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"Seth" – llamó Dulce tocando la puerta de su habitación – "saldré con la prima Melina al pueblo, ¿quieres venir?"

"Paso" – dijo la voz adormitada de Seth.

"¿Estas durmiendo?" – dijo Dulce entrando a la habitación.

"Que va" – dijo Seth dándose vuelta en la cama.

"Son las once de la mañana"

"Me levantaré para almorzar"

"Vago" – dijo su hermana saliendo por la puerta.

Seth gritó algo que sonó bastante como "vacaciones", Dulce iba a responderle cuando alguien toco el timbre. Pensando que era su prima se apresuró a coger sus cosas y salió a la puerta.

"Hola, Dulce" – dijo la señora delgada y bien conservada que estaba parada frente a ella.

"Madre" – dijo Dulce, su corazón latiendo fuertemente.

Anne, la mamá de Seth y Dulce había dejado a su padre cuando ellos tenían 2 y 3 años. Rara vez la veían, generalmente solo una vez al año porque ella se había ido a vivir a Canadá. Seth casi no la recordaba de cuando era pequeño, pero Dulce sí, y eso la hizo guardarle cierto rencor.

"Que sorpresa" – dijo Dulce forzándose a sonreír.

"Llegué ayer a la ciudad y tomé el primer bus hasta aquí, su tía me contó que se estaban quedando con ella" – dijo dejando sus cosas en la sala – "¿Y tu hermano?"

"Lo llamaré"

Dulce corrió a la habitación de Seth y en menos de tres minutos salió él, cambiado pero con el cabello en todas direcciones.

"Yo estaba por salir" – dijo Dulce cuando tocaron el timbre nuevamente, agradeciendo secretamente al cielo por tener una excusa para no quedarse más tiempo con su madre – "Melina y yo iremos al pueblo"

"Salúdamela de mi parte, querida" – dijo su madre sentándose en el sillón.

Dulce salió y empezó una conversación que duró bastante. Seth le contó a su mamá sobre la escuela, y de la escuela el tema rápidamente pasó a Sam.

"Recuerdo que algo me comentaste de una chica el anterior año, ¿cómo se llamaba?"

"Sam"

"¿Sigues con ella?"

"Sip"

"¿Cuánto tiempo ya llevan?"

"Casi un año y medio"

Anne levantó las cejas asombrada y Seth sonrió. Todos reaccionaban así.

"¿Y qué piensas?"

"Quedarme con ella"

Mamá rió como si Seth tuviera tres años y hubiera dicho una tontería.

"Estas cosas no duran para siempre, Seth. No debes poner tus esperanzas en una niña, porque las niñas cambian de opinión. En esta edad ellas solo piensan en ropa y salir, como tu hermana"

Seth solo asintió.

"Ella es diferente, ¿verdad?" – presionó mamá, riendo tontamente otra vez.

"En realidad sí. Sam se pasa la vida en buzo y zapatillas y si sale es conmigo a correr o hacer tareas"

La expresión en el rostro de mamá le hizo creer a Seth que con la última oración, la opinión que ella tenía de Sam no había mejorado en nada, es más, había una posibilidad de que haya empeorado.

"¿Qué opina tu padre de esto?" – dijo ella cruzando las piernas.

"Que soy una mala influencia para Sam" – dijo él riendo.

"Tu padre nunca se toma las cosas en serio" – dijo ella fingiendo una voz amable y sonriendo – "Pero estas cosas son serias, cariño. Un error y te arrepientes toda tu vida, y luego es muy difícil volver a empezar"

"Para ti no fue tan difícil" – dijo Seth sorprendiéndose a sí mismo.

El rostro de ella se ensombreció pero rápidamente volvió a su sonrisa falsa.

"Yo me apresure a algo para lo que no estaba lista y todos nosotros tuvimos que sufrir las consecuencias"

Nosotros sufrimos las consecuencias, te largaste, pensó Seth. Pero solo asintió.

"No cometas el mismo error, cariño" – dijo ella.

Seth decidió cambiar el tema y no tocarlo nunca, nunca más. 

Sam & SethWhere stories live. Discover now