Capítulo 30: Enfrentando la realidad.

927 69 16
                                    


Las voces se oían en el fondo, me causaban un poco de dolor de cabeza, pero no tenía fuerza para pedir que se callen. Me sentía cansada, demasiado como para abrir los ojos, así que me mantuve así durante un instante más, acostada y con los ojos cerrados. Intenté recordar que había sucedido, no fue difícil, las imágenes de lo que paso ayer aún estaban frescas. La pelea, la profecía... Sirius...

Abrí lentamente los ojos deseando despertar en su cama o en mi cama, aunque sea, que todo haya sido un maldito sueño, pero estaba en la enfermería como era de esperarse. Un nudo en la garganta me apareció al caer en la realidad.

Observé a mi alrededor solo con la mirada, no planeaba moverme para llamar la atención. A una cama de mi estaban todos mis compañeros hablando y riendo, ajenos al dolor que comenzaba hacerse presente en mí. En medio de un prolongado parpadeo, agudicé mis oídos para escuchar que decían.

- Está tardando mucho – dijo Hermione con cierta preocupación en la voz – No creen que este en coma, ¿o sí?

- Solo está dormida – oí que dijo Neville – La maldición la ha agotado y solo se ha levantado por milésimas de segundos en estos dos días.

¿Maldición? ¿Dos días? No recordaba haber despertado antes como decía él y tampoco recordaba el impacto de alguna maldición. Pero, ¿qué importaba ahora? Ya había pasado, no era un tema importante, solo bastaba con saber que estaba viva, aunque ahora mismo no lo quisiera así.

Volví a poner mi vista en ellos, estaban de espaldas a mí y lo agradecí, no quería me viesen y me preguntaran como estoy porque no tendría fuerzas para hablar siquiera. Neville se veía bien, sano, y eso era lo que me importaba. El resto también parecía verse en buen estado, salvo por Hermione que hacía muecas de dolor cada cierto tiempo y a Ron desde lejos podía ver sus marcas en los brazos.

- ¿Quieres que llame a Madame Pomfrey? - dijo una voz a mi costado causándome un respingo. Solo fue un pequeño saltito, pero basto para que me doliese todo el cuerpo. Apreté los ojos para disipar el dolor - ¿Te encuentras bien?

- Sí – dije en voz baja y ronca aún con los ojos apretados. Sentía una fuerte punzada en todo el cuerpo, como un crucio en menor grado. Cuando fue calmando, abrí lentamente los ojos para fijarme en quien me había hablado. Fruncí el ceño - ¿Qué haces tú aquí?

Él sonrió: - Bueno, ¿no puedo preocuparme yo también?

- Sí, pero no me lo esperaba – dije aún confundida. Theo soltó una pequeña risa y soltó mi mano, que no había notado que estaba tomando.

- Bueno, cuando me enteré de que estabas presuntamente muerta, no creo que no haya habido nadie que haya congeniado contigo que no se haya preocupado – dijo y me dio una sonrisa amable. Mi estómago se revolvió un poco, ¿presuntamente muerta?

- ¿Qué significa eso? - pregunté - Lo de muerta.

- Lestrange te lanzó una maldición que aún no identificaron, se dice que tal vez sea una propia de ella, pero te ha hecho mucho daño y por suerte no te ha matado – dijo él volviendo a acariciar mi mano – Aunque también se dice que no buscaba matarte, solo causarte... esto. Madame Pomfrey ha estado viniendo a cada hora para aplicarte pociones y una sarta de hechizos, dice que estas mucho mejor a cuando viniste. Y le creo, porque cuando llegaste fui uno de los primeros en venir y estabas como... muerta, realmente. Me asuste.

Theodore todo ese tiempo no tenía su vista en mí, la tenía en la mano que acariciaba, pero cuando terminó esa última frase me miró y me sonrió, como entre vergüenza y decisión. Me había sorprendido que él, quien solo era mi tutor y solo nos juntábamos para estudiar, se haya preocupado tanto como para quedarse junto a mí y ser el primero que se haya acercado. Era una sorpresa realmente, era un gran chico.

La maldición de Callie || Draco Malfoy y tu.Where stories live. Discover now