si Regina los aceptó?

—Yo creo que sí. —Henry tomó la palabra—. Mamá sabía que Robin Hood no era su verdadero amor, me lo dijo. Y, por otra parte, últimamente con Emma estaba rara. ¿Y saben desde cuándo? Desde que Emma tomó la oscuridad en su lugar.

—Cuando Regina le propuso casamiento a Emma anoche, dijo que fue ahí donde se dio cuenta de sus sentimientos... —Snow murmuró para luego sonreír—. Regina debe ser consciente de sus sentimientos para con nuestra hija, David. Debemos creer que sí. —La mujer se mostró esperanzada.

Debían tener esperanza. En caso de que Regina no hubiera aceptado sus sentimientos para con Emma antes de la maldición, por más que Emma aceptara los suyos, Regina jamás despertaría.

—Debemos hacer que Emma acepte su amor por mamá. —Dijo Henry—. ¿Saben lo que eso significa? ¡Que comienza una nueva operación! —El menor se mostró ilusionado.

—¿Y cómo se llamará esta operación, muchacho? —David se mostró curioso.

Henry pensó durante varios largos segundos y después dijo:

—¡Ya sé! ¡Operación SwanQueen! —Sus abuelos fruncieron el ceño—. Ya saben; Swan por ma', Queen por mamá... ¡SwanQueen! ¡Operación SwanQueen! —Los mayores sonrieron ante el entusiasmo del joven.

—Entonces demos por comenzada la operación SwanQueen. —Dijo Snow sonriente.

Snow White haría lo que fuera por la felicidad de su hija y, si su felicidad era Regina... Bienvenida sea.

El Sueño de Henry - SwanQueenWhere stories live. Discover now