Capitulo 11: Tutoría.

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- Solo queríamos que te presentes a tu Señor – dijo una vez más – pero veo que no es opción para ti.

- ¡Por favor! Es solo un bebé – dijo la mujer suplicante siendo apuntada por un sujeto que reía.

- Tienes razón – dijo la otra mujer – la pequeña no tiene la culpa de que, ¡su madre sea una estúpida!

La niña de ojos hazel se encontraba tan inquietantemente tranquila recostada en su cuna, con su vista puesta en la mujer de cabello desastroso que se le acercaba con el fin de intimidar a los que suponía eran sus padres, o más bien, la madre que aún conservaba la vida.

- Tut, tut – decía la mujer viéndola fijamente - ¿qué haré contigo?

- ¡Nada!

- ¡Oh, me tienes harta! – dijo la mujer molesta. La apuntó con su varita - ¡Avada Kedavra!

- ¡Callie!

La mujer que lloraba cayo sobre el cuerpo del hombre, quedando sin vida. Lo último que había gritado fue mi nombre, haciendo que mi corazón se sienta pesado una vez más. Un silencio sepulcral abarco en la pequeña casa durante un momento, el cual la mujer rompió riendo de forma inmadura y estridente. Daba un increíble miedo, incluso el hombre que anteriormente apuntaba a la mujer se estremeció al oírla. Se notaba que aquella mujer tenía mucho poder.

- Eso fue todo – suspiró – pero ya se que hacer contigo, pequeña mocosa.

La varita fue apuntada ahora hacía la bebé y de repente, un rayo de luz blanca cegó mis ojos prohibiéndome ver más mientras que de fondo se oía nuevamente la sinfonía del último grito de la otra mujer que resonaba en mi oído. "Callie".

- ¡Callie! ¡Callie! - oía que gritaban mi nombre - ¡Despierta!

El rostro de Hermione Granger apareció frente a mi cuando abrí los ojos exaltada. Observé en la penumbra los rostros de mis compañeras asustadas mientras sentía mi cuerpo húmedo gracias al sudor provocado por el maldito sueño.

- ¿Te encuentras bien? Estuviste gritando por casi 10 minutos – dijo Hermione notablemente preocupada.

- Sí – respondí en un jadeo – no es nada.

- ¿Segura? No sonaba como si fuese nada, Callie – dijo la castaña con una mechón de pelo en el rostro.

- Espero que no suceda todas las noches – dijo de mala gana una chica de cabello enrulado.

- Fue una pesadilla – respondió Hermione en mi defensa.

- No es necesario gritar así solo por una pesadilla – replicó mi compañera de cuarto desde su cama cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe. Minerva McGonagall entraba a toda prisa en pijama y con una larga trenza despeinada.

- Baltimore – dijo un tanto preocupada – me han dicho que estuviste gritando, ¿qué ha ocurrido?

No pude responderle en ese momento, la vergüenza me invadió de repente y agradecí que todo estuviese oscuro, así no podrían ver como mi rostro se tornaba de un rojo fuerte. La profesora me miraba expectante pero de mi boca no emitía palabra alguna; a decir verdad, me intimidaba de sobremanera su presencia y su severa mirada sobre mi. Busqué con la mirada a Ava deseando que me ayudara. Milagrosamente estaba allí más no expresaba nada.

- Solo fue una pesadilla, profesora – dijo Hermione al ver que no respondía. McGonagall acentuó su mirada severa a la vez que mis compañeras reían sin disimulo. Nuevamente mi rostro se volvió rojo en medio de la oscuridad.

La maldición de Callie || Draco Malfoy y tu.Where stories live. Discover now