#18

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Sam no podía creer sus ojos, sin embargo allí estaban ambos, parados frente a frente en las graderías del parque y hablando. Su primer instinto fue dar la vuelta e ir a casa pero ya era muy tarde, Seth la vio y la llamó con una señal. Caminó casi contra su voluntad, y luego levantó la vista, mirando directamente a Magdalena. La chica/niña no sabía qué hacer ni decir.

"Hey" – dijo Seth atrayendo a Sam de costado con su brazo y dándole un beso en la mejilla.

Sam no reaccionó, solo siguió mirando a Magdalena directamente.

"Yo... d-debo irme" – tartamudeó Magdalena.

Sam levantó su ceja derecha y miró a Seth, entonces los nervios de Magdalena se quebraron y tomó a Sam del brazo, toda ella estaba temblando. Sam se tensó al toque de ella y la fusiló con la mirada. Entonces identificó algo en sus ojos que le hizo sentir lástima a su pesar... era miedo.

"Lo-lo siento mucho" – dijo dando media vuelta y corriendo.

Sam siempre había sido imponente, imponente como ejércitos en orden, decía Seth. Al parecer el gesto de Sam había sido demasiado para Magdalena. Sam se giró a mirar a Seth una vez más y él sintió como que el corazón caía hasta su estómago. La ceja levantada seguía ahí y también, aunque ya casi se había acostumbrado, era demasiado para él. Sam quería decir algo pero no sabía que, se sentía como una intrusa que les había arruinado la conversación, pero a la vez quería preguntarle a Seth qué demonios tenía que hablar con ella. Sam levantó los hombros y Seth hizo lo mismo y luego intentó sonreír. Eso le llegó.

"No entiendo" – dijo Sam fuerte y claro. Cuando él no respondió ella disparó otra vez – "pensé que tenías entrenamiento hoy."

"El entrenamiento es a las 4:30"

"Son las 4:28"

"Ya me iba. Vine antes aquí porque esa chica Magdalena quería hablar conmigo" – dijo él parándose más firme.

"Bueno, resulta que esa chica Magdalena te envió esa carta, pero supongo que eso ya lo sabes"

"Si, ya lo sé. De eso quería hablar. Me preguntó porque le había contado a mi enamorada sobre su carta, lo que me pareció extraño porque la carta era anónima. Entonces le pregunté cómo sabía que te había contado y me dijo que te oyó comentar algo en la charla." – Sam notó un tono acusatorio en su voz.

"Es decir que la muy tonta se vendió sola" – dijo Sam sonriendo fríamente.

Seth empezó a reír pero paró en seco cuando vio que Sam seguía seria.

"¿Cuándo te dijo para hablar?"

"Tessa me dijo que alguien tenía que decirme algo hoy, aquí, a las 4:20"

Sam tenía ganas de preguntarle porque demonios había venido, si era bruto o qué, pero mordió su lengua y decidió no decir nada mientras estaba tan enojada. Vio a las chicas entrar por la puerta del parque y rápidamente decidió quitarse.

"Vienen las chicas" – dijo Sam fingiendo una sonrisa – "les ayudaré a poner la net"

"Espera" – dijo Seth sujetando su brazo – "también me dijo que sentía haber causado problemas y que no le hagas nada"

Ella rió porque no tenía más que decir. Así que teme por su vida, pensó Sam, niña sabia... muy sabia.

"¿Y si no hubiera venido hoy, Seth? Si nos los hubiera visto, ¿me habrías contado?" – dijo ella, su tono subiendo peligrosamente.

"Si ella no me hubiera dicho que ya no me molestará, yo le hubiera dicho que deje de hacerlo"

"No, Seth. Respóndeme, ¿me hubieras contado?"

El levantó la vista buscando los ojos de Sam, y antes de que niegue con su cabeza ella ya sabía la respuesta.

"No puede ser así, ¿sabes?" – dijo ella dejando caer las armas al suelo.

"Si no hubieras venido no estaríamos discutiendo ahora, yo sabía que te incomodaría. Mañana simplemente todo estaría olvidado y nunca más volveríamos a escuchar de ella." – dijo él a la defensiva.

"Perfecto. Ahora, si me hubieras dicho que hablarías con ella yo no me hubiera molestado, luego me contabas lo que ella tenía que decir y nos reíamos un poco del pánico que me tiene. Además, yo no tendría que desconfiar de ti ni llevarme la sorpresa de que haces cosas a mis espaldas."

"Yo te conozco, Sam. Mira el problema que se hace de algo tan pequeño, por esto exactamente no te lo dije"

"Que yo viva feliz pero engañada, entonces"

"Claro que no-"

"Dime que no lo vas a volver a hacer, Seth" – dijo Sam, lágrimas de rabia formándose en sus ojos – "Entiende que prefiero la verdad por más que duela."

Seth tomó la mano de Sam, apretándola fuertemente, abrió su boca pero la volvió a cerrar porque no podía forzarse a decir esas palabras. Entonces Sam retiró su mano y se alejó un paso, sus ojos llenos de dolor.

"Te prometo que trataré" – dijo Seth tomando la mano de Sam y dándole un beso en el dorso – "te lo prometo." 

Sam & SethOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz