XXIII. Presentación de un Dios

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Nuestro Ares sera "interpretado" por Jason Momoa.

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—Emma, ¿Puedes calmarte? —Snow pidió a su hija, quien caminaba de un lado a otro; En cualquier momento le haría un agujero al carísimo piso de Regina.

—¡Es que! —Emma alzó sus brazos, mirando a su madre—. ¡Es... Esa! ¡Ugh! ¡Es una Diosa! —Emma apretó los puños, provocando encender el cuadro que tenía delante de ella.

—Mamá te matará por eso. —Dijo Henry, viendo el cuadro de Van Gogh hecho trizas.

Un humo dorado y verde esmeralda se hicieron presente en la sala de la mansión Mills, momentos después Regina y Atenea aparecieron delante de los demás.

—¡Wow! ¿Puedes transportarte tú sola? —Henry preguntó asombrado a la Diosa, pues el humo verde había sido propio de ella.

—Pues claro niño, soy una Diosa. ¿Qué esperabas? —Atenea le guiñó un ojo al menor.

Regina rodó los ojos y momentos después frunció el ceño.

—¿Qué es ese olor a humo? —Regina miró a Emma quien bajó la mirada, mordiéndose el labio.

Regina dio un medio giro y clavó sus ojos en el cuadro: "Noche estrellada sobre el Ródano" había quedado pulverizado. 

—Vale... —Regina volvió a mirar a Emma—. ¿Qué ha pasado con mi cuadro? —Regina se cruzó de brazos, arqueando sus cejas.

—¡Mamá lo quemó! —La sheriff dijo con rapidez.

—¡Oye! ¡Demasiada rivalidad he tenido con Regina durante añares, no me metas a mí en esto! —Snow se apresuró a decir.

—Tranquila, Snow. Tu apenas puedes encender la hornilla con un fósforo. —Regina se burló—. Esto es obvio que ha sido con magia. Y, salvo que aquí el amigo Merlin se haya propuesto incendiar mi hogar, solo me queda La Salvadora como única opción.

—¡Vale! ¡He sido yo! Aún no controlo mi magia, ¿Vale? —Emma bufó.

Regina volvió a rodar los ojos, no queriendo discutir con la sheriff, cambió de tema:

—Bueno, pues... Atenea y yo hemos estado hablando un poco-

—Poniéndonos al día. —Atenea interrumpió a Regina, divertida. 

—¿Siempre eres así? —Preguntó Emma, molesta.

—¿Así cómo? ¿Una Diosa? —Atenea provocó.

—¡Deja de decir que eres una Diosa! —Emma gritó y en ese mismo instante el suelo se agrietó.

—Vaya, Swan, hoy no puedes contener tu magia ¿eh? —Regina dijo burlona, viendo el suelo despedazado.

—Esa no fue Emma. —Atenea aclaró, poniéndose seria—. Ha sido Ares.

—¿Qué? —Regina se preocupó—. ¿Cómo demonios lo sabes?

—Es mi hermano, ¿Sabes? Conozco su poder. —El piso se agrietó más.

—¿Y qué demonios haremos? —Emma miró a Merlin y luego a Atenea—. ¡No estamos preparados! 

—Pues tendrán que estarlo, si no quieren que Ares nos mate a todos. 

—¿A dónde vamos? —Preguntó Regina, lista para batallar.

A diferencia de Emma, Regina estaba preparada física y psicológicamente para cualquier situación. 

—Apuesto a que el cabrón esta en el reloj del pueblo, llamando la atención de todos. No perdamos el tiempo.

El Sueño de Henry - SwanQueenWhere stories live. Discover now