#16

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Allí estaba ella otra vez. Mismo libro, misma cola alta, mismo mechón de cabello castaño en la boca. Seth noto solo una diferencia, parecía que solo le faltaban dos o tres páginas para terminar el libro, y sus ojos se movían rápidamente por las líneas. Ella venía por el pasillo sin notar nada, ella rió y sin saber porque Seth rió con ella. Entonces ella se chocó contra la columna del pasillo.

"Disculpa" – murmuró sin despegar los ojos del libro.

Seth no pudo evitar reír otra vez. Esta vez Sam sí levantó la vista.

"¿Me lo prestas?" – preguntó Seth sorprendiéndose a sí mismo con las palabras que salían de su boca.

"No lo he terminado aún" – dijo ella sorprendida pero sonriendo.

Hubo un breve silencio en honor a la torpeza de Seth. Era obvio que no se lo prestaría porque era obvio que aún no lo había terminado. Brillante, un verdadero genio, pensó Seth.

"Esperaré, solo te faltan un par de páginas" – dijo Seth fijándose en el libro.

Sam asintió y le dio una mirada escrutadora a Seth, lo reconoció como el chico nuevo. Lindo pero sin ninguna otra cualidad resaltante, para nada era alto, apenas si le llevaría unos 4 centímetros a Sam, pero si a él gustaba leer entonces ella no iba a chotearlo.

"Me voy a sentar allá a terminarlo" – dijo Sam apuntando a las graderías de la escuela, y caminando en esa dirección sin más.

Seth se quedó frío en su lugar, no sabía si seguirla, o irse, o qué demonios hacer. Entonces ella miro para atrás y le hizo la señal de que la siguiera. Como si sus piernas se mandáran solas la siguió y se sentó a metro y medio de ella. Ella siguió pasando sus ojos por las palabras rápidamente, sonriendo a veces, a veces simplemente parando y respirando profundamente. El la observaba. Dos chicas se acercaron a ellos y Seth se puso aún más incómodo.

"Sam, querida" – saludó la de cabello ondulado.

Sam hizo un sonido como reconociendo su presencia pero no despegó los ojos del libro.

"No me digas" – dijo la del cabello ondulado chasqueando los dedos – "¿ya va a terminar el libro?"

"Uh-hu. No ha soltado el libro ni para el desayuno" – dijo la alta de abundante cabello negro.

"No sé cómo aguantas que te ignore, Ariana, pero yo ahora mismo tengo ganas de quitarle el libro"

"Eso es tomar riesgos innecesarios, Tessa"

Toco el timbre para entrar a clases y Seth empezó a impacientarse.

"Adiós, queri-. No, si me ignoras ya no eres mi querida" – dijo Tessa dando una media vuelta dramática.

Sam murmuró un adiós y Seth volvió a quedarse solo con ella.

"NO" – exclamó Sam de repente – "No. No. No. No"

"¿Pasó algo?" – preguntó Seth algo asustado.

"NO" – le dijo Sam levantando la vista y cerrando el libro de un golpe – "no, no, no, no"

"¿O sea sí?" – dijo él sonriéndole tímidamente.

"Si. Exacto" – Este tipo sí que entendía. Sam se levantó y se sentó justo al lado de él – "Te lo prestaré pero primero debes saber que puede darte depresión por unos días, que es cruel... tan hermoso, pero tan cruel, y si eres sensible será mejor que no. Tómalo."

"Ehhh..." – Seth no sabía que contestarle ni cómo enfrentar el huracán de palabras que ella acababa de soltarle.

"Tómalo pero te lo advertí" – dijo ella pasándole el libro y levantándose.

"No. Espera" – dijo él levantándose también – "¿Te llamas Sam? escuche cuando tus amigas te llamaban. Mira, no sé si pueda leer este libro, la verdad, si soy algo sensible"

Ella sonrió comprensiva y estiró su mano para tomar el libro de regreso. Sam apreciaba la honestidad en las personas y este chico acababa de confesarle que era sensible. Este chico.

"Pero tráeme otro" – dijo él pasándole el libro – "Uno más feliz e igual de largo".

"Seth, ¿verdad?"

El corazón de él dio un vuelco al escuchar su nombre de sus labios y asintió. 

Sam & SethWhere stories live. Discover now