La maldición de Callie || Draco Malfoy y tu.

Capítulo 29: Demasiado malo para ser verdad.

Puse mi varita en alto mientras ella se acercaba más a mí de la misma forma. Bellatrix sonreía con burla y malicia mientras caminaba lentamente hacia mí a medida que yo me alejaba. Estaba asustada, sí, no veía alguna salida posible.

- Creo que no me has oído – dijo con un puchero desagradable seguido de una risita - ¿No te ha GUSTADO MI OBSEQUIO?

- ¡No! - exclamé siendo estúpidamente valiente al mismo tiempo que un escalofrío me recorría. Bellatrix hizo un grito ahogado.

- Que pena – susurró con cara tonta – Porque era más bien un obsequio para tus padres.

- ¿Mis padres? - cuestioné retrocediendo.

- Tus asquerosos y traidores padres – dijo con un bordoneo de asco – No supieron elegir, pero confío en que tú sí lo harás, Baltimore. ¿No estás cansada de sufrir? - Bellatrix hizo un falso gesto lastimoso - ¿No estás casada de ver un fantasma tu sola y que todos te tomen por loca?

- He aprendido a convivir con tu hermana – dije con voz clara. Bellatrix sonrió mostrando sus dientes casi negros.

- Vaya, vaya, vaya – rió – Veo que descubriste quien es ella. ¿Cómo?

- Eso no es de tu incumbencia – respondí, pero ella apareció enfrente de mi sin que siquiera me diese cuenta.

- ¡A mí no me hablas así! - exclamó cerca de mi rostro apuntando su varita en mi cuello. Estaba realmente asustada, pero trataba de no mostrarlo. Agradecía demasiado no haber entrado en pánico en ningún momento. Bellatrix miró mi cuello abriendo mucho los ojos y con la punta de su varita tiro de mi collar levemente para verlo mejor - ¿Quién te dio esto?

- Ava – respondí sin despegar mi vista de ella – Avaly me lo obsequió.

Bellatrix rió desquiciadamente alejándose de mi nuevamente. Solté un suspiro de alivio sin dejar de estar alerta.

- Ava, ¿eh? - dijo sonriendo macabramente - Eso no es posible, ¡yo misma le saqué ese mugroso collar antes de que muera! - exclamó entre aterrada y jubilosa.

- ¿Querrás decir matarla? - dije nuevamente innecesariamente valiente.

- Deshacerme de la escoria – dijo ella sonriendo – Así como tus padres.

- ¿Por qué insistes en hablar de ellos? - pregunté frunciendo el ceño - ¿Acaso estás orgullosa de ser una asesina?

- Estoy orgullosa de ser quien limpia la pureza del mundo mágico – siseó con ojos brillosos y desquiciados.

- Das vergüenza – pronuncié con confianza de sobra y cuando menos lo esperaba, estaba tirada en el piso retorciéndome de dolor.

Bellatrix me tuvo aullando de dolor durante un minuto que me pareció eterno. Mi insolencia, como siempre lo han llamado, había logrado algo peor que un golpe de Brandy. Ese hechizo de mierda parecía que me abría la piel y me tiraba ácido dentro de ésta, y ella parecía disfrutarlo por las risas que lanzaba. Mi cuerpo perdió casi toda su energía cuando se detuvo, no sentía dolor, no sentía nada en ese instante. Solo estaba allí, como si hubiese muerto, pero eso era lo que pasaría si no me movía.

- Te dije que no me hables así, mocosa – oí que dijo mientras se acercaba a mí, sobradoramente – No creas que ese collar es una muestra de amor por parte de un difunto. ¿Por qué no le preguntas a tu querido Dumbledore lo que significa esa porquería, mh?

- ¿Y por qué no me dices tú? - dije con voz ronca, sin fuerzas.

- Me encantaría ver cómo te desilusionan una vez más en tu vida, pero me temo que no tengo tiempo para eso – hizo un movimiento con la varita que me recordó a Draco. Un escalofrío me recorrió por la espalda.